La Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) podrá abastecer la demanda nacional por los próximos 50 años de las centrales nucleares que se encuentran en operación en la Argentina, para las cuales es uno de los insumos principales de los reactores que utilizan como combustible el uranio natural.
La planta industrial se levanta en medio de la aridez de la provincia de Neuquén, a unos 55 kilómetros de la capital provincial, como un inmenso entramado de cañerías que tiene el potencial de producir 250 toneladas de agua pesada para las centrales atómicas, un desarrollo de conocimiento que permite controlar el ciclo de combustibles nucleares .
La estimación oficial es que con las actuales centrales se requerirán reponer unas 20 toneladas de agua pesada al año en la Central de Embalse por los próximos 25 años, por otros 20 años en Atucha I que encarará el año próximo su extensión de vida, y por unos 50 años en Atucha II, la más joven de las tres.
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A esas plantas se podrá sumar una cuarta central a base de tecnología de uranio natural y agua pesada que se busca avanzar en su financiamiento con el gobierno de China, aunque está en una etapa más avanzada de negociación Atucha III que utilizará uranio enriquecido con agua ligera.
Ubicada en la margen izquierda del Río Limay, la PIAP fue proyectada por la Comisión Nacional de Energía Atómica en el año 1975 e inaugurada en 1993, tras el proceso de licitación internacional que adjudicó la construcción a la firma Sulzer Brothers, con contratistas como Techint, Sideco Dycasa o Siemens.
El agua pesada que produce la PIAP es un agente moderador de la reacción nuclear en los reactores que utilizan uranio natural como combustible: Los neutrones generados en una fisión nuclear poseen alta velocidad, por lo que la misión del agua pesada consiste en aminorarla, en el núcleo del reactor.
Este moderador es un bien de capital ya que es cargado al inicio de la puesta en marcha y perdura durante toda la vida operativa, excepto las pequeñas pérdidas que se producen durante la operación normal, estimadas entre el uno y el dos por ciento anual.
A diferencia del agua común que tiene dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, el agua pesada está formada por dos átomos de deuterio y uno de oxígeno y físicamente un litro pesa 1.105 gramos, hierve a 101.4 grados y se congela a 4 grados centígrados.
Esta imponente planta química la componen 20 000 toneladas entre máquinas, equipos y cañerías: 7.000 toneladas de estructuras metálicas, 75.000 metros cúbicos de hormigón, 650 kilómetros de cables y 20.000 metros cuadrados cubiertos.
Tiene además, 300 bombas de diferentes tipos, 250 intercambiadores de calor, 240 recipientes.90 compresores, 13 reactores y más de 500 motores eléctricos para una potencia instalada de 90 Mw.
Ese desarrollo técnico permite afrontar el desafío de producir agua pesada para lo cual es necesario procesar enormes volúmenes de agua común para concentrar el deuterio: un litro de agua pesada implica el procesamiento de 20 000 litros de agua común.
Con información de Télam