Crece el temor a una nueva crisis financiera en EEUU de la mano de las tecnológicas

La situación económica actual exhibe magnitudes similares a las de 2008, que se exacerban con la suba de tasas de la Reserva Federal, la autoridad monetaria de EEUU. ¿Cuál puede ser el impacto en la Argentina?

13 de marzo, 2023 | 14.49

"No te digo un 2008, pero algo parecido seguro. Todo junto en 2023: crisis global, guerra, sequía, herencia y errores. Es tremendo. Van a tener que revisar la receta de seguir subiendo las tasas de interés para bajar la inflación. La contraparte, siempre es deterioro del precio de todos activos en el mercado, por la forma en que están valuados". Quien resume con estas primeras impresiones lo que se presenta como un frente de tormenta con bastante similitudes al crack de 2008 fue funcionario en esa última crisis. Alejandro Vanoli, en ese momento, era vicepresidente de la Comisión Nacional de Valores. 

Paradójicamente, aunque se verá afectada, las finanzas de los bancos en la Argentina tienen la mayor solvencia en una década. Obviamente porque las altas tasas impiden una mayor demanda de créditos. La gran diferencia, respecto de la Argentina, era el desendeudamiento que permitió una política pro-cíclica que salvó gigantes como General Motors, lo que no logró ni Estados Unidos en Detroit.

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El canal de contagio siempre está vinculado con alguna "novedad", "unicornios" o los tristemente célebres "derivados". Lo que siempre prendió la mecha fue la Reserva Federal subiendo sus tasas de interés para bajar la actividad económica y, así, controlar la inflación. "Se sabe que la Fed va a seguir los ajustes de tasas pero ahora se habla de mayores subas que las previstas hace pocas semanas, por la supuesta inflación subyacente y eventuales datos positivos de empleo, pero estimo que la tienen que desacelerar", aseguró quien no solo presidió la CNV, sino también el Banco Central y la ANSES . "Los bancos mayoristas e institucionales van a hacer los más afectados, como siempre...como con el Tequila en los 70 y 2008", sostuvo Vanoli en diálogo con El Destape.

La primera similitud es cómo arranca. Previo a la última crisis, de la cual se cumplen ya 15 años, la economía estadounidense se "percibía" recalentada (eufemismo para hablar de inflación, terreno en el que se dirimen las pujas distributivas) y por eso habían cortado una larga política de tasas de interés cercanas a cero. El 2 de octubre de 2008 en su reunión mensual, el comité de deuda de la FED tuvo que frenar la escalada porque el crack ya se sentía. En ese momento, la Fed tenía la tasa en 4,25 por ciento anual y la redujo 0,5 por ciento. Una tasa tan alta hizo saltar las hipotecas baratas y sin control que habían pululado durante la previa. Actualmente la Fed mantiene la tasa en 4,75 por ciento y llegó a hablarse de un nuevo ajuste hasta que llegue a un 6 por ciento anual

El problema es que, con los actuales niveles de inflación global, sigue siendo una tasa real negativa. Es decir, no resuelve sino que empeora, vía encarecimiento del costo del dinero, la actividad real. Anoche el presidente estadounidense Joe Biden salió dar una inusual (por horario y temario) señal a los mercados, anticipando otra jornada de derrape como la del viernes pasado. "El sistema bancario es sólido y los depósitos estarán allí cuando los vayan a buscar", aseguró en televisión. Esa semana había habido una corrida millonaria contra el Silicon Valley Bank, el noveno banco más grande de Estados Unidos, vinculado con las firmas electrónicas. 

A la quiebra de ese banco se sumaron este lunes otras dos firmas. Los organismos reguladores anunciaron estadounidenses anunciaron el cierre de Signature Bank de Nueva York y el Silvergate Bank y prometieron que se aplicará un plan para que se reembolse a los clientes todo el dinero depositado, como con el Silicon Valley Bank. 

El derrotero viene desde finales del año pasado, con un recorte de trabajadores en las principales empresas tecnológicas, cuando comenzó a ralentizarse la economía ante las medidas contractivas de los principales bancos rectores del mundo; y el primer recorte comenzó a notarse en las "publicidades", principal fuente de ingresos de estos "unicornios".  Así será recordada seguramente la crisis que se avecina si no hay algún cambio de timón. Si no, otra más a la lista que ofrece cada vez con más frecuencia el capitalismo exacerbado. 

Cómo comenzó esta historia

Para iniciar la recorrida de esta última crisis, se sobreentiende el efecto en la inflación global que dejaron el cierre y posterior apertura de los mercados por la pandemia y la contracción de la oferta que derivó en aumento de precios, en particular de la energía, por la guerra en Ucrania. Con esa línea, la decisión de los principales bancos mundiales, que comenzaban a ver niveles de inflación que no tocaban hacía al menos tres o cuatro décadas, de subir la tasa de interés como habían hecho ante un episodio similar, al que consideraban ya un mal extinto. 

La suba de la tasa encareció la actividad económica y comenzó a frenarla a nivel global. El problema es que con la pandemia, tal como reconoce el Banco Mundial, las economías quedaron muy endeudadas. Y el impacto está siendo más una baja de actividad que de inflación. Los recortes se hicieron masivos en varias industrias, pero el fenómeno se centró en las empresas tecnológicas, como Twitter, Amazon, Facebook o Google, donde su principal ingreso es la publicidad, precisamente uno de los ítems que se suele reducir en medio de las crisis. 

Si bien es cierto que tuvieron un boom sobredimensionado en medio de la pandemia y producto de las cuarentenas, las actividades que se financian por la publicidad tienen "todos los números" para ser impactas por la dupla inflación y recesión. Esta vez no fue tanto por falta de regulación, como en la crisis de las 'subprime' (bajo costo o basura), aunque el propio Biden insinuó el domingo una nueva regulación de los grandes bancos tras la mayor quiebra bancaria de Estados Unidos desde la crisis financiera de 2008, pero se enfrenta a un Congreso dividido que probablemente no apruebe nuevas normas más estrictas.  En declaraciones desde la Casa Blanca, añadió que los contribuyentes de Estados Unidos no se harán cargo de las pérdidas del banco y que pedirá al Congreso que "refuerce" la regulación del sector bancario.

El viernes, la quiebra e intervención del gobierno de Estados Unidos a Silicon Valley Bank (SVB), uno de los 20 bancos más grandes del país, marcó el desplome generalizado de los mercados financieros internacionales, que empiezan a descontar un escenario de recesión mundial. Los motores los repetimos: suba de tasas de interés y su efecto sobre la deuda de empresas y Estados.

La caída había comenzado en Wall Street, donde las principales empresas industriales marcaron mínimos desde noviembre del año pasado, y el Nasdaq, vinculado con el sector tecnológico, donde se eliminaron ganancias de todo un año en días. Muchas de estas empresas tenían cuentas en Silicon Valley (SVB), California. El SVB es número 16 en tamaño, con 209.000 millones en activos totales y alrededor de 175.400 millones en depósitos totales a fines de 2022", destacó un informe de Synthesis, que preside el ex funcionario. 

La fuerte suba de tasas de interés que viene aplicando la Reserva Federal en los últimos meses afectó, sobre todo, a las pequeñas empresas tecnológicas, que son las que más precisan de financiamiento barato para solventar un crecimiento que no es rentable en sus primeros años y, en consecuencia, el banco también se vio afectado.

"La caída de Sillicon Valley Bank (SVB) refleja las fragilidades de cierta parte de la banca y del mercado global. El Banco, muy ligado al financiamiento de capital de riesgo (start ups) tuvo que liquidar diversos activos con una pérdida de 1800 millones de dólares ocasionadas por la suba de tasas del último año, ante retiros de inversores especulativos. Las acciones de la matriz de SVB, SVB Financial Group, caen 45 por ciento el viernes 10 de marzo luego de caer un 60 por ciento el jueves", de acuerdo con el último informe que lanzó la consultora de Vanoli, Synthesis.

Volver a salvar a los bancos

El impacto no lo tendrán los bancos tradicionales, que están diversificados y tienen depósitos tradicionales. El problema está en los mayoristas y los institucionales. El domingo, la Fed tuvo que anunciar la creación de una línea de liquidez (Bank Term Funding Program) con aportes del Tesoro por 25 mil millones de dólares de un Fondo de Estabilización para canjear activos a los bancos a la par que los bancos no tengan que salir a rematarlos con fuertes pérdidas, generando un círculo vicioso de corrida de depósitos, remate de activos y quiebras bancarias.

Acá no se está pensando justamente en el "farmer" (campesino). La Corporación Federal de Seguros de Depósitos cubrirá los depósitos de SVB hasta 250.000 de dólares que se pagarán este lunes el 13 de marzo. Mientras tanto, el FMI sigue pensando si reconoce un cambio en un programa que es altamente inflacionario y si afloja o no los requisitos, especialmente en acumulación de dólares.  

"Esto puede ser como en 2008 la punta del iceberg, cuando los bancos mas frágiles, más endeudados y con un fondeo poco diversificado sufren problemas de liquidez y de solvencia que contaminan al sistema. 

En el país, sin acceso internacional a créditos y fondeándose en el mercado local, la exposición que tienen es baja. Según el BCRA, Los indicadores de solvencia se ubican en los niveles más elevados de los últimos diez años. La integración de capital del agregado del sistema financiero totalizó 29,6 por ciento de los activos ponderados, 11,2 puntos por encima del promedio de los últimos 10 años. De todos modos, el impacto de la caída de activos en el mundo tendrá impacto en el país. 

"Este clima global genera un mayor riesgo para los mercados emergentes, fuga hacia la calidad y promueve una mayor desaceleración de la economía mundial, lo que puede impactar por diversas vías en Argentina, afectada por la sequía, incluyendo dificultades para obtener financiamiento, menores precios de los exportables y una mayor demanda de cobertura en un año electoral. Incertidumbre sobre incertidumbre", concluyó el informe de Synthesis.