Dolarización: las críticas que recibió Milei desde EEUU sobre la propuesta

Sostienen que esa política solo podrá empeorar la recesión; al igual que con un tipo de cambio fijo; extenderá la desigualdad de ingresos entre grupos económicos especializados en el sector transable (exportables) y el otro en los sectores no transables (de consumo interno).

01 de marzo, 2024 | 14.27

El presidente Javier Milei anunciaría este viernes en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso la competencia de monedas, un paso previo a la dolarización sin requerir cambios constitucionales, pero con los mismos efectos devastadores que implican someterse la economía de un país a un signo monetario extranjero. Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) reveló que esta estrategia no necesariamente genera un ahorro del gasto público mediante la baja del financiamiento del Banco Central al Tesoro, tal como muestra el antecedente de Ecuador. Por su parte, desde el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) realizaron un estudio sobre el impacto en la Argentina de una posible dolarización de la economía.

Este mismo viernes, Alejandro Werner, director del Instituto de las Américas de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos, y exdirector del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), aseguró este viernes en CNN Radio que “el FMI cree que sería apresurado liberar el cepo” y “preferiría que Argentina no lleve a cabo la dolarización”.

La dolarización que propone el economista debería ser una forma de eliminar tanto la emisión descontrolada como, consecuentemente, el gasto público que termina redundando en déficit fiscal, ya que deja de existir una moneda nacional controlada por el Banco Central. Sin embargo, un informe elaborado por el Fondo revela que este no es necesariamente el caso. Se titula "La expansión del balance del Banco Central en una economía dolarizada: el caso de Ecuador", fue publicado por el FMI en diciembre de 2022 y elaborado por los economistas Juan-Pablo Erraez y Julien Reynaud.

"La expansión del balance del Banco Central de Ecuador financió el sector público a mediados de la década de 2010. Entre 2009 y 2014, algunas prácticas contables y subsecuentes cambios en la legislación fueron adoptados, los cuales en última instancia permitieron al BCE financiar el déficit del gobierno central", señaló el trabajo. En ese sentido, los autores remarcaron que esto "desafía el pensamiento económico-monetario estándar que señala que el dominio fiscal no está permitido en una economía oficialmente dolarizada".

La estrategia ecuatoriana no terminó bien. El informe describió que la expansión del balance del Banco Central de Ecuador generó, por un lado, una "necesidad de recursos en efectivo" crecientemente demandados de parte del gobierno ecuatoriano.  Por otro lado, al no emitir una moneda propia, el BCE debió decidir entre usar la entrada de dólares extra para destinar al funcionamiento del gobierno o pagar sus compromisos de deuda, por lo que se terminó "debilitando su capacidad de completar los pagos extranjeros". Ello redundó en un creciente endeudamiento, necesario para "resolver los problemas de liquidez", explicó el trabajo. En su punto máximo, el financiamiento del sector público llegó a representar un 10 por ciento del PBI.

No solo el Banco Central se quedó sin reservas líquidas, sino que esto dejó además una enorme deuda de parte del gobierno hacia la entidad monetaria. "Esto dejó al Ministerio de Economía y Finanzas con grandes obligaciones hacia el BCE en una compleja coyuntura de crisis fiscal exacerbada por el impacto económico y fiscal de la pandemia de Covid-19", concluyó el informe. Por su parte, el documento realizado por los investigadores Tomás Caravello (Economista UTDT y PhD de Economía, MIT), Pedro Martínez Bruera (candidato canadiense a PhD y especialista en macroeconomía) e Iván Werning (Profesor de Economía y de Macroeconomía International, Políticas Publicas, Monetarias, Impuestos y Finanzas del MIT), anticipa que se profundizará la recesión. 

Con rigideces nominales, la economía primero cae en una recesión. Esto es cierto incluso si se permite que todos los precios y salarios se ajusten de manera flexible según el impacto. La subsiguiente recuperación de la actividad siempre “sobrepasa” el estado estacionario: el sector de bienes no transables pasa de la recesión inicial a un auge, luego vuelve a su estado estacionario. El análisis de los economistas de la alta casa de estudios del establishment económico advierte que, debido a la escasez de reservas de divisas o a la falta de crédito externo, la conversión de moneda nacional a “dólares” se realiza a una tasa desfavorable: dejando el saldo inicial de moneda extranjera por debajo de su estado estacionario de largo plazo”.

En uno de los escenarios planteados en el informe, se establece que si los saldos iniciales son lo suficientemente grandes, la economía alcanza inmediatamente un equilibrio de estado estacionario, cambiando sin problemas de moneda nacional a moneda extranjera. “Sin embargo, este ya no es el caso cuando los dólares son inicialmente escasos, debido a reservas limitadas, crédito limitado y tenencias bajas de dólares preexistentes. En esta situación de escasez, la economía experimenta una transición no trivial hacia su estado estacionario”, detalló el informe.

Los analistas consideran que los precios pueden no ser muy rígidos antes de la dolarización. Sin embargo, esto no es necesariamente relevante después de que se adopte la dolarización, ya que no se espera que la inflación se mantenga tan alta como antes. De todos modos, los saldos monetarios deseados pueden ser bastante bajos antes de la dolarización, debido al alto impuesto inflacionario. Sin embargo, lo relevante es el valor de estado estacionario de los saldos monetarios bajo la dolarización, que puede ser significativamente mayor. “Nuestros resultados principales destacan cómo el resultado de equilibrio se parece al de una parada repentina (autoinfligida): una cuenta corriente y un desequilibrio comercial temporalmente positivos, provocados por una caída discreta en el consumo de bienes transables que luego aumenta lentamente hacia su estado estacionario”, agregó. En efecto, para un caso de referencia estas dinámicas se resuelven sin referencia al sector no transable (dedicado el consumo interno).

“Intuitivamente, el consumo transable cae a medida que los agentes buscan ahorrar para aumentar su stock de divisas. Dicho de otra manera, los saldos monetarios reales bajos elevan la tasa de interés interna (o tasa sombra) y esto reduce el gasto. Nuestra caracterización de parada repentina tiene implicaciones inmediatas para los bienes no transables”, sintetizaron los especialistas. Sin rigideces nominales, la limpieza del mercado requiere que los precios y salarios del sector no transable caigan discretamente, para luego recuperarse en el tiempo en línea con la recuperación de los transables. Dicho de otra manera, el tipo de cambio real debe caer con el impacto y luego recuperarse con el tiempo. No obstante, en presencia de rigideces nominales, el precio de los bienes no comerciables (o el tipo de cambio real) puede ser demasiado alto o demasiado bajo en cualquier momento, y tales desajustes de precios conducen a recesiones o auges en los bienes no transables.