El precio de la soja se derrumba en los mercados internacionales, cotiza a 349 dólares y es el más bajo en 18 años. El principal producto de exportación local supo estar cerca de los 600 dólares la tonelada a comienzos de 2022, pero ahora se desploma con fuerza.
En relación al precio actual, cayó otros 21 dólares por tonelada. En cuanto al impacto en las reservas del Banco Central, un informe de Econviews destacó que el promedio de precios de la oleaginosa de los últimos 20 años es de 530 dólares, por lo que el precio actual está 30% por debajo del histórico.
"Si miramos otros cultivos los resultados no cambian. El trigo casi 30% debajo de su promedio histórico y el maíz 35%. Lógicamente no es el único factor en juego, pero, aunque el sector agro liquidó divisas en julio, no alcanzó para evitar que caigan las reservas en la Argentina. La caída de los precios internacionales también complica la acumulación de dólares", señaló el reporte.
El precio de la soja suele reflejar las proyecciones de producción en los principales países productores, como Estados Unidos, Brasil y Argentina, y de la valuación del dólar frente a la canastas de monedas. Y aunque se espera que la Reserva Federal baje la tasa de interés y debilite el dólar, el contexto geopolítico global y el temor a una escalada bélica en Medio Oriente que lleve a la economía global a una recesión alejó cualquier repunte en el precio del poroto.
De acuerdo al último Monitor Agroindustrial, elaborado por la CIARA CEC, existen 24 millones de toneladas de soja en manos de los productores, y otras 7 millones que fueron cedidas pero sin fijar precio. En total, son casi 32 millones de toneladas guardadas en silobolsas, el 67% de la cosecha 2023-2024.
En el país existen 57.780 productores de soja, pero solamente el 10% de ellos concentra el 56% de la producción, según el informe “Soja, el yuyo maldito”, elaborado por el Centro de Estudios Agrarios (CEA). También existe una concentración en las empresas con capacidad de acopio y exportaciones. Es decir, los granos están en poder de los grandes jugadores del mercado, muchas veces integrados verticalmente con los acopios y las empresas exportadoras.
“Los productores resguardan su soja como reserva de valor porque la demanda de la industria aceitera está activa todos los días del año, en cambio los exportadores de soja poroto están activos compradores principalmente en los tres primeros meses de la cosecha”, puede leerse en el último informe de la CIARA CEC.