La dolarización que propone el candidato presidencial Javier Milei en estas elecciones 2023 es defendida desde lo teórico por economistas como Emilio Ocampo y Nicolás Cachanosky (ambos de UCEMA), pese a que muchos analistas ya descartan la iniciativa que otrora respaldaron por un simple hecho: no hay reservas para realizar la conversión. En el libro "Dolarización: Una Solución para la Argentina", Ocampo y Cachanosky explicaron cómo sería y por qué proponen una dolarización oficial y abrupta de la economía argentina para terminar con el flagelo de la inflación y la decadencia.
El libro no solo indaga sobre el pasado inflacionario sino que además analiza la experiencia de varios países que optaron por abandonar su moneda. “Una vez establecido el papel moneda es difícil suprimirlo cuando es el Estado el que lo emite porque suprimirlo es deshacerse del poder de levantar empréstitos ilimitados y sordos; es abdicar el poder omnímodo de disponer de la fortuna de todo el mundo", defendieron Ocampo y Cachanosky.
“El movimiento del dólar va a ser siempre alcista porque detrás hay un desequilibrio monetario muy fuerte en el país, el cual indica la tasa de inflación que tenemos”, dijo Ocampo en recientes declaraciones a medios porteños. "El mercado anticipa que tarde o temprano hay que salir del cepo”, agregó. “Somos rehenes de un sistema inviable, lo cual hace que la gente se dolarice para poder desarrollar sus actividades”, detalló el profesor de economía. “La incertidumbre política es un factor desestabilizante que le agrega más condimentos a la situación”, sostuvo Ocampo.
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El economista argumentó que “la dolarización es un hecho en la Argentina”. “Si querés comprar un departamento lo haces en dólares, el financiamiento es en dólares, la deuda del Estado en su mayoría es en dólares, la dolarización está de facto. Hay que reconocer la realidad, haciéndola moneda de curso legal”, concluyó.
Quién es Ocampo
"Me llamó Javier Milei y me pidió que lo asesorara en los temas relacionados con la dolarización. Le respondí afirmativamente. Me sumo al equipo. ¡VLLC! (Viva la libertad, carajo)", anunció este miércoles a través de su Twitter.
Ocampo es especialista en finanzas, economía e historia. Es Director del Centro de Estudios de Historia Económica de la Universidad del CEMA (UCEMA) e integra el Consejo Académico de la Fundación Libertad y Progreso. Sus conceptos sobre la dolarización son los que inspiraron las propuestas de Milei y su partido, La Libertad Avanza (LLA).
Entre 1990 y 2005, se dedicó a la banca de inversión y ocupó cargos ejecutivos en Chase Manhattan, Salomon Brothers, Citigroup y Morgan Stanley, en las ciudades de Nueva York y Londres. En 2006 volvió a Argentina y se desempeñó como asesor financiero independiente.
La dolarización y su viabilidad
El sistema financiero argentino es bimonetario: el peso es utilizado con fines transaccionales y el dólar como reserva de valor. Este bimonetarismo plantea desafíos para el diseño de las políticas públicas, dado que limita la efectividad de la política fiscal, monetaria y cambiaria, restringe el desarrollo del mercado de capitales doméstico y genera una demanda de dólares adicional a la necesaria para producir y consumir. En consecuencia, el crecimiento es más lento y los ciclos económicos son más pronunciados.
La experiencia más cercana que tuvo la Argentina a una dolarización clásica como la que detentan Panamá, El Salvador, Ecuador, Montenegro, Palaus, Kosovo, Islas Marshall, Estados Federados de Micronesia y Timor Oriental fue la convertibilidad. El traspaso de la base monetaria con el actual nivel de divisas en las arcas del Banco Central implicaría llevar el tipo de cambio, de mínima, a 2280 pesos por divisa. Sin embargo, si se toma en cuenta deudas indexadas y otros activos nominados en moneda local, la conversión podría llegar a hacerse en casi 10.000 pesos.
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Solo tomando en cuenta el “piso” de 2280 pesos por dólar, el salario medio se reduciría a una décima parte, pasado de un promedio de entre 360 y 450 dólares actuales (para ingreso medio de 80.000 y 100.000) a un rango entre 34 y 43 dólares. La respuesta de dirigentes como Bullrich y Milei es dolarizar la economía, con lo cual todas las funciones de la moneda las ejercería el dólar (medio de pago, de cuenta y reservas de valor).
“La dolarización limita la capacidad de las autoridades de implementar de forma efectiva una política macroeconómica consistente con la estabilidad. En ese sentido, la política cambiaria puede influir sobre la cotización del tipo de cambio y hacerlo fluctuar con mayor o menor facilidad. En teoría, un sistema flexible permitiría que los movimientos del tipo de cambio real amortigüen los efectos disruptivos del contexto internacional. Por ejemplo, un aumento de los precios de exportación de una economía puede estimular la inflación”, advirtió un informe de Fundar.
El documento de la fundación, en cambio, detalló las alternativas para mejorar que el peso recupere funciones. “Es imperioso que el uso de la moneda extranjera esté poco difundido”, detalló el informe.