Los funcionarios del equipo económico, tanto los que habitan el Palacio de Hacienda como en el Banco Central (BCRA) o la Comisión Nacional de Valores (CNV), saben que sólo pueden ganar algo de tiempo hasta que el poder económico vuelva con sus presiones devaluatorias, vía corridas cambiarias contra el peso. El ministro Sergio Massa apuesta a que, antes, lleguen los adelantos del FMI pero la operatoria se retrasa. Por lo tanto, el Gobierno avanza con un conjunto de señales camufladas de baterías de medidas para contener los pocos dólares que quedan en las reservas.
La última señal fue el allanamiento, a 20 bancos en simultáneo, en el marco de una investigación penal que busca determinar las triangulaciones de un grupo de empresas fantasmas que consiguieron divisas al tipo de cambio oficial y luego las movieron en la city porteña al valor del blue. La causa abarca operaciones por 5,3 millones de dólares, una cifra exigua frente a la salida de divisas que en los últimos años se comió gran parte del superávit comercial.
La imagen de la Aduana junto a la Gendarmería se asemejó a otro operativo realizado semanas atrás por la CNV en las oficinas de un agente de bolsa, en el marco de un expediente administrativo por la posible fuga de divisas vía el contado con liquidación. Es decir, todas señales de dureza por parte de los órganos de control del sistema financiero y el comercio exterior.
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Dentro de este conjunto de medidas, también podrían glosarse varias resoluciones del Banco Central para prorratear el pago de importaciones y la suba de la tasa de interés para impulsar el ahorro en pesos.
Todos instrumentos y medias que buscan ganar tiempo ante el acecho del Poder económico.
Reservas netas
Para la consultora Ecolatina, las reservas netas del BCRA (excluyendo los DEG), se encontrarían en terreno negativo, por cerca de 1100 millones de dólares. “Del mismo modo, las Reservas Internacionales, bajo la metodología del programa acordado con el FMI (EFF), también serían negativas por algo más de 1100 millones”, puede leerse en el último informe de la misma consultora.
Por su parte, para el Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social –GERES-, las reservas líquidas estarían en un terreno negativo por cerca de 6000 millones.
El mercado sabe que faltan reservas y, al mismo tiempo, espera que aparezcan los dólares prometidos por el FMI o por cualquier otra fuente. No por nada, una de las primeras preguntas que le formularon a Massa durante el evento organizado por la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham) fue, justamente, por la situación de las reservas y los desembolsos del FMI. Como lo tiburones, el Poder Económico huele sangre ante la falta de divisas.
El ministro respondió que se están re pensando los objetivos de corto, mediano y largo plazo del acuerdo con el Fondo, en función del menor ingreso de divisas como consecuencia de la sequía. En ese escenario, agregó: “Una vez que terminemos las operaciones que vinculan a los flujos comerciales vamos a mirar cómo diseñar los flujos y los eventuales desembolsos o reembolsos en el programa del Fondo, más allá de que ya estamos discutiendo con el Fondo objetivos y metas”.
Si las esperanzas sobre los flujos comerciales están puestas en la tercera edición del dólar soja, las perspectivas no serían del todo alentadoras. El martes, las cerealeras liquidaron 54 millones de dólares, y acumulan apenas 2100 millones desde su puesta en funcionamiento, un 73% menos que lo que se había liquidado en la primera edición del programa exportador, para el mismo período de tiempo.
Los grandes productores y las agroexportadoras siguen pujando por un tipo de cambio que los acerque a las cotizaciones financieras. Su objetivo sería conseguir un mejor diferencial o una devaluación general. Y de yapa, reclaman la eliminación de las retenciones, tal como explicaron durante un acto realizado el pasado 1 de marzo.
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Poder de policía
La presencia de la Aduana en la sede de 20 bancos comerciales, junto a la Gendarmería, es toda una señal de que el Gobierno estaría aplicando su poder de policía frente a posibles triangulaciones cambiarias.
En el expediente se investigan 233 giros al exterior por cerca de 5,3 millones de dólares, un promedio de 22.500 dólares por giro. La causa penal, bajo secreto de sumario, está radicada en el juzgado Penal Económico Nº2, a cargo del Pablo Yadarola, junto a la fiscalía en lo Penal y Económico número 2, a cargo de Emilio Gerberoff.
En este caso, la Aduana se constituyó como querellante y activó la utilización de los acuerdos de intercambio de información con EE.UU. para obtener el nombre de los apoderados de las cuentas bancarias de las sociedades LLC de dicho país.
A su vez, sigue abierta la investigación administrativa de la CNV por las supuestas maniobras fraudulentas en la compra de bonos, previo al anuncio de Massa de principio de año. "La pesquisa tiene como objetivo garantizar la transparencia del mercado", sostuvo Sebastián Negri, titular de la CNV, en diálogo con El Destape.
Este accionar de la CNV también pretende señalar que se intentarán cerrar todos los caminos que permitan la triangulación de operaciones cambiarias, o el usufructo de información privilegiada o la fuga de divisas vía el CCL.
Dentro de este conjunto de medidas que resaltan el poder de policía del Estado, podría agregarse la investigación que realizó la Aduana en la que detectó que exportadoras agropecuarias, ganaderas y pesqueras, entre otras, retienen en el exterior 3700 millones de dólares sin ingresar al país.
“Para aprovechar la brecha, muchos exportadores no liquidan las divisas ante el Banco Central y lo dejan en el exterior o lo convierten al tipo de cambio de contado con liquidación", había advertido la Aduana.
Importaciones y plazos fijos
En las últimas semanas, el BCRA avanzó en otro conjunto de medidas para evitar la salida de divisas. Por un lado, se adoptaron instrumentos para postergar pagos de importaciones por 2000 millones de dólares. La decisión apuntó al pago de importaciones de servicios profesionales y fletes.
Tras la fuerte suba de la inflación de marzo (7,7%), la autoridad monetaria aumentó en 1000 puntos básicos la tasa de interés, para tentar a los ahorristas a que coloquen sus ahorros en plazos fijos y no corran al dólar.