Tras la extensión del dólar soja 4 hasta fines de octubre, que el Gobierno oficializó este lunes, el sector cerealero espera liquidar menos de la mitad del tonelaje que fue liquidado desde el lanzamiento del actual Programa de Incremento Exportador a inicios de septiembre, debido al stock remanente en el contexto de la sequía.
La prórroga del dólar soja 4 fue publicada este lunes en el Boletín Oficial bajo el decreto 492/2023, esencialmente con las mismas condiciones con las que el programa había sido lanzado el 4 de septiembre pasado.
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La característica de esta edición es que no se ofrece un tipo de cambio diferencial a nivel nominal, sino la posibilidad de liquidar un 25% del total a precio del dólar contado con liquidación (CLL). Mientras que hasta este momento esta normativa estaba reglamentada por el Banco Central, ahora fue directamente establecida en el nuevo DNU publicado hoy.
Desde el lanzamiento de esta edición, el 4 de septiembre, fueron liquidadas alrededor de 4,5 millones de toneladas, sumando las 3 millones correspondientes a contratos nuevos y 1,5 millones más correspondientes a precios de operaciones concretadas antes de la medida, según informó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).
En este escenario, el sector comercial cerealero prevé que, desde hoy y hasta el 25 de octubre, se liquide menos de la mitad del tonelaje respecto al registrado durante septiembre: aproximadamente 2 millones de toneladas. "Queda muy poca soja por efecto de la sequía", explicaron a El Destape las fuentes del rubro que realizaron la estimación.
Al precio actual de la tonelada de soja, esto equivale a la liquidación total de unos 800 millones de dólares, agregaron las fuentes. A comparación, lo liquidado durante septiembre representó unos 2.000 millones de dólares. Esto implicará un escenario difícil para la acumulación neta de divisas por parte del Banco Central, ya que durante septiembre, a partir de esos 2.000 millones de dólares liquidados, la entidad monetaria logró compras netas acumuladas por 527 millones de dólares (lo que no necesariamente implica acumulación neta de reservas).
El escenario del complejo oleaginoso
Además, la liquidación de buena parte del remanente de la cosecha de soja 2022-2023 deja un panorama más restrictivo para lo que queda del año. A fines de agosto, el sector cerealero estimaba que quedaban todavía unas 9 millones de toneladas de este grano por liquidar. La liquidación de 4,5 millones de toneladas durante septiembre y otras 2 millones hasta fines de octubre deja un aproximado de únicamente 3,5 millones de toneladas de stock hasta el inicio de la próxima cosecha, en marzo de 2024.
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De este remanente, buena parte se utiliza para sembrar la siguiente campaña y otro tanto se destina a consumo interno, mientras que parte del stock se suele guardar para la campaña siguiente, lo que sirve además para que los productores puedan mantener un precio más elevado en el complejo oleaginoso.
En un año normal, es decir sin sequía, se habrían producido cerca de 24 millones de toneladas de soja más, por lo que sería esperable que a esta altura del año quedase todavía un margen mucho mayor.
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