El Banco Central se adelanta al dato de inflación y dispone una baja en la tasa de interés de la política monetaria para forzar una licuación de los ahorros y su eventual pase a dólar. La autoridad monetaria anunció este jueves una rebaja en diez puntos en la tasa de interés, para llevarla al 70 por ciento, en un contexto, según justifica la entidad que conduce Santiago Bausili, de menor presión inflacionaria. Desde el Gobierno vienen asegurando desde hace varios días que la inflación de marzo se ubicaría cerca del 10 por ciento (se conocerá este viernes oficialmente), lo que implicaría una desaceleración de 3 puntos respecto a febrero.
Sin esperar al dato, como solía ser habitual en las reuniones de la cúpula del Central, el organismo anticipó la jugada con una serie de medidas, entre las que se destaca la reducción de tasas, cuyo objeto sigue siendo forzar el retiro de ahorros desde los bancos –y la compra de divisa—y así poder bajar la emisión por la deuda remunerada del Central.
La reducción de la tasa de interés, que se trasladará a menores rendimientos en los plazos fijos que reciben los ahorristas, favorece las cuentas del Central ya que pagará menos interés por los pasivos remunerados por los encajes de los depósitos en los bancos, en el marco de continuar con el apretón monetario. Hasta hoy la tasa de interés de la política monetaria tenía un techo de 80 por ciento, pero los bancos, a los que además se les eliminó todo piso y techo para las tasas al público y empresas, ofrecían rendimientos para colocaciones a 30 días de entre 65 y 70 por ciento, equivalente a 5 y 5,5 por ciento mensual, muy por debajo de la inflación.
A partir de este lunes, se espera que esos rendimientos se ubiquen en un sendero de entre 55 y 60 por ciento, lo que estimulará el retiro de dinero de los bancos para pasarse a un dólar que se mantiene estabilizado desde inicios de este año.
Se trata de la tercera reducción de tasas que aplica el gobierno de Javier Milei para ir hacia la dolarización que ansía el líder libertario. Apenas asumió la actual gestión se redujo la tasa de interés, que se ubicaba en 133 por ciento anual para desestimular la demanda de divisa, al 100 por ciento. El mes pasado se recortó al 80 por ciento y desde este lunes tendrá el tope de 70 por ciento nominal. En ese momento, la autoridad monetaria también desactivó la obligación de los bancos a pagar una tasa de interés mínima por depósitos a plazo fijo, para fomentar la competencia entre las entidades bancarias.
Una baja en los rendimientos de los plazos fijos puede impulsar a los ahorristas a desprenderse de esas inversiones, pasándose al dólar, lo que apuntalaría su valor en momentos en que la oferta aumenta por la liquidación de los exportadores de cereales y el ingreso de inversores para aprovechar el carry trade. Para algunos economistas, en un escenario recesivo y una economía con menos cantidad de circulante en términos reales no tiene chances de suba, en tanto el Central seguiría licuando pasivos remunerados en un escenario de altísimos niveles de inflación.
“Tras la corrección inicial de precios relativos en diciembre 2023 se observa una pronunciada desaceleración de la inflación, a pesar del fuerte arrastre estadístico que acarrea la inflación en sus promedios mensuales. En los meses que se avecinan tomarán mayor relevancia en el diagnóstico de la trayectoria de la inflación las mediciones de inflación subyacente o núcleo, en vista de los ajustes de tarifas reguladas de servicios públicos anunciados. La moderación, en términos reales, de la emisión monetaria y la consecuente mejora del balance del Banco Central”, comunicó el BCRA.
Desde el 10 de diciembre, la base monetaria y la base monetaria amplia (incluyendo pasivos remunerados en pesos) se han reducido a un ritmo de 10,5 y 5,8 por ciento promedio por mes, respectivamente, en términos reales. El Central sostiene que la estabilidad de la brecha entre la cotización oficial del dólar y las cotizaciones paralelas evitará un salto en el precio como respuesta de una mayor demanda de la divisa.