El incremento en la producción oleaginosa en Estados Unidos, frente a una demanda global en retirada, pone en riesgo el liderazgo de Argentina en exportaciones de harina de soja. Esto sumado a una baja anticipada –resultado de la sobre oferta que habrá el año próximo- en la cotización de la harina de la soja, impactando en un rubro que representa nada menos que 14 dólares por cada 100 que ingresan al país por todo el comercio exterior. En un contexto de debilidad de las reservas el año próximo, podría verse una reducción de ingresos a las arcas del Banco Central. Por su parte, el desarrollo del aceite vegetal hidrotratado –también llamado diésel renovable—en los Estados Unidos también amenaza indirectamente al principal producto exportable argentino.
Un menor ingreso de dólares profundizará los problemas de restricción externa el año próximo y el Gobierno despliega toda la ingeniería legal y financiera para renovar los fuertes vencimientos de deuda que enfrentará en la primera parte del 2025. Con un ingreso de divisas a cuentagotas y un agresivo perfil de vencimientos de deuda el mercado anticipa un faltante 19.500 millones de dólares para equilibrar las finanzas del ejercicio 2025. “Desde enero 2025, y aun suponiendo que se obtiene financiamiento para cubrir los vencimientos de capital con acreedores privados (REPO 3.000 millones de dólares), el BCRA debería asumir una caída de reservas netas en torno a los 1.400 millones de dólares promedio mensual”, según el informe de la consultora C-Pconsultora.
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El frente cambiario, donde el Gobierno proyecta en el Presupuesto del año pasado un alza del precio del dólar en torno al 20 por ciento, se presenta complejo. No solo por la habitual retención de granos del sector agroexportador, que se intensificará en un año electoral (comicios de medio término), sino también por una tendencia bajista de precios en productos agropecuarios. Dado el incremento en la proyección de harina de soja estadounidense se pondría en peligro el principal ingreso de la economía argentina. Los productores argentinos tendrán el desafío de mantener su lugar en el mercado para no perder ante sus pares del país estadounidense.
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Estados Unidos incrementará la producción de aceite vegetal hidrotratado, para lo cual se demanda, entre otros insumos, aceite de soja, por lo que se aumentará la industrialización de la oleaginosa y, consecuentemente, se incrementarán sus saldos exportables de harina.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos en su último informe correspondiente al mes de septiembre, proyectó un valor récord para la producción de harina de soja de 272 millones de toneladas para la campaña 2024/25. Este incremento estaría explicado en mayor parte por el aumento en la producción estadounidense (6 por ciento) y argentina (13 por ciento), respecto al ciclo anterior.
“En este escenario, el liderazgo de Argentina en las exportaciones mundiales de harina de soja podría enfrentar un escenario desafiante. Este producto representa el 14 por ciento de las divisas que ingresan al país, siendo el principal bien exportado”, señala el informe económico de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA). El consumo tampoco se mantendrá sostenido como para absorber la mayor oferta oleaginosa. De acuerdo con el informe del Departamento de Agricultura estadounidense, el consumo mundial se incrementaría en menor medida que la producción, generando un exceso de oferta en el mercado global, lo que provocaría presiones bajistas sobre el precio.
Si consideramos el primer semestre del 2024, el 55 por ciento del total de las exportaciones argentinas estuvieron explicadas por la harina de soja (14 por ciento), maíz en grano (10 por ciento), aceite de petróleo (7 por ciento), aceite de soja (6 por ciento, vehículos automóviles para transporte de mercancías (5 por ciento), trigo en grano (4 por ciento), porotos de soja (3 por ciento), oro para uso no monetario (3 por ciento) y carne bovina (2 por ciento), mientras que, el resto de otros productos, componen el total.
Dado el incremento en la proyección de harina de soja estadounidense se pondría en peligro el principal ingreso de la economía argentina. El principal destino de exportación tanto de la harina de soja como del biodiesel es la Unión Europea. Por lo que, recordando que a partir del 1° de enero de 2025 entra en vigor la nueva reglamentación asegurando que los productos sean de libre deforestación, generando un impacto sobre el poroto de soja y sus derivados, como el aceite y la harina.
Por el lado del biodiesel, queda excluido de momento con cumplir con dichos requisitos, aunque queda en agenda para la próxima revisión de la reglamentación. “Por lo cual, Argentina ante la amenaza de Estados Unidos, debería considerar dicha reglamentación como una nueva oportunidad para incrementar sus posiciones en el mercado de harina en los países destinos de la Unión Europea, ya que la mayor parte de su producción de soja cumple con los requisitos de la nueva reglamentación, generando una ventaja sobre países competidores”, de acuerdo con el informe de la Bolsa cordobesa.