La causa de dólar futuro carece de argumentos judiciales con los que mantenerse a flote. El único sostén del ámbito económico consiste en un debate teórico que el PRO perdió y por eso decidió llevar a tribunales. El Banco Central consiguió ganancias multi millonarias en ese mercado y hubiera continuado en esa línea si Mauricio Macri no forzaba una devaluación en 2015. Más aún, uno de los testigos clave de Cambiemos de la causa le había generado pérdidas a la autoridad monetaria por esa misma operatoria.
En el último año de la gestión de Cristina Kirchner, el BCRA ganó $ 147.116 millones, según se desprende de sus balances contables. En el primero de Macri las utilidades se recortaron a $ 67.448 millones, pero no se registró un rojo, como podría suponerse ante la denuncia a todos los funcionarios de alto rango en la causa que elevó a juicio el difunto magistrado Claudio Bonadio.
El peritaje oficial ordenado por el tribunal oral federal 1, de 82 páginas, detalló que las operaciones cuestionadas no perjudicaron a las arcas del Estado nacional y que el BCRA cumplió con todos los pasos administrativos requeridos para realizarlas. Este documento contundente no bastó para que se cierre este capítulo de lawfare.
El BCRA, como todos los bancos centrales del mundo, utiliza el mercado de futuros como un instrumento de estabilización monetaria y cambiaria. Dicha intervención puede arrojar ganancias o pérdidas, pero no forma parte de los objetivos de la entidad salir con resto de allí. De hecho, la carta orgánica le dicta que debe buscar la estabilidad monetaria, financiera y el desarrollo económico con equidad.
No obstante, durante la gestión cuestionada, de Alejandro Vanoli secundado por Miguel Pesce, el Central ganó $ 5.511 millones por las operaciones de futuros. Legisladores de Cambiemos denunciaron a los entonces funcionarios porque cerraban contratos con un tipo de cambio inferior al “contado con liqui”, como si existiera un precio objetivo de la moneda sobre el que debían guiarse, como el neoliberalismo falsamente predica.
Las operaciones de futuros consisten en una de las tantas políticas monetarias con las que cuenta el Gobierno y contribuye a influir sobre la expectativa de devaluación. Un precio “bajo” puede derivar en que se espere una menor suba del dólar. Todo esto acompaña al hecho de que el CCL y “blue” cuentan con una elevada cuota de especulación y no se trata tampoco de mercados grandes o atomizados.
En una audiencia clave del juicio oral, el entonces presidente de la autoridad monetaria Alejandro Vanoli apuntó que “el conjunto de políticas monetarias y cambiarias pudo conciliar crecimiento con estabilidad”. La suba del dólar determinada luego del 10 de diciembre de 2015 con una apertura de shock del mercado de divisas, en cambio, generó inestabilidad económica recesión e inflación. Fue esa decisión de Macri de devaluar la que causó, en todo caso, que el Central pierda dinero a partir de ese momento con los contratos cerrados en la gestión anterior.
Sin embargo, el BCRA no registró un rojo exclusivamente en ese período por dólar futuro. De acuerdo a la propia exposición de Vanoli en base a los registros de la entidad, las pérdidas también se dieron en 2014, 2013, 2012 y 2008.Este último año vio a Martín Redrado como responsable máximo de la autoridad monetaria. Esto no le impidió al economista declarar como testigo en la causa y acusar que “Cristina Kirchner no podía ignorar lo que pasaba en el Banco Central”. Un argumento que no le hubiera jugado a favor si algún legislador neoliberal también lo denunciaba por aplicar una de las tantas políticas monetarias con las que cuenta el Gobierno. Es decir, por cumplir con sus funciones para estabilizar el peso.