En sintonía con la contracción en términos de producción, ventas al mercado interno e importaciones que sufre el sector automotriz a nivel nacional, Córdoba sufre la recesión impulsada por el presidente Javier Milei y el gobernador Martín Llaryora: los números oficiales que publicó la Asociación de Concesionarios de Automotores (ACARA), mostraron que entre enero y junio de 2024, se vendieron en total 182.399 automóviles cero kilómetro, lo que representa una caída de las ventas del 22,6% en relación con los mismos seis meses de 2023.
Las automotrices siguen cayendo por la crisis económica y no encuentran su piso: los datos de la ACARA reflejan que las ventas fueron 12,9% menor que en el primer semestre de 2022 y un 13,5% peor que en los primeros seis meses de 2021.
La preocupante referencia inmediata anterior es en 2020, año de la pandemia del Covid-19, cuando hubo tan sólo 153.400 autos en los primeros seis meses. A su vez, también se evidenciaron alarmantes números en 2019, antes del cambio de gobierno entre Mauricio Macri y Alberto Fernández, cuando se habían registrado 249.539 unidades. En comparación con aquel año, la baja de 2024 es del 26,9 por ciento.
Ante este escenario, que además se vio afectado por variables externas como las inundaciones del sur de Brasil que dejaron sin suministro de partes o insumos a las plantas argentinas, algunos fabricantes profundizaron los ajustes de producción para adecuarse a una demanda más baja.
La Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA) informó que, la producción nacional de vehículos en junio fue de 32.029 unidades, 16,7% menos respecto a mayo y 40,2% menos respecto del mismo mes del año pasado. El sector exportó 20.884 unidades, es decir, registró una baja de 9,1% en su comparación con el mes anterior, y 10,3% menos respecto del volumen que se contabilizó en junio de 2023.
En ese sentido, la actividad industrial cayó un 27 por ciento en 2024 y las terminales comenzaron a aplicar retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas.
La Unión Industrial Argentina (UIA) también destacó una aceleración de la caída en el empleo asalariado registrado. Desde agosto pasado, se perdieron más de 15.000 puestos de trabajo en la industria. Se espera que la venta de autos importados se incremente en los próximos meses, hasta representar siete de cada diez vendidos, desplazando de las concesionarias a las unidades de producción nacional, según estimaciones de la organización.
El secretario general del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata), Ricardo Pignanelli, aseguró que el sector automotor "está muy, pero muy mal". "El año pasado se produjeron 580.000 unidades y este año el mejor escenario que se plantea es de 330.000 o 350.000 unidades. Esto es una caída superior al 27 por ciento", dijo el dirigente en declaraciones a El Destape Radio.
Además, el gremialista detalló que hay "problemas de ingreso de autopartes que abastecen de forma directa y pequeñas partes que abastecen a las pymes para conformar el contenido nacional. Todo eso es un combo que no resiste ningún análisis. Nunca, en mis 47 años en la industria, más 12 años que estuvo mi viejo, nunca vi una crisis como esta. Ni siquiera a nivel social".
Crisis automotriz: las empresas frenan la producción en Córdoba
A pesar de los tibios reclamos de Llaryora, las provincias sufren los recortes de las transferencias discrecionales del presidente Milei y el derrumbe del consumo, que se ve representado en la situación de grandes empresas del sector.
Smata, el gremio que nuclea a los trabajadores de la industria automotriz y autopartista de Córdoba, trazó un panorama del preocupante contexto que atraviesan las tres fábricas de automóviles que están radicadas en la Provincia: Stellantis con la planta de Fiat en Ferreyra, Iveco con su centro industrial en la misma localidad y Renault/Nissan en Santa Isabel. También Volkswagen tiene un centro industrial donde produce cajas de velocidades, camiones y ensable motos Ducati.
El responsable de comunicaciones y prensa del sindicato, Javier García, afirmó en diálogo con Infobae que “la baja se siente y no sólo afecta a los operarios de las fábricas sino a todos los proveedores directos e indirectos". Asimismo, sostuvo que están trabajando "en conjunto con las fábricas para que el impacto sea el menor posible sobre las fuentes de trabajo”.
La planta de Fiat en Córdoba paró sus operaciones debido a la falta de componentes esenciales provenientes de Brasil, específicamente la caja de dirección. Esta problemática no solo afecta la producción local, sino que también tiene repercusiones en suelo brasileño, donde miles de unidades del mismo modelo están incompletas.
En tanto, Renault anunció un sistema de retiros voluntarios con un conveniente resarcimiento para los que lo aceptaran y, paralelamente, tomó la decisión de no renovar una serie de contratos que tenían fecha próxima de vencimiento, ofreciendo para quienes se retiraran antes de esa fecha, una suma de dinero compensatoria que no habrían recibido si decidían seguir hasta el final de su vínculo laboral. Muchos operarios tomaron esas alternativas, permitiendo que la plantilla se reduzca a números que permiten continuar con la producción amoldada al momento.
No obstante, como los números no se recuperaron, la siguiente decisión fue la de reducir de dos a un turno, que a su vez pasó de 8 a 6 horas de trabajo para la planta montaje de vehículos particulares de Renault, mientras se mantienen los dos turnos en la línea que comparten con Nissan donde se fabrican las pick-up Frontier y Alaskan, aunque con cortes alternativos para adecuarse a la demanda.
Por su parte, Iveco acordó reducir la jornada a 6 horas en lugar de las 8 anteriores para la producción de camiones y buses para adecuarse a la situación del mercado. Finalmente, en Volkwagen, redujeron las jornadas también a 6 horas en dos plantas, mientras que en la restante se mantiene el esquema de 8 horas de trabajo.
En todos los casos, se busca que la reducción de horas no impacte fuertemente en los salarios, por lo que se están alcanzando acuerdos que van desde pagar 7 horas aunque se trabajen 6, o que se paguen 6 completas y el 75% de las dos horas que no se trabajará. Estas negociaciones podrían cerrarse en los próximos días, aunque algunas puntos ya fueron acordados.