Con las primeras operaciones bursátiles que sobrevinieron al triunfo de Donald Trump para una segunda presidencia de los Estados Unidos, se advierten cuáles serán los ganadores y los perdedores de un esquema económico que ya se conoce y que, con matices, volverá a imponer. La disyuntiva será si cumplirá con su promesa de potenciar una industria local con un proteccionismo más extremo al ingreso de productos internos. No es un tema menor, no sólo en términos de comercio exterior por el volumen de compras y ventas del país del norte, sino también por el impacto que pueda tener en materia inflacionaria y la reacción que tome la Reserva Federal para amortiguar la suba de precios.
Por lo pronto, los mercados festejan y los empresarios amigos, como el dueño de Tesla, Elon Musk, ven como vuelan sus acciones en la Bolsa. Con excepción de Argentina, donde el Gobierno mantiene una tabla de devaluaciones de 2 por ciento mensual, las principales monedas ceden ante la apreciación del dólar, profundizando el atraso cambiario. Un ejemplo es el real brasileño, que cayó 6 por ciento contra el billete verde, poniendo presión el tipo de cambio real multilateral argentino (que compara la paridad del peso con las monedas de los países con los que comercia la Argentina).
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El dólar también se fortalece con una suba de 1,4 por ciento frente al promedio de las principales monedas, dado que para los analistas la victoria de Trump puede traer aparejada una política más proteccionista, que provoque una suba de la inflación y por ende una suba de tasas que atraerá capitales al país.
En las primeras negociaciones en Nueva York los papeles privados marcaron subas de 2,1 por ciento para el S&P 500, de 3 por ciento para el Dow Jones en 3 por ciento y de 1,5 por ciento para el Nasdaq. Se destacan las acciones de Tesla, que saltaron un 13 por ciento en las primeras negociaciones del día. En tanto, los rendimientos de los bonos del Tesoro americano aumentaron en toda la curva de vencimientos.
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Este miércoles se sumó también la noticia de una leve desaceleración inflacionaria que podría permitir una nueva baja de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal; aunque en el largo plazo se verá cómo cierra la ecuación proteccionista y la intervención de la Fed para seguir bajando la inflación, una asignatura que quedó pendiente para Joe Biden y se cobró con la derrota de Kamala Harris (candidata demócrata).
Los mercados ya habían reaccionado en forma positiva a la victoria de Trump, marcando subas en acciones y dólar en las operaciones previas a la apertura. En la Argentina, el impacto vino por una baja en el riesgo país, explicado más por la caída de los rendimientos de los bonos en los Estados Unidos (contra los que se cotejan los títulos argentinos) que con una mejora en los papeles criollos. De todos modos, hubo mejoras en bonos argentinos como el Global 2029 (1,6 por ciento), el Global 2038 (1,5 por ciento) y las series 2029, 2030 y 2041 del Bonar (con alza promedio de 1 por ciento).
Como resultado, el riesgo país, medido por JP Morgan, arroja una caída de 83 puntos hasta las 872 unidades, un mínimo que no tocaba desde 2019. Las acciones argentinas avanzan hasta más de 10 por ciento en Wall Street, encabezadas por el Grupo Financiero Galicia y seguida por Banco Macro (9,5 por ciento), Transportadora de Gas del Sur (8,3 por ciento) y Telecom (7,1 por ciento). En la plaza local, los papeles privados que más subieron fueron Telecom (6,7 por ciento), Cresud (4,6 por ciento) e YPF (3,2 por ciento).
En contraposición, los mercados chinos sufren caídas dado que el presidente electo anunció una política proteccionista que frenará las importaciones desde el país asiático afectando su producción. Esta es la contracara a un escenario inflacionario, dado que una guerra comercial entre Estados Unidos y China generará saldos comerciales que pueden arribar a otros mercados a precios de remate, mientras que los commodities, especialmente los alimentarios, serían los que recibirían un eventual impacto de baja de precios. Los precios de los granos cayeron fuerte: soja (-1,6 por ciento), maíz (-0,7 por ciento) y trigo (-1,2 por ciento).
El índice de precios al consumo (IPC) se situó en julio en el 2,9 por ciento interanual, una décima menos que el mes anterior, según los datos publicados este miércoles por la Oficina de Estadísticas Laborales del país (BLS, por sus siglas en inglés). Se trata de la tasa más baja desde marzo de 2021. Ello implica que los precios se están enfriando (aunque con matices), lo que aviva las expectativas de que el banco central de EEUU comience pronto a bajar las tasas de interés.