Los exportadores de soja reconocen que el 60% de la cosecha está guardada en silobolsas

El dato fue aportado por la CIARA CEC. También reconocen el fuerte incremento en las importaciones de granos desde Paraguay.

04 de septiembre, 2024 | 21.21

“El 60 por ciento de la actual cosecha de soja estaba sin vender”. El dato se corresponde al último Monitor Agroindustrial elaborado por la CIARA CEC, la cámara que nuclea a las grandes exportadoras. En total, existen 21 millones de toneladas guardadas en silobolsas. Desde el sector sostienen que los productores aguardan una mejora de los precios internacionales.

“Al campo le sacaron demasiada sangre y lo dejaron demasiado débil. Cuando esto se acomode, basta de retenciones”. El titular de Aceitera General Deheza, Roberto Urquía, ejerce la paciencia de la araña. En una entrevista con La Red Rural sostuvo que “seguirán esperando la prometida baja de retenciones hasta que el Gobierno acomode las cuentas fiscales”. Los grandes jugadores del sector poseen la espalda financiera para desplegar sus presiones.

Lo dicho por Urquía está en línea con el discurso de Javier Milei durante el último acto organizado por la UIA. “Se le robó al campo para sostener a la industria”, afirmó el mandatario. “¿Me escuchaste, no?”, guiño entre Milei y el titular de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino.

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Los mensajes subterráneos entre Milei, Urquía y Pino se condicen con los números difundidos por el Monitor Agroindustrial elaborado por la cámara que reúne a los principales exportadores de granos (CIARA CEC).

“El productos decidió no vender la soja disponible o vender lo mínimo, y entregar la mayor cantidad de soja Precio A Fijar (PAF), a la espera de una mejora futura en los precios de la soja”, puede leerse en el trabajo citado.

Valor relativo

“El campo no pasó a segundo plano, está en un primerísimo plano. Cuando el Gobierno tenga margen para trabajar en las cuestiones impositivas, el primero en la lista serán los granos. La primera decisión que debe tomar el Gobierno cuando las cuentas se lo permitan es la baja de retenciones”, sostuvo Urquía, ex senador por el PJ (votó en contra de las resolución 125 en 2008), durante un reportaje con La Red Rural.

“Es importante que un primer mandatario ponga en valor el esfuerzo que venimos haciendo los productores desde hace años. Nos saquearon en las últimas dos décadas unos 200.000 millones de dólares solo en concepto de retenciones, frenando el desarrollo de la Argentina mientras nuestros competidores ganaron mercados en todo el mundo”, manifestó el titular de la SRA en apoyo a las palabras de Milei pronunciadas durante el acto por el día de la industria, el pasado 2 de septiembre.

El programa económico de La Libertad Avanza posee como eje central la reprimarización de la economía. Los datos actuales sobre la caída industrial y el consumo dan cuenta de ello. “El peso relativo del sector agropecuario en relación al valor bruto agregado (la riqueza que se genera en el país) ronda el 8%, mientras que en el caso de la industria, su peso es del 18%. Además, la industria genera más empleo que el agro”, explicó Ernesto Mattos, director del Instituto de Estudios para el Desarrollo Productivo y la Innovación de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

Milei apuesta a un pleno exportador de materias primas –agro, minería e hidrocarburos-, conjuntamente con un corrimiento estatal a todo incentivo productivo con base en el mercado interno.

En el mientras tanto, los grandes jugadores del agro se mueven de manera pendular entre halagos para Milei y sus presiones por la baja de retenciones o una mejora en el tipo de cambio (devaluación).

Comportamientos

Según lo informado por el Monitor Agroindustrial publicado por la CIARA CEC, las ventas acumuladas del complejo sojero habían alcanzado, al 21 de agosto, las 24,6 millones de toneladas. El dato es revelador: todavía quedan guardados en silo bolsa 21,8 millones de granos de soja y otros 7 millones están pendientes de fijarles precio. El 60% de la cosecha sigue en mano de los productores.

Tal desempeño sectorial pudo apreciarse en los movimientos diarios. Durante el octavo mes del año, el promedio mensual de las ventas semanales de soja se ubicó en 522.00 toneladas, un 50% por debajo de los volúmenes máximos alcanzados en plena cosecha.

Según el análisis realizado por Pablo Adreani & Asociado, entre soja y maíz existen 41,9 millones de toneladas sin vender. De ese total, el 67% corresponde a la soja (28,2 millones de toneladas) y el 33% a maíz (13,7 millones de toneladas).  

“El productor decidió tener liquidez, o hacer caja, vendiendo el maíz, mientras que decidió no vender la soja disponible o vender lo mínimo, y entregar la mayor cantidad de soja con precio a Fijar, a la espera de una mejora futura en los precios de la soja”, puede leerse en el Monitor Agroindustrial de CIARA CEC.

Los agroexportadores poseen tiempo y espalda financiera; mientras presionan por la baja de las retenciones o una nueva devaluación, siguen canalizando el 20% de sus ventas a través del contado con liquidación, un virtual salvoconducto para la fuga de divisas con aval oficial.

En los primeros 8 meses del año, la liquidación de divisas a través del Mercado Único y Libre de Cambios totalizó los 16.092 millones de dólares, muy por debajo de lo registrado en 2022 con 25.000 millones de dólares.

Paraguay siempre estuvo cerca

El volumen de molienda de soja de julio fue el más alto de los últimos 10 años para dicho período. En la industria se conjugó una baja en las exportaciones de granos de soja y un incremento de las compras realizadas a Paraguay. Según los datos del Monitor Agroindustrial, se molieron 4,381 millones de contra las 3,9 millones de toneladas de junio. De este total, 900 mil toneladas fueron de soja importada, principalmente de Paraguay (93,5%).

La baja del precio internacional de la oleaginosa impulsó a la industria a derivar granos para la molienda. Si bien los “dueños de los granos” son los productores, el sector presenta una estructura de concentración similar a otros enclaves económicos del país.

En el país existen 57.780 productores de soja, pero solamente el 10% de ellos concentra el 56% de la producción, según el informe “Soja, el yuyo maldito”, elaborado por el Centro de Estudios Agrarios (CEA). También existe una concentración en las empresas con capacidad de acopio y exportaciones.

Uno de los mecanismos de presión del sector industrial para impulsar cambios en las retenciones fue el freno de la molienda, con el argumento del desincentivo fiscal frente a las exportaciones del grano de soja (ambos con el 33% de retenciones). El freno en el uso de la capacidad instalada les sirvió de argumento para cuestionar a los gobiernos de turno.

Lo no dicho es que las principales exportadoras de granos son las mismas que industrializan la soja para luego vendarla al exterior como aceite o harina. Tal el caso de Bunge, fusionada con Viterra (ex Glencore y pata fuerte de Vicentin), Cargill, o Dreyfus. En el caso de Molinos Río de La Plata o AGD, su fuerte radica en la industrialización de la materia prima.

Los productores siguen guardando los granos de la actual cosecha, pero eso no detuvo a la industria para aumentar su ritmo de molienda durante julio gracias a las importaciones de soja desde Paraguay.

La estratagema de las empresas detrás de este régimen consiste en considerar como insumo a la soja que luego será procesada por las mismas exportadoras en su calidad de industria aceitera, en un marco de triangulación comercial entre filiales de las mismas sociedades. El régimen había sido desactivado por Cristina Fernández de Kirchner en 2009, reinstalado por Mauricio Macri en 2016.

Según los datos del Indec, entre enero y julio se importaron granos de soja por 2168 millones de dólares, una merma de 45% en relación al mismo período de 2023, gracias a la baja de su valor internacional.

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