Las cerealeras agroexportadoras liquidaron en la última semana un poco más de 418 millones de dólares. Desde el inicio del nuevo Dólar Soja, el pasado 12 de abril, las ventas en el mercado único y libre de cambios totalizaron los 2039 millones, menos de un tercio de lo que habían aportado en la primera edición de la devaluación quirúrgica para el sector e incluso por debajo de lo que habían liquidado en la segunda versión, para el mismo período de tiempo (2221 millones).
Este magro resultado –más allá de que entre jueves y viernes de la semana pasada aceleraron un poco el ritmo de ventas – posee varias explicaciones: los efectos remanentes de la sequía, un problema de logística tras una medida de fuerza en los puertos, las versiones sobre una devaluación atribuida al ex asesor presidencial, Antonio Aracre, y la última corrida cambiaria contra el peso.
“No sólo el precio pagado por la exportación a los productores sería insuficiente para incentivarlos a vender (el precio internacional de la soja cayó 30 dólares por tonelada), sino que también el premio por un tipo de cambio diferencial más elevado que la cotización oficial se fue achicando con la aceleración del crawling peg en las últimas ruedas, al pasar de un 40% promedio en abril a un posible 30% promedio en mayo”, explicaron desde la consultora Ecolatina.
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Es decir, no estarían lo suficientemente tentados para vender su producción. Según el Monitor Agroindustrial, elaborado por la cámara que nuclea a las cerealeras agroexportadoras, durante el tercer mes del año, cuando aún no funcionaba el dólar soja 3, los productores vendieron cerca de 1,6 millones de toneladas. Mientras que en abril, con el beneficio de los 300 pesos por dólar, comercializaron 2 millones de toneladas. No hubo mucha diferencia.
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Reservas
Al cierre del viernes, las reservas del Banco Central quedaron en los 34.003 millones de dólares, lo que representó una baja diaria de 127 millones, como consecuencia de cambios en las cotizaciones de las diferentes monedas y activos que conforman el stock. En el año disminuyeron 10.585 millones. El viernes, tras una liquidación del sector agropecuario de 111 millones de dólares, la autoridad monetaria solo pudo comprar 2 millones.
Las metas de acumulación pautadas con el FMI quedaron en el olvido. Como consecuencia de la sequía más la especulación de los grandes productores que para abril tenían guardas 5 millones de toneladas de soja, las liquidaciones totales del sector agropecuario descendieron un 53% durante el primer cuatrimestre del año en comparación con el mismo período del 2021. Desde el sector insistieron en que este año habrá 18.000 millones de dólares menos de sus exportaciones.
Ante la urgencia, el ministro Sergio Massa sigue negociando con el FMI el adelanto de todos los desembolsos pendientes para este año, que lo único que le garantizaría al Gobierno sería ganar un mínimo de tiempo antes que los actores del poder económico que pretenden una devaluación vuelvan a intentarlo.
¿Qué pedirá a cambio el FMI en caso de adelantar los DEG? Una incógnita, aunque la frase que más resuena en la city porteña y en algunos despachos del Poder Ejecutivo es “más ajuste” y acelerar la devaluación.
Devaluación del oficial
El tipo de cambio oficial concluyó la semana en los 234 pesos, una variación del 27,7% desde que comenzó el año. Por su parte, la cotización implícita del MEP quedó en los 432 pesos y el contado con liquidación cerró en los 456 pesos. De esta manera, la brecha con el MEP se ubicó en el 85% y con el CCL, en el 95%, luego de haber superado el 100% tras la última corrida cambiaria.
El crawling peg cerró abril con un avance del 6,6% mensual (punta a punta) y mostró una TEM diaria promedio (5 ruedas) del 8,2% en los últimos días del cuarto mes del año. En la primera semana de mayo, la variación del tipo de cambio oficial redujo su velocidad y promedió una TEM diaria del 7,2%, según Ecolatina.
Los movimientos del tipo de cambio oficial intentan seguir el ritmo de la inflación. Así fue acordado con el FMI. Para las consultoras que participan del Relevamiento de Expectativas del Mercado, la suba general de los precios se ubicará en abril en el 7,5%. La inflación núcleo habría escalado al 7%.
Massa se jactó de frenar la corrida cambiaria como parte de su plan de estabilidad macroeconómica, siempre a tiro de una nueva corrida cambiaria. Las diferentes consultoras del mercado estiman que, como consecuencia de la inestabilidad cambiaria, habrá un traslado a precios que se sentiría, principalmente, en las variaciones de mayo.
Ante cada cimbronazo con los dólares financieros, suele darse un alza del piso inflacionario. “Ocurrió en 2020, al año siguiente y tras la salida de Guzmán el piso de inflación mensual subió. Ahora, con esta última corrida se ubicaría en ese 7%”, destacó Sebastián Menescaldi, de la consultora EcoGo.
La estabilidad macroeconómica de la que se jacta haber conseguido Massa se diluye en un mar de formadores de precios y actores del sistema financiero que suelen ganar, justamente, con la inestabilidad que generan.