Aña Cuá es una obra que iba a ampliar en un 10% la capacidad instalada de la generación de la represa hidroeléctrica binacional Yacyretá. Sin embargo en enero los trabajos se paralizaron por completo. Hasta el momento, no se conoce cuál será su futuro. Para la Argentina, terminar la obra es clave porque sumaría generación nueva y barata en un momento donde es probable que falte energía durante los picos de calor en los próximos veranos.
El proyecto tenía un avance de 40% al momento de la paralización. Luego vinieron cientos de despidos y no se retomaron nunca más los trabajos. Originalmente estaba previsto que la obra finalice a fines de este año. De todos modos, no formó parte de la proyección de oferta de energía para el próximo verano que realizó Cammesa, la compañía que administra el mercado eléctrico mayorista, en su programación estacional.
El consorcio de empresas constructoras que ganó la licitación en 2019 y que llevaba adelante la obra desde 2020 se llama ART y lo conforman la constructora italiana Astaldi, la argentina Rovella-Carranza, y la paraguaya Tecnoedil.
Controversia
En la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), operadora de la central hidroeléctrica y que está a cargo de ambos países, coinciden en que las constructoras frenaron la obra porque no les rendía el margen económico. Del lado argentino, fuentes gubernamentales consultadas por El Destape sostuvieron que ésta es la única causa del freno del proyecto.
Sin embargo, hay una controversia entre ambos países que poco se habla: allegados al área energética del gobierno paraguayo señalaron a este medio que, además del reclamo de las constructoras, se suma otra causa que provocó la paralización de Aña Cuá y “tiene que ver con la política de no hay plata para la obra pública del gobierno de (Javier) Milei”.
Fuentes oficiales de Paraguay también indicaron a El Destape que “las constructoras reclaman un reajuste en los precios para continuar la obra, pero se suma la posición Argentina de cortar los fondos en todo 2024 para Aña Cuá”. Las mismas fuentes añadieron que Paraguay está buscando financiamiento para intentar continuar la obra. No quieren que por la controversia entre ambos países la ampliación de Yacyretá quede abandonada.
Las diferencias entre ambos países por Aña Cuá se dan en plena negociación del gobierno argentino para que Paraguay acepte ceder más energía de Yacyretá a la Argentina en el próximo verano. En el medio hay históricas deudas que ambos países se reclaman.
La obra
La ampliación de Yacyretá está planificada hace décadas. En 1999 comenzaron los estudios técnicos. Cuando concluya, contará con 270 MW de capacidad instalada que se suma a los 3.100 MW que ya tiene la represa. La ampliación representa casi el 10% de la energía que hoy produce Yacyretá, que en la actualidad abastece al 50% de los hogares de la Argentina (sin contar a las industrias).
El proyecto se divide en dos partes. Por un lado, los trabajos que comenzaron en 2020 y corresponden a la obra civil de Aña Cuá. En total, la inversión es de US$ 450 millones. En esta compulsa el consorcio ART dejó atrás a competidores como Roggio, Techint, Sacde y la constructora china Power China Limited, entre otras.
Por otro lado, el proyecto contó con otra licitación para el suministro del equipamiento electromecánico, que consiste en la instalación de tres turbinas. Esta compulsa por un presupuesto de US$ 100 millones la ganó la empresa alemana Voith Hydro.
La información oficial de la EBY destaca que Aña Cuá “permitirá el aprovechamiento energético de un caudal de agua de 1.500 m³/s, denominado caudal ecológico que, desde el inicio de operación del embalse en el año 1.996, se descarga permanentemente por el vertedero Aña Cuá durante los 365 días del año y que representa pérdida de energía limpia y renovable”.