En medio de la primera corrida cambiaria, en Casa Rosada analizan cómo hacer frente a esta situación. En apenas dos jornadas y media de esta semana, el dólar blue avanza 120 pesos, luego de estar varias semanas planchado, y se negocia en 1240 para la venta.
En lo que va de la semana el dólar blue registra un salto de 120 pesos, tocando este mediodía los 1240 pesos para la venta, acercándose al máximo histórico que registró a fines de enero (1255 pesos). La retención del sector agropecuario, la baja de tasas de interés bancarias y el atraso cambiario explican en gran medida el fuerte despegue de los dólares alternativos, lo que el Gobierno aprovecha para seguir con la licuadora de ingresos y la dolarización.
Consultado sobre la posibilidad de que haya un traslado a precios de esta corrida, el vocero presidencial, Manuel Adorni, consideró que "no hay razón alguna para que tenga implicancia en precios, salvo el problema inflacionario que estamos viviendo por los desajustes en materia monetaria y financiera". Señaló que "el dólar no es más que un precio más de la economía" y que "es un activo financiero pero nada tiene que ver el impacto en precios con el dólar". Ante la pregunta sobre si piensan hacer una intervención sobre el mercado afirmó que "eso no va a pasar".
La mecha que encendió la disparada del blue fue la sexta reducción de tasas del Banco Central, que se anticipó con un nuevo recorte de 10 puntos para llevarla a un rendimiento nominal del 40 por ciento anual, con una inflación que luego se conoció quedó en 8,8 por ciento. Esta medida impactó directamente en el incremento del dólar blue, debido a que mantener pesos e invertirlos en plazos fijos es cada vez menos atractivo. En la mayoría de los bancos, donde los retornos ya eran negativos, la tasa se ajustó al 30 por ciento anual, lo que equivale a un 2,7 por ciento mensual, muy lejos de la inflación de abril o del 5 o 6 por ciento proyectado para mayo.
Por su parte, los informes bancarios y de analistas financieros destacan el índice de tipo de cambio real actual se ubica en los mismos valores de las PASO presidenciales de agosto del año pasado. La evolución del tipo de cambio real tiene un gran impacto sobre la competitividad de los bienes argentinos en el mundo, se comprende que en una economía abierta, es el tipo de cambio real una variable que resulta altamente correlacionada con el 'exceso' de superávit o déficit de la cuenta corriente de un país, según evalúa el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), el mismo que ahora hace la vista gorda al atraso cambiario y a las tasas de interés negativas que impulsa el Gobierno para forzar hacia una dolarización de facto.
De acuerdo con el relevamiento diario que realiza el Banco Central, el índice se encontraba previo a la devaluación del ministro de Economía, Luis Caputo, de diciembre, en 83 unidades, y con el salto cambiario lo llevó a 132 puntos. A la fecha, con una inflación desbocada y una suba contenida del dólar del 2 por ciento mensual, el tipo de cambio real multilateral se ubica en 93 puntos. En síntesis, perdió toda competitividad y solo nos dejó la inflación que generó el salto abrupto en el precio de la divisa estadounidense.
En este marco, los agroexportadores retacean la liquidación de divisas a la espera de mejores rendimientos. “La soja argentina no puede competir con los precios de Brasil y de EEUU”. Con una sola oración y de manera subrepticia, la cámara que nuclea a las exportadoras de cereales y oleaginosas (CIARA – CEC) envió su mensaje: más rentabilidad o silobolsas.
Los grandes grupos sojeros, de acopiadores y los exportadores, en muchos casos integrados verticalmente, presionan (como es de costumbre) para forzar una nueva devaluación o la eliminación de las retenciones tal como les había prometido Javier Milei. “La soja argentina no puede competir con los precios de Brasil y de EEUU”. Con una sola oración y de manera subrepticia, la cámara que nuclea a las exportadoras de cereales y oleaginosas (CIARA – CEC) envió su mensaje: más rentabilidad o silobolsas.