La disputa por la dolarización detrás de la corrida financiera

La disputa, que se mantenía hasta el momento en el plano académico, salió a la luz con la divulgación del Staff Report del FMI y las críticas del jefe de Estado al director del Hemisferio Occidental del organismo, Rodrigo Valdéz.

03 de julio, 2024 | 15.39

La disputa entre los dolarizadores y quienes impulsan la competencia de moneda se reflejó esta semana en el desplome de las acciones y títulos público y la disparada del riesgo país, que recién encontró un primer freno cuando una de las partes en disputa buscó la ayuda de “manos amigas” para ponerle un freno a la escalada del dólar y empezar a recuperar estabilidad financiera. El presidente Javier Milei, que lidera el bando dolarizador, y el ministro Luis "Toto" Caputo, proclive a la competencia de monedas, mantenían la disputa en un terreno más académico que empezó a salir a la luz con la divulgación del Staff Report del FMI y las críticas del jefe de Estado al director del Hemisferio Occidental del organismo, Rodrigo Valdéz.

Pero el viernes, con la jugada de Caputo y el presidente del Banco Central y su socio en la actividad privada, Santiago Bausili, anunciando la reconversión de los pasivos remunerados como deuda del Tesoro, la disputa fue aprovechada por los dolarizadores para marcar la cancha. Orlando Ferreres, titular de una de las consultoras más relevantes del mercado, y su director Fausto Spotorno, y también integrante del Consejo de Asesores del presidente Javier Milei, salieron con fuertes declaraciones que alimentaron la corrida financiera que de todas maneras se esperaba para la apertura de los mercados del lunes pos anuncio.

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Ferreres jugó fuerte, equiparó las medidas del equipo económico a un “plan Bonex” para los bancos, al reconvertir los depósitos de los bancos en el BCRA en un título de la deuda del Tesoro. “El viernes se anunció una especie de Plan Bonex para los bancos. Con otro nombre, con otro tipo de deuda pero es lo mismo que hizo Ermán González con el Plan Bonex, porque se pasa deuda que es del Banco Central al Tesoro. Y los bonex eran del Tesoro y pasaron a ser parte de los bancos. Entonces, yo creo que eso es lo que no gustó a los mercados y no fue traducido así por el periodismo, por los políticos”, afirmó el consultor en diálogo con Radio 10.

Para Spotorno, "el Gobierno salió con un anuncio el viernes a la noche cuando el mercado esperaba algo más". Evaluó que pese a que "la medida no está mal" se trata de "un anuncio muy técnico". Sin vueltas, lanzó: "Fue un muy mal anuncio, de una medida que no está mal, pero podía hacerse con un comunicado del BCRA". Spotorno impulsa la llegada de Federico Sturzenegger al Palacio de Hacienda y por eso hace unas semanas calificó al plan de Caputo de “claramente de transición, incluyendo una parte de la ley de Bases” y reservó para la segunda fase “viene un programa más mileísta”.

Las declaraciones de uno y otro sirvieron de combustible para la corrida que empezó el lunes y que afectó fundamentalmente a las acciones de los bancos. Por eso, todas las entidades salieron con comunicado apoyando las medidas y explicando que en el fondo no se va a alterar ni la capacidad de obtener liquidez ni la calidad de la deuda, ya que siempre estará el BCRA respaldando.

Al tercer día de corrida, las manos amigas empezaron a intervenir en el mercado para ponerle un techo al dólar. Allaria y Max Capital fueron los brazos ejecutores, pero como describió un conocedor del mercado: “nadie hace socialismo con la propia, si no le dan de regalo algo”. Y ahí es donde se especula con el rol del Banco Central, cuya mesa de dinero tiene capacidad de dirigir el juego, y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES.

La disputa por la dolarización quedó plasmada en el Staff Report. Ahí el Fondo Monetario reveló cómo se imagina la competencia de monedas y citó los casos de Uruguay y Perú, respetando el rol del Banco Central para acumular reservas, esterilizar los pesos y actuar como prestamista de última instancia del sistema financiero. Ese no es el modelo del que abreva Milei, que insiste en eliminar toda posibilidad de emitir pesos (lo quiere definir como delito de lesa humanidad) incluso para comprar reservas internacionales y sigue con su plan de cerrar el Banco Central y crear un sistema financiero bajo el modelo de Banca Simons, donde los bancos comerciales solo captan depósitos y tienen un rol transaccional.

Milei culpó a Valdéz, un economista liberal chileno, del crecimiento de los pasivos remunerados del BCRA y quiere que el FMI lo corra de la discusión del nuevo programa con Argentina, algo que la titular del organismo, Kristalina Georgieva, le adelantó que no ocurrirá. Esa discusión está frenada, entre otros motivos, por los puntos que exige el Fondo que cumpla el país como condición previa y que se pueden enumerar como: eliminar el blend; terminar con la apreciación; tasas de interés positivas; asegurar la sostenibilidad de la deuda en dólares y garantizar apoyo político.

Caputo, según dejaron trascender personas allegadas, es más proclive a avanzar con esa agenda.  En su entorno, no coinciden con la profundización de la recesión (“se necesita recuperar un poco de actividad para que crezca la demanda de dinero y baja la presión por la absorción de pesos”, razonan) ni con la Banca Simons, un experimento que no tiene antecedentes en las economías desarrolladas.