Por dólar-soja, Massa se asegura la tercera revisión de metas del FMI

Por el ingreso de divisas y mayor recaudación el Gobierno tendría ya cerradas las metas de déficit y reservas de julio-septiembre. 

03 de octubre, 2022 | 17.06

La segunda revisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) de las metas pactadas en el acuerdo con la Argentina se pasó con lo "justo" e, incluso, con algunas concesiones. El tercer examen del organismo lucía bastante mal. Sin embargo, efectos secundarios de la aplicación del esquema del "dólar soja" revirtió en menos de un mes esas expectativas. Cerrado septiembre, el equipo económico que conduce el ministro Sergio Massa se alista a volver a mostrar un cumplimiento a rajatabla de lo acordado con el organismo y así asegurarse nuevos desembolsos. La contracara sigue siendo mayor presión sobre la inflación y enfriar la economía.

Encorsetados en una deuda monumental tomada por el macrismo, la renegociación de las condiciones selladas dentro del acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF) contempla metas económicas del país para tener acceso a las divisas necesarias para afrontar los vencimientos con el FMI. El EFF funciona calzando los vencimientos de deuda con el organismo, con desembolsos del propio FMI, siempre y cuando se hayan cumplido ciertos criterios establecidos en el acuerdo.

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La meta del segundo trimestre se cumplió por escaso margen y ese cumplimiento se logró por la utilización de tres recursos contables, según explican desde del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Por un lado, se reasignó la descomposición trimestral para dar más margen al segundo trimestre. Esta herramienta permite cumplir hoy, pero al no cambiar la meta anual, genera más dificultades para mañana. En simultáneo, se recalculó el PBI nominal con una inflación superior a la proyectada, lo cual modifica, por ende, el déficit objetivo medido en pesos corrientes. Finalmente, se "patearon" todos los pagos de caja, generando un salto importante en la deuda flotante (ver siguiente criterio) y permitiendo cumplir la meta (que mide base caja).

La revisión fue aprobada por los burócratas del FMI, aún cuando la meta de reservas estuvo casi 300 millones de dólares por debajo de lo previsto. Para el tercer trimestre, la posibilidad de alcanzar la acumulación de reservas y la meta de déficit parecían ser bajas. De hecho, el Banco Central, hasta la primera mitad del año, exhibía una posición vendedora neta, mientras que el margen de financiamiento del rojo presupuestario había quedado casi al límite. 

Meta fiscal

El margen que dejó la meta con el FMI de tan sólo 40.000 millones de dólares de déficit en el ejercicio del noveno mes. "Para tener una noción de lo poco que significa ese importe, vale considerar que en general en septiembre de un año normal el déficit mensual alcanza aproximadamente unos 200.000 millones de pesos (a valores corrientes)", señalan desde el CEPA.  La implementación del esquema de dólar soja, que les otorgó a productores que especularon con la venta de su cosecha un tipo de cambio diferencial de 200 pesos, generó una recaudación extra que le da oxígeno a las arcas públicas y evitar otro apretón fiscal de último momento. 

En septiembre se computarán los ingresos extraordinarios por retenciones a la soja (con un dólar de 200 pesos). Según las estimaciones de la entidad que conduce el economista Hernán Letcher, el aporte por la compra de divisas provenientes del agro (para un volumen que superó los 8000 millones de dólares) entre los 200 pesos y el tipo de cambio oficial (134 pesos) genera un diferencial de recaudación de 328.000 millones. Este ingreso extra permitiría cubrir incluso un rojo presupuestario habitual de 200.000 millones de pesos. 

A esto se suma que, presentado el presupuesto con una inflación del 95 por ciento para 2022, "el Gobierno pueda volver a solicitar un ajuste nominal del PBI que modifique nuevamente las metas en pesos", detalla el seguimiento del CEPA.

La medición del déficit por parte del FMI se realiza sobre el saldo de base caja. Esto implica que, si el Gobierno devenga un gasto, pero no lo paga efectivamente, dicho gasto no tiene impacto en la meta fiscal. Para limitar esta herramienta, el acuerdo establece un límite a la deuda flotante del Estado, que no es otra cosa que el stock acumulado de todo el gasto que se devengó, pero aún no se pagó. "La idea del FMI es que la misma no pueda crecer en el 2022 más allá del 0,8 por ciento del PBI (valor al que se encontraba en diciembre de 2021).

Meta reservas

"El dólar soja fue un éxito y se habría alcanzado la meta sin necesidad de contabilidad creativa”, señala el informe de CEPA. El Fondo impone a la Argentina una acumulación de 5800 millones de dólares de reservas netas a fin de 2022, lo que implicaría llegar a un nivel de reservas de 8100 millones para fin de año. De acuerdo con las cifras informadas por la cámara de aceiteros y cerealeros (CIARA-CEC), durante septiembre las empresas del sector liquidaron 8120 millones de dólares, "representando un 140 por ciento mayor a agosto pasado, y un 198 por ciento por encima de septiembre de 2021". La cifra superó las expectativas del acuerdo con los sojeros (5000 millones de dólares), en un 62,5 por ciento. 

"Nuestro cálculo ubica las reservas netas dentro del rango de la meta establecida por el FMI: entre 5900 y 6400 millones de dólares", aseguran desde el CEPA. El desempeño del dólar soja podría entonces permitirle al Gobierno llegar a cumplir la meta de reservas, incluso sin el aporte aporte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por 500 millones de dólares al último día de septiembre. El acuerdo con el FMI establecía que los organismos pondrían 1349 millones de dólares en los primeros tres trimestres de 2022 y que, de no hacerlo; se podría reducir la meta, pero hasta 500 millones.

"En relación con lo técnico, creemos que el criterio de deuda flotante es el único que requerirá un tratamiento particular (ya sea, una modificación, pedido de waiver o flexibilización) para la tercera revisión. Sin embargo, dicha negociación no debería presentar mayores inconvenientes: el Gobierno podrá mostrar mejoras sustanciales en este tópico además del cumplimiento del resto del programa en tan solo un mes de trabajo", concluyen desde la centro de investigación. 

Para el último trimestre del año las metas evidencian nuevamente un carácter desafiante: Argentina deberá continuar reduciendo la inercia fiscal (ya a un nivel más acelerado), moderando la emisión monetaria y acumulando reservas por el equivalente a otros 1700 millones de dólares.