Esta semana comenzó a funcionar el esquema de incentivo a la exportación, que se conoce como dólar agro, el cual incluye en esta tercera edición a las economías regionales. La apertura de un tipo de cambio diferencial (a 300 pesos por dólar) para la liquidación de divisas le dio algo de alivio al Banco Central y le quitó presión al billete verde, con una baja en la semana de la variante bursátil. En las primeras operaciones casi un 70 por ciento de la liquidación provino de soja y derivados, aunque ya comenzaron a ingresar también dólares de productos agropecuarios regionales.
En el equipo económico comenzaron a revisar el amplio listado de productos incluidos en el dólar agro para evitar que la eliminación en los hechos de retenciones (un mecanismo de desacople de precios internos de los externos) derive en un alza de precios en góndola. En simultáneo, las empresas alimenticias y agropecuarias terminaron de enviar sus balances a la Bolsa, con ganancias descontada la inflación, de entre 50 y 100 por ciento. Sí, descontada la inflación; es decir un aumento de sus ganancias en términos reales.
Las empresas comenzaron a reflejar el impacto de la inflación en sus balances. La condición mayormente considerada en la práctica es comprobar si la tasa acumulada de inflación en tres años se aproxima o sobrepasa el 100 por ciento. La inflación trienal se ubicó en 2022 por encima de ese guarismo. Fue entonces que las firmas que cotizan en Bolsa presentaron sus resultados deduciendo el "Resultado por exposición a los cambios en el poder adquisitivo de la moneda".
Lejos de evidenciar márgenes exiguos, las ganancias en los últimos meses, hasta fin de febrero pasado, llegaron a duplicarse. E incluso algunas pasaron de negativo a positivo. Molinos, Ledesma, Arcor y Mastellone son algunas de las firmas dueñas de los alimentos que informaron ganancias extraordinarias. Los alimentos, en tanto, acumulan en doce meses un alza de precios superior a 110 por ciento en el Gran Buenos Aires. Se trata del sector más dinámico de la economía, con poder de fuego en el mercado cambiario, al que volvió a favorecerse con un tipo de cambio más alto, equivalente a una eliminación total de derechos de exportación para estimular el ingreso de divisas. El Gobierno estima que serán unos 9000 millones de dólares de liquidación entre grandes complejos agropecuarios y economías regionales.
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"Los bienes alcanzados por la medida representarían el 40 por ciento del IPC. Un tipo de cambio diferencial para la exportación de estas mercaderías tendría impacto directo sobre los precios domésticos. Por tal motivo es que el Gobierno anticipó que las empresas que participen del programa deberán respetar los acuerdos de precios y garantizar el abastecimiento", según un análisis de la consultora PxQ. También se analizan rubros como carne y lácteos, sobre los que el impacto del dólar agro iría directo al precio en mostrador.
Un incentivo tras otro
El nuevo esquema alcanzará a casi 64 por ciento del total de las exportaciones de bienes. Se incluye carnes, pescado, lácteos, frutas, verduras, café, té, yerba, cereales, harina, aceite, grasa, azúcar, cacao, preparaciones alimenticias varias, bebidas con y sin alcohol, tabaco, aceites esenciales, preparaciones de perfumería, corcho, madera, seda, lana y algodón, con lo cual un aumento del tipo de cambio al que podrían exportarse estos productos tendría un traslado inmediato a los precios internos, según el documento del ex viceministro de Economía Emmanuel Álvarez Agis.
Además del ingreso de divisas, que en la segunda rueda de funcionamiento le permitió al Banco Central realizar la compra más abultada del año, con más de 300 millones de dólares, en el caso de las economías regionales permite amortiguar en parte los adversos efectos climáticos de este año. Incluso, parte de la sobre recaudación irá a paliar la sequía en varios sectores. Sin embargo, el problema sigue siendo la concentración de un sector que vuelve a verse beneficiado por tener espalda para pulsear contra el sistema financiero. El resultado es que se profundiza la transferencia de recursos del trabajo al capital.
Este martes se conocerá la cuenta de generación del ingreso e insumo de mano de obra con el cierre del año pasado, donde se prevé un empeoramiento en el reparte de la torta. Hasta el tercer trimestre del 2022, en el agro los salarios representaban el 22,7 por ciento del valor agregado y el excedente de explotación, el 63.4 por ciento; en el caso de la industria se divide en 30,4 y 52,5 por ciento respectivamente.
"El mecanismo principal de traslación de ingresos del trabajo al capital fue, como es obvio, el elevado proceso inflacionario. Primero bajo los efectos de la crisis de la deuda y la consiguiente devaluación en 2018-2019 y luego en el marco de la post pandemia y la suba de los precios internacionales. En ambas circunstancias el ritmo inflacionario se consolida en un nivel superior por efecto, entre otras cuestiones, de la rigidez a la baja en los precios que emana de la competencia imperfecta. Es decir de la capacidad diferencial en el ajuste de los precios por parte de las ramas oligopólicas", señala el documento de marzo del centro Cifra-CTA. Mientras que los salarios reales se redujeron 12,1 por ciento entre 2016 y 2022, los precios de las ramas concentradas aumentaron 21,3 por ciento por encima del índice de precios al consumidor.
Actualmente, más del 70 por ciento de la facturación de los productos de la góndola se corresponden con solo 20 empresas, entre las que destacan Molinos Río de la Plata, Arcor, Unilever, Mastellone, Coca Cola, Danone, Procter & Gamble, Cervecería Quilmes, Pepsico, Mondelez, Nestle y Bagley.
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Inflación y Ganancias
En la mayoría de los balances presentados se consideró una inflación de 94,79 por ciento para los ejercicios finalizados en diciembre de 2022 y de 50,94 para 2021. Los gastos e ingresos se reexpresan desde la fecha de su registración contable, salvo aquellas partidas del resultado que reflejan o incluyen en su determinación el consumo de activos medidos en moneda de poder adquisitivo de una fecha anterior a la de registración del consumo, las que se reexpresan tomando como base la fecha de origen del activo con el que está relacionada la partida (depreciación, desvalorización y otros consumos de activos valuados a costo histórico.
Este mecanismo habilitado desde el año pasado permite tener un acercamiento más acabado de las verdaderas ganancias del sector, descontando el impacto distorsivo de la suba de precios internos. Esta semana terminaron las empresas del segmento alimenticio de presentar sus balances ante la Comisión Nacional de Valores y la Bolsa.
En el caso de Molinos Río de la Plata, la ganancia neta del ejercicio cerrado en diciembre del 2022 de 8197 millones de pesos, un 48,8 por ciento por encima de los 5510 millones del 2021. "Estos estados financieros consolidados han sido preparados sobre la base del modelo de costo histórico reexpresado para considerar los cambios en el poder adquisitivo de la moneda", aclara el balance; con lo cual es un alza real por encima de la inflación. El recorte sobre la ganancia nominal de Molinos por exposición a los cambios en el poder adquisitivo de la moneda fue de 17.320 millones de pesos. La ganancia por acción aumentó de 27,36 a 40,70 pesos. La empresa es líder en el segmento de pastas, harinas, arroz, yerba, aceites, vinos y café, entre otros.
Morixe informó una ganancia para los últimos nueve meses (medido hasta el 28 de febrero) de 535 millones de pesos, una mejora sustancial respecto de la caída de 908 millones de igual período del 2021. Esto se debió a fuerte caída en los costos de venta, que pasó de 12.814 millones de pesos en 2021 a 9780 millones en 2022, siempre medido en términos reales.
El ingenio Ledesma, de la familia Blaquier, para el mismo cotejo de nueve meses a febrero, informó un aumento de sus ganancia integral total neta de 62,3 por ciento, pasando de 3815 millones de pesos en 2021 a 6185 millones en 2022. "Las cifras correspondientes a la información comparativa han sido re-expresadas para considerar los cambios en el poder adquisitivo general de la moneda y, como resultado, están expresadas en la unidad de medida corriente al final del período sobre el cual se informa", aclara la empresa. La ganancia por acción pasó de 8,68 a 14,12 pesos.
El holding Arcor informó un aumento de 92,9 por ciento en la ganancia integral del ejercicio 2022 respecto del año previo, al incrementarse de 14.209 millones de pesos a 27.422 millones. "Las cifras al 31 de diciembre de 2021, que se exponen en estos estados financieros consolidados a efectos comparativos, surgen de ajustar por inflación los importes de los estados financieros a dicha fecha", notificó también la compañía de Luis Pagani. El holding controla o es accionista mayoritario en la Argentina en las empresas Bagley, Cartocor, Constructora Mediterránea, Dulcería Nacional, Mastellone Hermanos, Mundo Dulce y Papel Misionero.
La empresa Mastellone publicó dos balances para el 2022, uno nominal y otro ajustado por inflación. En el nominal se pasó de una pérdida de 3025 millones de pesos en 2021 a una ganancias de 1358 millones de pesos. Reexpresado, pasó de una pérdida aún mayor, de 7872 millones de pesos en el ejercicio 2021 a una ganancia menor de 100 millones a diciembre del año pasado. El recorte por pérdida de poder adquisitivo que aplicó la empresa fue de 1223 millones de pesos.