En el marco de la amplia agenda de integración entre Argentina y Brasil que comenzó a sellarse esta semana en la cumbre de la Celac se destacan, por su centralidad económica, los acuerdos en materia energética. A partir de la concreción de obras clave en torno a Vaca Muerta, se lograría un ahorro de 2.900 millones de dólares anuales por menores importaciones y subsidios, al tiempo que si se considera todo el período 2023-2028, el ahorro total alcanzaría los USD 46.000 millones, según estimaciones oficiales.
En primer lugar se destaca el acuerdo de financiamiento por parte del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES) para la construcción de la segunda etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner con el objetivo de avanzar en un nuevo tramo que permita trasladar el gas desde Vaca Muerta al resto del país, así como también empezar a exportar a la región.
Además esta obra principal se complementará con otras que, si bien son de menor dimensión, revisten importancia para las políticas de energía tanto en el corto como en el largo plazo. Tal es el caso del tramo de Transportadora de Gas del Norte S.A. (TGN) que busca incrementar el volumen exportado desde el gasoducto de Uruguayana y que permitirá abastecer a las industrias de Río Grande do Sul, y una tercera obra en carpeta, Reversal del Norte, que busca utilizar el gasoducto del norte para ingresar con gas argentino a Mato Grosso.
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Estas obras tienen como base el gran volumen de recursos que posee la Argentina que le permiten abastecer el mercado interno y, simultáneamente, crear saldos para exportación. Es decir que son obras que, por un lado, permitirán el ahorro de dólares, ya que reducen las importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) y combustibles líquidos, abasteciendo el mercado interno. Y, por otro, posibilitarán que ingresen nuevos dólares al expandir las exportaciones, especialmente hacia Brasil, siendo por esto claves para la generación de divisas que alivien el problema de la restricción externa.
Así, la relación bilateral con Brasil para el intercambio de fuentes de energía tendría impacto directo en la actividad económica nacional con el incremento de exportaciones hidrocarburíferas, que se suman a las ya tradicionales del país, y en relación, en la disponibilidad de divisas para diferentes usos.
Las obras fundamentales
Los proyectos de escala regional tienen por fin “impulsar un mercado sudamericano de energía y aumentar el intercambio de gas natural, de gas licuado de petróleo (GLP) y de energía eléctrica entre ambos países en el marco del Memorándum de Intercambio de Energía, contribuyendo así a reforzar la seguridad energética”, según detalla uno de los puntos de la Declaración conjunta publicada en el marco de la visita oficial del presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva a su par Alberto Fernández.
En ese sentido, sobresale el acuerdo para el financiamiento por parte del Banco de Brasil de la construcción de la segunda etapa del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, que ya tiene algunos avances técnicos en marcha para financiar los insumos necesarios para la construcción del segundo tramo de la obra que recorrerá 583 kilómetros desde Salliqueló, en la provincia de Buenos Aires, hasta San Jerónimo, en Santa Fe. Tendrá, en principio, un financiamiento de USD 689 millones.
De esta forma se ampliará en un 25% la capacidad del sistema nacional de transporte de gasoductos troncales, lo que no solo le permitirá a Argentina poner en valor las reservas de Vaca Muerta, sino que también le posibilitará a Brasil el abastecimiento frente a la declinación de los reservorios de gas de Bolivia.
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Esta obra principal se complementaría con refuerzos menores en el tramo de Transportadora de Gas del Norte S.A. (TGN) que recorre sur de Corrientes y el norte de Entre Ríos con el fin de aumentar el volumen exportado desde Uruguayana y así abastecer a las industrias de Río Grande do Sul.
En la agenda de integración energética se suma una tercera obra, Reversal del Norte, que permitiría utilizar el gasoducto del norte por el que habitualmente se importa gas desde Bolivia, para ingresar con gas argentino hacia el sur brasileño. El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció esta semana que llegó a un acuerdo, a aprobarse en marzo, con el Banco de Desarrollo para América Latina (CAF) por un monto de USD 540 millones para construir el Gasoducto La Carlota-Tío Pujio, el Reversal del Norte y las plantas compresoras, “con estas obras vamos a poder abastecer a todo el norte con el gas de Vaca Muerta y aumentar las posibilidades de volúmenes de exportación de gas a Chile y Brasil”, destacó en redes sociales.
A lo anterior se agregan otros puntos de la agenda compartida entre Argentina y Brasil que abarcan el “Memorando de entendimiento sobre intercambio de energía eléctrica con Brasil” renovado en noviembre pasado y que permite realizar intercambios estacionales y pagarlos en moneda local, la venta de gas en verano por parte de Argentina y la compra de energía eléctrica de Brasil en invierno, un nuevo conversor de energía eléctrica para ampliar las transacciones y la venta de Gas Licuado de Petróleo (GLP) al país vecino.
Finalmente, el Gobierno argentino espera de esta manera que la diversificación de las exportaciones de productos derivados del petróleo y la utilización de monedas locales en los intercambios posibilite revertir el tradicional déficit comercial con Brasil, que en 2022 se ubicó en USD 3.500 millones, y cuando el segundo tramo del gasoducto y las obras complementarias estén operativas hacer frente, en gran medida, a los estrangulamientos del sector externo e iniciar un camino más favorable para la acumulación de reservas internacionales.