El candidato presidencial por La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones 2023, Javier Milei, desestimó este domingo nuevamente un acuerdo internacional que busca un modelo de crecimiento global sostenible y equitativo por considerarlo "marxista". Fue durante el segundo debate presidencial, en el tramo de preguntas cruzadas, donde el candidato y actual ministro de Economía, Sergio Massa, lo interpeló respecto si mantendría el país su adhesión a esa agenda impulsada --y con adhesión-- de todos los países que integran la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Como respuesta, el anarco capitalista sostuvo que no se someterá al "marxismo cultural". Desde su creación en el año 2015, la Agenda 2030 plantea un listado de 17 objetivos, entre los que se destacan las alianzas entre países para combatir la pobreza y el hambre, asegurar el acceso a la Salud, reducir la brecha de género y políticas para frenar el cambio climático.
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La pregunta de Massa no era inocente. Podía anticiparse la respuesta del candidato anarco capitalistas, quien no tiene ningún tapujo en definir como "comunista" o "marxista" toda idea que no se ciña al más absoluto esquema neoliberal. Así es que aseguró que rompería con la adhesión de Argentina a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfica) por considerarlos países gobernados por comunistas. Lo mismo --y por las mismas razones-- sobre el comercio en el Mercosur. También niega el calentamiento global y considera que el desarrollo humano se logrará a partir del derrame de una mejora en la situación del capital. Por todo esto, no era de esperar otra respuesta. "Nosotros no vamos a adherir a la agenda 2030. Nosotros no adherimos al marxismo cultural, no adherimos a la decadencia", indicó el candidato por LLA.
En 2015, los países que integran la ONU firmaron un acuerdo para el desarrollo con miras al 2030, que incluye objetivos de desarrollo sostenible --seguramente considerados "marxistas" por Milei-- sobre Poner fin a la pobreza, Hambre y seguridad alimentaria, Salud, Educación, Igualdad de género y empoderamiento de la mujer, Agua y saneamiento, Energía, Crecimiento económico, Infraestructura, Reducir las desigualdades entre países y dentro de ellos, Producción y consumo sostenibles, Cambio climático, Cuidado de Océanos y de Bosques, desertificación y diversidad biológica y Paz y justicia.
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Cambio climático
El área que más rechaza Milei y seguramente requiere medidas urgentes es el cambio climático. "Si no reducimos ahora las emisiones sin precedentes de gases de efecto invernadero, se estima que el calentamiento global alcanzará los 1,5 grados centígrados en las próximas décadas. Los efectos combinados serán catastróficos e irreversibles: el aumento de la acidificación de los océanos, la erosión de las costas, condiciones meteorológicas extremas, desastres naturales más graves y frecuentes, la continuación de la degradación de los suelos, la pérdida de especies vitales y el colapso de ecosistemas", señala Liu Zhenmin, secretario general adjunto de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU.
Estos efectos, según estima la ONU --y por eso el rechazo de Milei--, afectarán más a los pobres. Pero también atentará contra la sustentabilidad de la producción de alimentos, lo que "provocará una escasez alimentaria generalizada y el hambre, que podrían desplazar a hasta 140 millones de personas para el año 2050", explica Zhenmin. "Así como estos problemas están interrelacionados, las soluciones a la pobreza, la desigualdad, el cambio climático y otros desafíos a nivel mundial también lo están", agrega el secretario general del área dentro de la ONU. La promoción de la agricultura sostenible puede ayudar a reducir tanto el hambre como la pobreza, ya que cerca del 80 por ciento de las personas que son extremadamente pobres viven en zonas rurales.
El impacto del cambio climático en la actividad económica es cada vez más evidente, pese al negacionismo de Milei. Entre 1998 y 2017 (última medición), las pérdidas económicas directas causadas por desastres se estimaron en casi 3 billones de dólares, de los cuales los desastres relacionados con el clima representaron el 77 por ciento del total (con un aumento del 151 por ciento respecto del lapso entre 1978 y 1997). Durante dicho período, los desastres climáticos y geofísicos se cobraron la vida de unos 1,3 millones de personas. Más del 90 por ciento de todos los desastres fueron causados por inundaciones, tormentas, sequías, olas de calor u otros fenómenos meteorológicos extremos.
"La pobreza es uno de los principales desencadenantes del riesgo de desastres, por lo que no es de extrañar que los países más pobres sufran en medida desproporcionada los daños y las pérdidas de vidas que se atribuyen a los desastres. Más del 90 por ciento de las muertes por desastres registradas a nivel internacional se producen en países de ingresos bajos y medianos", detalla el último informe con el estado de situación de los objetivos que se plantearon en la Agenda.
Desde el 2010 se duplicaron las zonas marinas protegidas, los países están trabajando de manera concertada para abordar la pesca ilegal, y 186 partes ratificaron el Acuerdo de París sobre el cambio climático --que fue rechazado por Milei durante el debate también por "marxista" y casi todas han comunicado sus primeras contribuciones determinadas a nivel nacional.
Pobreza
Otro objetivo que es descartado por el candidato anarco capitalista y es uno de los más difíciles de afrontar. De hecho, si bien el progreso en la lucha contra la pobreza continúa, está siendo más lento, lo que dificulta alcanzar el primer punto. La proporción de la población mundial que vive en la pobreza extrema disminuyó al 10 por ciento en 2015, en comparación con el 16 por ciento en el año 2010 y el 36 por ciento en 1990. Más de mil millones de personas han salido de la pobreza en los últimos 25 años.
Sin embargo, la pobreza extrema sigue siendo obstinadamente elevada en los países de bajos ingresos y en aquellos afectados por conflictos y disturbios políticos. Como se explicó anteriormente, alrededor del 79 por ciento de los pobres del mundo vive en zonas rurales. La tasa de pobreza en las zonas rurales es de 17,2 por ciento, más de tres veces superior a la de las zonas urbanas (5,3 por ciento). Cerca de la mitad (46 por ciento) de las personas que viven en pobreza extrema son niños menores de 14 años.
"Los programas de protección social disminuyen el peso de la pobreza; también pueden evitar que las personas caigan en la pobreza. Al ayudar a evitar y aliviar la pobreza y la desigualdad en todas las etapas de la vida de las personas, estos programas generan sociedades más inclusivas y estables. Sin embargo, sólo el 45 por ciento de la población mundial está efectivamente cubierta por al menos una prestación de protección social en efectivo", según el relevamiento de la ONU.
Las diferencias entre las regiones son marcadas. El 92 por ciento de los niños están cubiertos por sistemas de protección social en Europa y América del Norte y el 56 por ciento en América Latina y el Caribe, pero sólo el 13 por ciento en el África subsahariana y el 14 por ciento en Asia oriental y sudoriental. Tal como sucede en la Argentina, la pobreza afecta a los niños de manera desproporcionada.
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La enseñanza permite una movilidad socioeconómica ascendente y es la clave para escapar de la pobreza, para lo cual debe asegurarse el acceso a la Educación y no privatizarla como plantea LLA.
Empleo formal
El empleo informal sigue siendo un desafío importante para cumplir con el objetivo de trabajo decente para todos. El empleo informal continúa siendo muy generalizado en todos los países en desarrollo. De acuerdo con los últimos datos disponibles para 54 países en desarrollo, en tres cuartas partes de ellos, más de la mitad de los trabajadores en sectores no agrícolas tienen empleos informales.
En aproximadamente el 70 por ciento de los países, la proporción del empleo informal en los sectores no agrícolas es mayor para las mujeres que para los hombres. Estas constataciones requieren una atención urgente por parte de los encargados de la formulación de políticas, debido a los efectos negativos que el empleo informal tiene en los ingresos, la protección social, la seguridad laboral, la salud y las condiciones de trabajo en general.
El empleo informal está vinculado a tasas de pobreza más altas y es un desafío importante para el objetivo del trabajo decente para todos. Las mujeres siguen ganando menos que los hombres. Un análisis realizado de los últimos datos disponibles para 62 países reveló que el salario medio por hora de los hombres es un 12 por ciento más alto que el de las mujeres.
Por su parte, los hombres presentaron una ventaja salarial en cada una de las principales categorías laborales en 49 países con datos pertinentes. El promedio de la desigualdad salarial entre hombres y mujeres supera el 20 por ciento en las ocupaciones directivas y profesionales, así como entre los artesanos y trabajadores de venta de artesanías, y los operadores y ensambladores en plantas de maquinaria.