Solo 6 pesos. O un 5 por ciento. Eso es lo que diferenciaba a pesos constantes o actuales el valor del dólar de 2015, el más retrasado de los últimos veinte años, al cotizado a fines de agosto. Guarismos, que, con la inflación de estos dos meses, son hoy incluso menores.
Estas cifras, que corresponden al último informe del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía, integrado por economistas egresados de la Universidad Nacional de Rosario, exhiben como el valor del dólar oficial, -que la semana pasada cerró en 162,59 pesos y mantiene la brecha de alrededor del 80 por ciento con la cotización paralela de 291 pesos-, se encuentra en términos reales en uno de los precios “más baratos” desde la salida del uno a uno, similar no solo al valor del 2015 sino también del 2018, tras los cuales el macrismo llevó adelante fuertes devaluaciones.
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Sin embargo, un factor externo está ayudando a que la economía pueda continuar su dinámica con el actual valor del dólar. Se trata de los favorables términos de intercambio -es decir el valor mundial de las importaciones y de nuestras exportaciones-, que según el Centro CIFRA de la CTA, entre 2020 y la primera mitad de 2022, aumentó favorablemente para la Argentina en un 12,9 por ciento, debido a que los precios de importación crecieron 31,2 por ciento, pero los de exportación lo hicieron en 47,7 por ciento.
CIFRA adjudicó esta situación al “proceso inflacionario a escala mundial que se desató en la post pandemia y por la guerra en Ucrania”, y agregó que, desde el punto de vista de la competitividad externa, la situación “está parcialmente compensada por el importante avance en los términos del intercambio”, que se ubican, especificó, un 6,8 por ciento por encima de los altos niveles de 2011. Entre aquel año y 2022, los precios de importaciones crecieron 7,7 por ciento mientras que los de exportación lo hicieron 14,7 por ciento.
También desde el Mirador señalaron que si bien el valor del dólar oficial actual es muy cercano al retrasado de 2015, “el actual contexto externo es más favorables para la economía local”.
Los costos del retraso cambiario
Frente al dólar retrasado de 2015 el macrismo operó una devaluación del 40 por ciento, lo cual llevó ese año a una inflación récord y una caída del seis por ciento en el poder adquisitivo de los trabajadores. El único factor positivo es que se restituyó cierta competitividad externa, es decir un mejor dólar para el comercio exterior, aunque el mismo macrismo luego volvió a retrasarlo, propiciando nuevas fuertes devaluaciones.
Lo cierto es que, por fuera del contexto global que evita tener que recurrir a una fuerte devaluación, el actual valor del dólar oficial trae aparejado importantes problemas. Por caso, desde el Mirador plantearon que solo la implementación del “dólar soja” permitió acumular reservas y evitar que el pago de compromisos externos “acabara con las reservas netas existentes en el BCRA”, aún cuando “el nivel de reservas se encuentra entre los mínimos del gobierno del Frente de Todos”.
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Para CIFRA, el actual valor del dólar es parte del problema de la reducción del saldo comercial de este año, es decir mayores valores importados que exportados en relación a 2021, pues “se produce en un escenario en el que la alta inflación tiende a apreciar el tipo de cambio real, lo que alienta el adelanto de importaciones en el marco de la brecha cambiaria, las escasas reservas y las expectativas de devaluación”.
Sin embargo, el gobierno parece decidido a evitar el fuerte sesgo regresivo y perjudicial para el grueso de la sociedad que significaría una fuerte devaluación, aún cuando ha intensificado el ritmo devaluatorio. Según el Mirador, “la devaluación continúa por detrás del proceso inflacionario, aunque cada vez se aproxima más a su ritmo de variación”, pues mientras que el año pasado el peso se devaluaba en promedio solo uno por ciento mensual, en los últimos meses se estuvo devaluando entre el 4 y 6 por ciento.