El sector agroexportador tiene guardado en silo bolsa cerca de 16.000 millones de dólares de la actual cosecha, con ritmos de venta muy por debajo del promedio de los últimos años. A comienzo de año, el ministro de Economía, Luis Caputo, les había prometido a las grandes cerealeras el fin del cepo para junio, como condición para que aceleraran las ventas. Nada de eso ocurrió. Por eso el sector presiona por una nueva devaluación. Caputo, urgido por los dólares, carecía de un interlocutor dentro del área de Bioeconomía. Como consecuencia, la administración de Javier Milei echó a Fernando Vilella, hasta entonces secretario del área. El ex funcionario se enteró de la decisión mientras se encontraba finalizando una gira comercial por Asia. En su lugar quedará Sergio Iraeta, vinculado al secretario de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo, Juan Pazo.
Con esta movida, también se entronó a la Fundación Barbechando, una suerte de “think tank” creado durante el conflicto por las retenciones móviles en 2008. Su objetivo original era presionar a los legisladores. “El campo en el Congreso”, era su lema. Ahora pisan fuerte en el Poder Ejecutivo. Manuel Chiappe, ex director ejecutivo de dicha fundación, pasará a ocupar la Subsecretaría de Producción Agropecuaria y Forestal.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
"No podía alinear algunos objetivos que tenía el Ministerio de Economía. Se busca eso, que cada funcionario esté alineado con los objetivos centrales que tiene, en este caso, el Ministerio de Economía y que tenemos para el campo", explicó Manuel Adorni, vocero presidencial, durante su conferencia matinal, en relación a Vilella.
Esa alineación tiene que ver con las necesidades de Luis Caputo, ministro de Economía, de agilizar la venta de soja mientras los grandes productores y exportadores presionan por una nueva devaluación y el punto final del llamado cepo cambiario.
Cambios y presiones
La salida de Vilella se dio porque no pudo "alinear objetivos" que tenía el Gobierno, explicó Adorni y luego agregó: "Iraeta es productor agropecuario, entiendo que lo que quiere el Ministerio es tener más cercanía con los productores."
El área de Bioeconomía estaba bajo el ala de Caputo, de poco diálogo con los grandes exportadores de cereales, según los comentarios efectuados desde la cámara que reúne a las grandes cerealeras (CIARA – CEC). El ministro les había prometido para mitad de año el levantamiento del cepo cambiario, como condición para acelerar la venta de soja. Caputo les mintió. Por eso las cerealeras, junto a los grandes productores, empezaron a retacear la venta y liquidación de granos.
MÁS INFO
Ahora, el Gobierno buscará tener una suerte de interlocutor más cercano con el sector. Por eso, se decidió que Chiappe quede como segundo de la secretaria, dada su pertenencia a una fundación creada en 2008 específicamente para hacer lobby sobre el Congreso de la nación.
La Fundación Barbechando nació en 2008 y se dedicó durante aquel año a recorrer los pasillos del Congreso para ejercer presión por el voto no positivo vinculado a las retenciones móviles. Es decir, el Gobierno decidió entronar a una Fundación que habla el mismo idioma que los productores del agro quienes bregan por la eliminación de los derechos de exportación. Sturzenegger también festeja.
Más rentabilidad
De acuerdo al Monitor Agroindustrial que publica la cámara que nuclea a las cerealeras, al cierre de junio quedaban 34,9 millones de toneladas de granos de soja sin liquidar, es decir, el 73% del volumen total disponible. Para el mismo período del año pasado, los granos sin vender llegaban al 57% de la producción. Es decir, la están guardando para forzar un mejor diferencial o una devaluación.
El cálculo rápido indica que el sector retiene, al precio de 443 dólares por tonelada de soja de este julio en la Bolsa de Cereales de Rosario, unos 15.460 millones de dólares de este grano. A eso se le suman otros 1.310 millones de dólares por las 7,2 millones de toneladas de maíz sin liquidar.
El llamado dólar agro se ubicaba este miércoles en los 1010 pesos, cuando para el 5 de junio, la combinación entre tipo de cambio oficial y CCL les daba un “dólar agro” equivalente a los 976 pesos, mientras que al 5 de mayo era de 923 pesos.
A pesar de esta relativa mejora, siguen apostando a la devaluación o a la espera de que Caputo le ponga fin al cepo cambiario. Según la Agencia Bloomberg, hasta el 3 de julio se había vendido solo el 45 por ciento cosecha, el volumen más bajo en una década. El sector juega a presionar por una nueva devaluación. Por eso ahora el Gobierno apostará por un funcionario que les pueda hablar a los ruralistas de “igual a igual”.
Mientras tanto, Caputo aguarda la llegada de una lluvia de inversiones que no llega a garúa.