La economía que viene: fortalezas y desafíos del gran factor electoral

Cómo continuará la actividad económica dependerá del resultado de este domingo y de las recetas que cada candidato imponga.

22 de octubre, 2023 | 00.05

El resultado de las elecciones primarias había expresado un fuerte malestar, principalmente en el segmento laboral y le dio luz verde a ideas de motosierra, dinamita y estallidos, pese a que ese tipo de recetas empeorarían el escenario actual. El resultado de las elecciones PASO dejó un escenario abierto de cara a las generales del 22 de octubre, con un alto grado de incertidumbre sobre el devenir de la economía argentina, que llevó a que se profundizaran las propuestas (para bien o para mal). El oficialismo buscó despegarse en las últimas semanas de la estricta receta del Fondo Monetario y otorgó alivios a los sectores más golpeados por la inflación. Desde la oposición fogonearon corridas y prometen un camino de ajuste más severo, incluso peor que el que pide el FMI.

En este contexto, la economía aguarda las elecciones con varios desafíos por delante, como bajar la inflación, lograr una mejora en la redistribución del ingreso y acumular dólares para superar la restricción externa. Las fortalezas que mantienen cierta solidez a futuro están relacionadas con el comercio exterior, con la puesta en marcha de las exportaciones de Vaca Muerta, el complejo del litio y del segmento agropecuario (con la mayor presencia de las economías regionales).

En Japón existe una  técnica de reparación que se denomina kintsugi y se traduce como “carpintería dorada”. Se utiliza una laca especial mezclada con oro, plata o platino, para reparar el objeto de manera que resalte (en lugar de ocultar) el daño. Esta artesanal forma de reparación celebra la ruptura como parte de la historia del objeto, y no como el final de la historia. Este domingo se elige entre reparar, sin ocultar el daño y preservar lo que "no está roto" y entre quienes quieren tirar todo a la basura –empezando por los ahorros de los argentinos—, junto con su historia e instaurar otra crónica –aunque sea un viejo cuento—para lo cual fogonean el que "explote todo".

Junto a los distintos escenarios que se abren a partir del resultado electoral, también se espera que salga a jugar el FMI con sus revisiones sobre las metas acordadas. “Un triunfo de los espacios que proponen la unificación cambiaria inmediata o la más extrema dolarización generarían mayores turbulencias cambiarias y financieras en la transición hacia un nuevo gobierno”, señala un informe de la  Fundación de Investigaciones para el Desarrollo Económico (FIDE).

Estado de situación

La actividad económica llega con una contracción, y aunque esto se debe principalmente a la sequía –el agro evidencia un retroceso de 40 por ciento interanual—, evidencia signos de caída la industria manufacturera y una ralentización  en el comercio y construcción. Es un escenario difícil que se suma a ocho años de pérdida de poder adquisitivo de los hogares. Por su parte, la falta de divisas producto de menores ventas externas del principal complejo exportador, el agro, complicó la asignación de dólares para la importación, lo que encareció la producción nacional e incentivó la racionalización de stock, provocando importantes faltantes de insumos y artículos terminados.

Para el próximo año se espera que esta situación se reviera, por cuestiones climáticas, en el caso del agro, pero también se sume una exportación más plena del complejo hidrocarburífero con Vaca Muerta y del litio. El arribo de esos dólares debería darle cierto alivio a las reservas, lo que permitiría ir adjudicando divisas para el sector productivo. Siempre y cuando no terminen privatizada su explotación. El anuncio de la ampliación del swap (intercambio) de monedas entre el Banco Central y el Banco Popular de China de esta semana va en dirección a aliviar las reservas.

Según la consultora Ecolatina, más allá de las variables macroeconómicas, la “economía del bolsillo" juega un rol fundamental en la confianza que la sociedad tiene en un Gobierno, lo que puede afectar consecuentemente el voto. “Los sectores vinculados a la demanda interna serán los más afectados, ante un consumo privado que continuará debilitándose y mayores restricciones a las importaciones, que limitan la oferta de insumos. Mientras, la minería, el sector de gas y petróleo y la industria automotriz continuarán siendo algunos de los sostenes de la actividad”, destaca FIDE.

En las últimas semanas, como preámbulo de otra Argentina posible, se definieron medidas que buscaron desacelerar la inflación, como frenar la suba del dólar oficial y las tarifas, mantener las tasas de interés activas (para préstamos) reales negativas, promoviendo el crédito barato y positivas para el ahorro. Sin embargo, las cifras negativas que deberá revertir un próximo Gobierno abarcan a la situación actual de la pobreza que ya alcanza al 40 por ciento de la población, una inflación acumulada en el año de 103 por ciento y de 138 interanual y un deterioro de los salarios formales y las jubilaciones superior al 30 por ciento en los últimos seis años.

Empleo de mejor calidad

En el caso del empleo, conviven con el desafío de los bajos ingresos una situación récord en los niveles de ocupación. La tasa de ocupación alcanzó niveles máximos para los años electorales analizados, mientras que la tasa de desempleo se encontró en niveles mínimos. Sin embargo, al realizar un análisis al interior de las modalidades de empleo se observa que la mayor cantidad de nuevos empleos de los últimos años correspondió a puestos informales y cuentapropistas.

En este caso, la estrategia deberá combinar políticas de ingreso para el corto plazo con otras que apunten hacia la mejora estructural del poder adquisitivo. Éstas contribuirán en ese sentido la propia reducción de la inflación, la recuperación del salario mínimo como instrumento de referencia, los incrementos salariales extraordinarios y la participación de las y los trabajadores en el crecimiento de los ingresos por aumento de la productividad e incorporación de tecnologías”, señala un informe de la Universidad de San Martín (UNSAM).

Quienes tienen empleos formales, las paritarias los ubicaron en una mejor situación que al resto de los trabajadores. El desafío de formalizar a todos los trabajadores y mejorar los ingresos del sistema previsional no es menor y no faltan las propuestas de dejar esa tarea a manos del mercado.

La pulseada financiera

Los errores de la política económica, sumados a la peor sequía de la historia y la aparición de un outsider con una propuesta económica disruptiva se combinaron para generar una inflación de dos dígitos por dos meses consecutivos y una corrida cambiaria que llevó la brecha entre el tipo de cambio oficial y  el paralelo por encima del 180 por ciento”, detalla el último informe de la consultora PxQ. En este marco, el Gobierno avanzó con una combinación de  restricciones a la demanda en los mercados paralelos y el anuncio de dos fuentes de dólares de magnitud: la activación del segundo tramo del swap chino (por el equivalente a 6500 millones) y el ingreso post elección de otros 1000 millones por la licitación del 5G.

“Sin embargo, en la medida que La Libertad Avanza (LLA) confirma dolarización o competencia de monedas como su principal propuesta económica, la curva de pesos se desarma y los dólares paralelos se  disparan”, agrega la consultora que dirige el ex viceministro de Economía Emmanuel Álvarez Agis. “Para peor, el líder de la LLA parece decidido a maximizar sus chances electorales  tratando de transformar la típica corrida cambiara pre electoral en una corrida bancaria (tanto  de pesos como de dólares)”, agrega el documento.

En los últimos días la divisa en el segmento paralelo llegó a superar los 1000 pesos y todas las miradas apuntan a lo que suceda el lunes tras las elecciones generales. El viceministro de Economía Gabriel Rubinstein anunció que se mantendrá el ancla cambiaria, donde el oficial mayorista se calvó en 350 pesos, hasta el 15 de noviembre y luego se aplicarían devaluaciones promedio mensuales del orden del 3 por ciento. 

El déficit fiscal no se encuentra en una trayectoria descontrolada y no exhibe factores de endogeneidad. “A partir de la llegada del actual ministro de economía el gasto comenzó a caer en términos reales y, de no ser por el efecto negativo que tiene la sequía en la recaudación, el país  estaría cumpliendo la meta con el FMI de 1,9 por ciento de déficit primario”, destaca el informe de FIDE, con lo cual, un mayor ajuste –al estilo motosierra—no sería la clave para una baja notoria de la inflación.

Paradójicamente, la administración del mercado cambiario (o cepo) es una de las mayores barreras de contención en los precios. Los últimos movimientos confirman que el traspaso a precios de la devaluación fue mayor y más rápido que en todas las devaluaciones de la postconvertibiliad, algo que se explica bajo el actual contexto de alta inflación y fuerte inercia.

“¿Tenemos problemas? Sí, pero el crecimiento está ahí. Crece la industria automotriz, la minería está duplicando su producción, ya hay récord de producción de petróleo y 57 millones de metros cúbicos de gas por día. Ya está listo el gasoducto y de tener un déficit energético de 5 mil millones, ya este año lo equilibramos y el año que viene tendremos superávit. Tenemos problemas de fondo, pero los activos de la Argentina son extraordinarios”, sostuvo en un encuentro empresario el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren. Este domingo se elegirá entre la posibilidad de aplicar la técnica kintsugi o la promesa de romper todo y "empezar de nuevo" con recetas más que probadas e inservibles.