Motosierrra al bolsillo: sin subsidios, el pasaje de colectivo se iría a $500 y el de tren a $ 1000 en el AMBA

El candidato a presidente quiere desregular por completo el sistema de subsidios por parte del Estado. Para un pasajero promedio del AMBA que viaja al trabajo, el costo mensual ascenderá a casi 50 mil pesos.

27 de agosto, 2023 | 00.05

De cara a las elecciones 2023, el candidato a presidente de La Libertad Avanza, Javier Milei, plantea desregular el sistema de subsidios al transporte por parte del Estado y dejarlo en manos del libre mercado. Sin fondos públicos, el costo del boleto de colectivo en el AMBA sería de $ 500, mientras que el de tren se dispararía hasta casi los $ 1.000. Para un trabajador, viajar sería imposible.

En una entrevista realizada en la señal de noticias La Nación Más, Milei sostuvo: "Hay que desregular tarifas de transporte, el problema no es que los precios suben, el problema es que el peso se degrada. Nuestra meta es liberar los precios y quitar impuestos para ir a un nivel de cumplimiento de las condiciones de contrato. El problema es la presencia del Estado". Repliquemos este modelo en la situación actual.

Según pudo averiguar El Destape, el precio del boleto de colectivos del AMBA sería de $ 500 y el de tren se elevaría hasta los $ 964. Las cifras hablan por su cuenta, pero un ejercicio didáctico puede ayudar a comprender mejor el impacto de la quita de subsidios.

En promedio, una persona que viaja hacia el trabajo realiza seis viajes durante el día. Si se toma como parámetro la tarifa base (tramo de 0 a 3 kilómetros) y una semana laboral de cinco días, una persona tendría que gastar mensualmente $ 48.560 bajo el esquema propuesto por Milei. A contramano, bajo este sistema de subsidios la misma persona se desprende entre $ 3.500 y $ 4.000 por mes.

Sobre fin de mes, ya se puede calcular cuánto va a costar viajar en transporte público en septiembre. De esta manera, el boleto mínimo del colectivo quedará en $56,24; el tren se moverá entre los $27,31 y $35,34. Por su parte viajar en subte costará $80, de acuerdo con la escala de precios estipulada por el Gobierno de la Ciudad.

La presencia del Estado en la Red SUBE

Con el esquema inaugurado este año, la tarifa de transporte se rige bajo un ritmo de aumentos mensuales definidos por la inflación registrada en el mes previo. Con subas récord para el índice general, el costo del boleto aumenta cada vez más. Luego de grandes periodos de congelamiento, la tarifa volvió a subir.

El sistema también se rige bajo la Red SUBE para que aquellos que viajan más paguen menos: los pasajeros pagan la tarifa completa en su primer viaje. Luego, si hacen combinación, abonan el segundo boleto con un 50% de descuento. A partir de la tercera combinación, los pasajeros pagan con un 75% de descuento, facilitando la movilidad para los usuarios que recorren distancias mayores. El beneficio funciona en un lapso de dos horas, las cuales empiezan a contar desde que pagaste el primer boleto, hasta que volvés a pagar con la SUBE en tu última combinación.

La discusión por el precio del boleto

De acuerdo a un informe del Instituto del Transporte de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), el bondi es relativamente barato. Hace 25 años, con lo que valía un alfajor, te comprabas un boleto; mientras que hoy con esa misma golosina te alcanza para dos o tres boletos. Los precios relativos de los distintos bienes y servicios van modificándose a lo largo del tiempo, por muchas razones. ¿Qué es un precio relativo? Es la relación entre el precio de un bien con respecto a otro bien. Por ejemplo: cuánto vale el maíz en relación a la soja, o cuántos salarios se necesitan para comprar una casa o un auto.

En este caso no es, necesariamente, porque lo que cuesta mover un colectivo se hubiera reducido en relación a la producción de alfajores. Más bien se trata de la aplicación de una política pública concreta para que los usuarios paguen menos de lo que cuesta.

Hasta el año 2002 el costo del sistema se cubría exclusivamente con la recaudación por venta de boletos; es decir, que los usuarios pagaban la tarifa técnica. Pero a partir de allí aparecen los subsidios: el Estado decide hacerse cargo de una parte del costo, desvinculando al precio del boleto -también llamado tarifa comercial- de la tarifa técnica. Mientras esta última registra aumentos en forma regular, el boleto se mantuvo constante durante largos periodos. De esta forma el boleto se fue “abaratando”.

Qué pasaría si no hubiera subsidios

Como los usuarios tendrían que financiar todo el sistema, el precio del boleto aumentaría hasta igualar la tarifa técnica y el primer efecto sería una caída de la demanda: algunos no podrían abonar ese monto y deberían encontrar alternativas o, directamente, no viajar. Otros usarían menos este modo, y más el auto, la moto, el taxi, etc. Y más aún, esta caída de la demanda requeriría un nuevo aumento de la tarifa, que a su vez haría caer otra vez la demanda. Un círculo vicioso que eventualmente encontraría un equilibrio, con menos usuarios que pagarían más por viajar, en una ciudad con más autos y motos circulando. Esto implicaría un aumento de la congestión, de la contaminación y de los accidentes.

Si bien todos pagan el boleto menos de lo que realmente cuesta, algunos pagan incluso menos: cumpliendo ciertos atributos, se aplican descuentos específicos a algunos usuarios o viajes. Es lo que se conoce como focalización del subsidio, y fue posible desarrollar, en gran medida, gracias a la implementación del SUBE como medio de pago. Por ejemplo, de los 141 millones de viajes realizados en junio de 2021, aproximadamente la mitad fueron tarifas “comunes”, mientras que el resto contó con algún tipo de descuento particular.