Fuerte ajuste, deuda, tarifazo y privatizaciones son algunas de las posibles consecuencias de las propuestas de campaña que expusieron los precandidatos a presidente de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta de cara a las elecciones 2023. Sin nuevas ideas en el tintero, los precandidatos fueron explícitos ante la sociedad: si vuelven al gobierno, aplicarán las mismas recetas ejecutadas a principios de siglo y durante la gestión de Mauricio Macri.
En el afán de prometer la baja de la inflación, Bullrich y Larreta lanzaron dos ofertas de gran peligro para los sectores populares del país. La exfuncionaria del gobierno de Fernando de la Rúa adelantó que pedirá un nuevo mega crédito al FMI, mientras que el jefe de gobierno porteño anticipó que reducirán el déficit fiscal a cero en tan solo un año, sin brindar detalles sobre cómo hacerlo. Es que los detalles confluyen en un brutal ajuste.
¿Déficit cero?
En declaraciones públicas, Rodríguez Larreta afirmó: "Tenemos que ir a déficit fiscal cero el primer año. Vamos a reducir la estructura de ministerios a la mitad, pero con eso no alcanza. Necesitamos gente que sepa mirar cada partida en detalle". Los eufemismo esconden el inevitable recorte.
De acuerdo a un informe de la consultora PxQ que rebatía las advertencias sobre una "bomba fiscal" en el mercado de deuda local, si la oposición "prevé llevar a cabo un ajuste fiscal de una magnitud tal que elimine las necesidades financiamiento, la pregunta ya no refiere a la sostenibilidad de la deuda, sino a la sostenibilidad social y económica de tal programa". Por eso resulta central evaluar la viabilidad de un ajuste fiscal le permita el gobierno de 2024 eliminar por completo las necesidades de financiamiento del Tesoro.
Si el ministro de Economía, Sergio Massa, cumple con las metas fiscales del FMI para 2023, eso implicaría un déficit primario de -1,9% y un déficit total de -3,7%. ¿Cómo podría la oposición pasar de 3,7% a 0%? Solo en el caso de no tocar el gasto social (jubilaciones, gasto en niñez y planes sociales), el ahorro fiscal se sintetizaría de la siguiente forma:
- Reducir los subsidios a la energía a la tarifa social (1,1%).
- Llevar la obra pública a mínimos históricos (0,6%).
- Lo mismo con el déficit de las empresas públicas (0,3%).
- Reducir a 0% las transferencias a universidad públicas, tal como en 2017 (0,7%).
- Minimizar el resto de los gastos (0,2%)
Aún así faltarían 0,8% y Juntos por el Cambio no planea subir impuestos, sino lo contrario. En diálogo con El Destape, el director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, afirmó que esta propuesta "solo considera recortar el gasto porque que no habría suba de impuestos, sino un aumento. Dicho de otro modo, Larreta hará un ajuste mayor al actual, porque a los dos puntos de déficit actuales se le sumará la recaída por la quita de impuestos a los mas ricos de la sociedad".
"No explica cómo hará el recorte, no lo puede hacer con los slogans. Si pretende eliminar los planes sociales, solo alcanza el 0,6% del PBI", afirmó. El economista deslizó que se enfoque en "el déficit de las empresas públicas, tal vez piense en privatizar YPF, Aerolíneas o Enarsa, lo cual llevaria a una brutal suba de los servicios públicos".
Para el economista jefe de la consultora FIDE, Pedro Gaite, una baja del déficit de ese calibre "implicaría un fuerte ajuste del gasto público, más allá de la recomposición de ingresos para la recaudación". En esa línea, reflexionó: "La pregunta sería qué partidas recortaría. Sería de difícil cumplimiento sin hacer ajuste en partidas sensibles y la consecuencia sería una contracción de la actividad económica".
Bullrich, blindaje a la 2001
Patricia Bullrich insinuó esta semana que de ganar las elecciones presidenciales volvería a pedirle al FMI un blindaje financiero, tal como hizo el Gobierno de Fernando de la Rúa. El blindaje financiero del año 2000 fue una negociación llevada adelante por el Gobierno de la primera Alianza, con Fernando De la Rúa a la cabeza, con el objetivo de robustecer las reservas del Banco Central para enfrentar vencimientos de deuda y, a su vez, seguir sosteniendo el modelo de la convertibilidad y la falacia del 1 a 1.
Bullrich, en su rol de ministra de Trabajo, fue clave para aplicar un ajuste fiscal al recortarle los haberes a jubilados y jubiladas, tal como reclamaba el Fondo Monetario Internacional. Dentro de aquel enorme paquete de deuda, el FMI aportó US$ 13.700 millones, mientras que el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) pusieron US$ 2.500 millones cada uno.
"Bullrich propone nuevamente recurrir al Fondo. Ella está a dispuesta a conceder este tipo de políticas y lo que está proponiendo es seguir el camino que recorrió con la alianza: ser fuerte con los débiles y genuflexa con los poderosos", definió Letcher. Fue la exministra de Seguridad de Macri quien se encargó de anunciar el recorte de las jubilaciones en un 13% hace poco mas de 20 años.
Por su parte, Gaite sostuvo que "no hay margen para pedirle mas plata al Fondo", porque "ya se tomó el crédito más grande de la historia". Desde su mirada, "El FMI no prestará mas dinero hasta que retorne el pago del crédito".
"Lo paradójico es que plantea pedir un préstamo para liberar los controles cambiarios, que fueron aplicados luego de la toma del crédito de 2018 y de cual estamos pagando las consecuencias. Desconocen el pasado y la actual situación. Son afirmaciones más liberales que las del Fondo mismo", consignó el economista.