El presidente Javier Milei anunciaría este viernes en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso la "libre competencia de monedas", un paso previo a la dolarización sin requerir cambios en el Código Civil ni avasallar la Constitución, pero con los mismos efectos devastadores que implican someterse la economía de un país a un signo monetario extranjero. Este esquema sólo requiere que se habilite la libre circulación para transacciones internas de divisas, con el objetivo de que la dolarización la termine haciendo la propia lógica económica, donde la moneda fuerte o más deseada para atesorar (el dólar) desplace al peso.
Este paso previo no responde solo a una cuestión de gradualismo sino a la imposibilidad de aplicarlo, como seguramente le gustaría al Presidente: de forma inmediata. “En Ecuador la dolarización no se hizo en el arranque por ley, afirmó el padre intelectual de la dolarización de Mieli, el economista Luis Ocampo. Economías: si se quiere eliminar al peso parece inevitable una hiperinflación en la transición, dado que el BCRA tienen pasivos en pesos por casi 40.000 millones de dólares y las reservas son negativas de 10.500 millones”, detalla el informe en la consultora 1816.
El documento sostiene que, el peligro para las financieras está relacionado con que “los bancos tendrían pérdidas de capital por los bonos soberanos en pesos en sus balances (la dolarización implica convertir títulos en pesos que cotizan en paridades de 90 por ciento en títulos en dólares que cotizan al 30 por ciento y hoy los títulos públicos ex leliq representan más del 60 por ciento del patrimonio neto de los bancos privados y aumentaría el riesgo de corridas bancarias, por la consolidación de los encajes en dólares y pesos!”.
Además, quedó demostrado que el oficialismo no posee los votos en el Congreso para aprobar una ley de dolarización y no es claro que estén los apoyos políticos para lidiar con una potencial hiperinflación.
Para evitar este sinuoso recorrido se buscará instrumentar un esquema de competencia de monedas, a la espera de que sea el mercado el imponga una de las dos. Ya en el mega decreto de necesidad y urgencia quedó habilitada la posibilidad de pactar contratos con cualquier signo monetario. Para el Gobierno, esta sería una instancia previa a la dolarización, porque supondría un desplazamiento de una moneda "mala" (el peso) a una "buena" (el dólar, por ser la más líquida y la más atesorada por los argentinos). Mientras tanto, se produce una profunda recesión en la economía, porque hay un montón de operaciones que quedarán paralizadas.
En Argentina ya hay competencia de monedas, aunque sea de hecho porque el Código Civil solo le da el carácter de moneda a la de curso legal, y a la extranjera le da el carácter de cosa (artículo 765 del código civil). Él tendría que cambiar el artículo del código y explicar cómo lo va a hacer. La dolarización del ahorro y la pesificación del salario no es novedad, aunque esta coexiste con una economía cada vez más dual que va a terminar de perpetuarse, hiperinflación y ruptura de contratos mediante, si se avanza en el experimento planteado.