La “Niña” complica aún más los planes dolarizadores de Javier Milei

El fenómeno meteorológico que implica un enfriamiento de la superficie es una mala noticia para la cosecha de este año, que estará lejos de ubicarse en los niveles récord que se esperaban y con los que contaba el actual Gobierno. 

07 de marzo, 2024 | 00.05

El año pasado, el ingreso de dólares por parte del sector agropecuario fue 25.000 millones menos que el promedio histórico del sector, debido a la sequía que se registró durante esa cosecha. El presidente Javier Milei apuesta a la campaña agrícola de este año para conseguir las divisas con las cuales llevar adelante la dolarización de la economía. Sin embargo, l os factores climáticos que tuvieron lugar en el principio de la campaña y se pronostican para los próximos meses harán que la recuperación desde el mínimo de la sequía sea de apenas la mitad. Los mercados cerealeros anticipan que este año la cosecha derrame un ingreso de unos 10.000 millones más que el año pasado, 12.200 millones debajo de lo que aportó el sector en 2022.

Durante el verano, el factor climático El Niño alcanzó su plenitud, extendiendo el calentamiento a vastas extensiones de los mares, y superponiéndose al enfriamiento que había prevalecido hasta entonces. “Desafortunadamente, la acción residual del Episodio Triple de “La Niña” que lo precedió, y el hecho que se esté transitando una fase negativa del Ciclo de Lluvias de Sudamérica, hicieron que sus efectos fueran irregulares, tanto en el espacio como en el tiempo”, detalló el informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires que difundió este miércoles.

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Por este episodio, en lugar de lluvias abundantes y parejas, se observó una alternancia entre prolongados lapsos caniculares (de fuerte calor), con temperaturas muy elevadas y sequía, y cortos; pero muy violentos episodios, de tormentas severas que intercalaron entre sí, complicando el proceso de siembra (retrasando la siembra para algunos cultivos). El fenómeno climático El Niño se encuentra en su etapa de disipación, para dar lugar al desarrollo de un nuevo estado del sistema climático, que dará su marco a la campaña agrícola 2024-2025. “La mayoría de los centros científicos prevén un episodio en el rango frío”, destacó el documento de la Bolsa porteña.

Las probabilidades en contra

El mercado porteño anticipó que “el verano terminará con vastas áreas, incluyendo buena parte de la zona núcleo, con precipitaciones leve a moderadamente, mientras sólo algunas zonas habrán recibido aportes normales o superiores a la media, mientras el régimen térmico se moderará considerablemente”. El otoño prevé un final temprano de las precipitaciones en la mayor parte de la región Pampeana, el sur de la Mesopotamia y la mayor parte del Uruguay, pero el NOA, el Paraguay, la región del Chaco y el norte de la Mesopotamia recibirán aportes generosos, a la vez que no se presentará el riesgo de heladas tempranas.

El invierno observará precipitaciones bajo la media en la mayor parte de la región Pampeana, el Mesopotamia y el Uruguay, mientras sólo el NOA, el Paraguay y la región del Chaco registrarán precipitaciones sobre lo normal, lo cual es consistente con el posible desarrollo de un episodio en el rango frío, mientras las heladas invernales serán bastante intensas, llegando al Paraguay hasta bien entrado agosto.

“Por último, la primavera apunta a presentar un panorama muy típico del inicio de un episodio en el rango frío, con precipitaciones bajo lo normal en la mayor parte del área agrícola”, señaló la entidad porteña. “Aunque estas perspectivas distan de estar firmes, es evidente que los planes productivos para el final de la campaña agrícola 2023-2024 y el inicio de la 2024-2025 deben hacerse con mucho realismo y prudencia”, concluyó el informe.

En un documento, también de las últimas horas, de la Bolsa de Cereales de Córdoba, se relevó los pronósticos internacionales. “Los organismos internacionales de referencia proyectan una probabilidad muy cierta de una ‘Niña’ en octubre. En términos probabilísticos: arroja 77 por ciento de ocurrencia del fenómeno meteorológico, 20 por ciento de neutro (y 3 por ciento de ‘Niño’). A finales de diciembre la probabilidad de Niña era del 52 por ciento”, sostuvo el texto de la entidad cordobesa.

Dolarización e ingreso de divisas

En el entorno del mandatario libertario cuentan las monedas para llegar a la dolarización en la que insiste Milei. En ese conteo daban por hecho que el ingreso de divisas, principalmente durante la primera parte del año, del sector agropecuario de una cosecha que hasta hace unos meses se calculaba podría haber sido récord, luego de una pésima campaña previa producto de la sequía que golpeó al país. En términos técnicos, se esperaba en la primera parte del año un ingreso anticipado de 10.000 millones de dólares.

Sin embargo, el clima, a lo que se suman las especulaciones del sector, podría hacer naufragar las cuentas del Gobierno. Las estimaciones del Ieral-Fundación Mediterránea anticipan una mejora del ingreso del sector agropecuario –incluye exportaciones de soja, maíz, trigo, lácteos, ganaderos y maní—de 10.000 millones de dólares respecto al año pasado. Sin embargo, de acuerdo con el informe de la entidad, se ubicaría unos 12.200 millones dólares por debajo de lo que ingresó en 2022.

En las estimaciones juega no solo una menor cosecha, sino también la caída en los precios. No obstante, el efecto cantidades será más determinante. La Bolsa de Rosario divulgó hace dos semanas un informe en el que establece de manera contundente que “la ola de calor excluyó la posibilidad de una súper campaña de soja”. “Entre 2010 y 2020, la Argentina había superado 7 veces la valla de producción de 50 millones de toneladas. Lamentablemente, la primera estimación realizada apunta a una cantidad por debajo de lo esperable en las primeras proyecciones, apuntándose ahora a la posibilidad de obtener 49,5 millones de toneladas”, sostuvo el informe de la entidad rosarina.

Los productores, por su parte, empiezan a presionar por una mayor devaluación para acelerar la liquidación de divisas. Los grandes jugadores del sector presionan por una nueva devaluación que les otorgue un tipo de cambio similar al que percibían en enero (920 pesos por dólar). Las ventas promedio semanales de soja se ubicaron en febrero entre las 209.000 toneladas correspondientes a la cosecha del año pasado y las 371.000 toneladas que sumaron los contratos futuros, casi 50 millones de toneladas menos que en enero.

Recesión, créditos y dólar-agro

La única carta del Gobierno, luego de haber desregulado la cuenta capital, es que el sector se deshaga de dólares para comprar insumos en la primera parte del año, en un contexto de tasas de interés que dejaron de estar subsidiadas para el sector y el crédito productivo se encareció a niveles que hace imposible financiar los costos del sector. Es por esto que desde el sector reclaman por créditos para la actividad.

"Para que un país pueda crecer en términos económicos, es necesario invertir y potenciar los sectores productivos del mismo. Una de las varias formas que existe de financiar la compra de insumos y bienes de capital, por ejemplo, son los créditos”, señaló un informe especial de la Bolsa cerealera de Córdoba. “Dentro de las variables que pueden afectar la concesión de préstamos, las condiciones macroeconómicas del país es una de ellas. En una economía recesiva, los créditos se ven afectados dada la baja oferta de fondos para financiar, por la menor capacidad de ahorro de los agentes económicos”, aseguró.

Durante el tercer trimestre de 2023, la participación de la actividad agricultura, ganadería, caza y silvicultura presentó el quinto porcentaje más alto de financiamiento desde 1990, con un peso del 12,2 por ciento, siendo el tercer trimestre de 2022 el valor más alto (12,6 por ciento). El documento alertó porque una caída del crédito. “El porcentaje de los créditos con relación al PBI se encuentra en el nivel más bajo de los últimos 16 años, (6 por siendo), siendo el promedio anual de 9,3 por ciento y el valor más alto alcanzado de 12,3 por ciento durante el año pasado.