El Gobierno emprende la “carrera para bajar la inflación” con herramientas en su haber, pero también desafíos por delante. Los debates sobre las posibilidades para mejorar la distribución del ingreso se reflotan en el comienzo del año de elecciones presidenciales, luego que el ministro de Economía, Sergio Massa, destacara como su prioridad "la carrera para bajar la inflación, para hacer crecer a la Argentina”. En diciembre, los precios se incrementaron 5,1%, de acuerdo al Indec.
De acuerdo al promedio del relevamiento de expectativas de mercado (REM) del Banco Central, las consultoras privadas esperan un alza del 5,6% para enero, del 6,2% para marzo y 6% para abril. Para ese último mes, contrariamente, Massa busca que los precios se hayan desacelerado. "El objetivo es que la inflación llegue al 3% en abril", había propuesto a fines del año pasado.
En ese terreno, el ministro desplegó Precios Justos, un acuerdo para establecer referencias para los consumidores y una pauta de aumentos para el resto de los productos de las compañías firmantes. El Gobierno relevó que en el 88% de los casos, los precios acordados se respetan y el 81% mantiene el tope de 4% mensual que negoció para los artículos fuera del programa. Sin embargo, el cumplimiento de la señalética se reduce al 75%, mientras que el abastecimiento en góndola a tan solo el 61%. Mientras tanto, las variaciones en los precios impactan de lleno en las condiciones económicas de las familias. El costo de la canasta básica total subió 100,3% en 2022, por encima de la inflación (94,8%), mientras que la canasta básica alimentaria aumentó 103,8%, según el reporte de la valorización de la canasta básica del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
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En la misma semana, el organismo publicó otro informe clave: cuenta de generación del ingreso e insumo de mano de obra. En primer lugar, las cifras marcan un retroceso de la participación de los trabajadores en el total de la producción. Por Mauricio Macri pasaron de quedarse con el 51,2% de la “torta” en el tercer trimestre de 2016 al 45,7% en el mismo período de 2019. No obstante, este guarismo volvió a descender hasta el 43,6% en el tercer trimestre de 2022. Este achique en la porción de la remuneración del trabajo se explicó en un principio por la caída de los salarios de los empleados registrados, y luego por el incremento de los asalariados no registrados, que cobran menos en promedio, y el avance de los cuentapropistas.
Al mismo tiempo que los trabajadores perdieron terreno, se dio una concentración de la riqueza en menos manos. Este efecto, no obstante, se dio a nivel mundial: el 1% más rico acumula casi el doble de riqueza que el resto de la población en los últimos dos años, de acuerdo a Oxfam. Por eso propone el organismo que combate la desigualdad internacional propone aplicar un impuesto a la riqueza de hasta el 5% a los multimillonarios, con el que se podrían recaudar US$ 1,7 billones anualmente y permitiría que 2.000 millones de personas salieran de la pobreza.
Argentina cuenta con su propio proyecto para cobrarle un impuesto a la renta extraordinaria, impulsado por Alberto Fernández el año pasado por este mismo contexto. Los laboratorios por la pandemia y las alimenticias y energéticas por la guerra se hicieron de ganancias muy por encima de lo previsto y a costa de la población, lo que perjudicó también la distribución del ingreso. Para ponerle el ojo al cumplimiento y abastecimiento de los supermercados y las productoras de insumos básicos, el Gobierno acordó con diversos sindicatos un esquema de colaboración e intercambio de información. De esta forma, el Estado podrá recibir información más precisa para poder realizar los ajustes necesarios a Precios Justos.
El aspecto central para mejorar la distribución del ingreso no sólo pasa por controlar los precios sino también por mejorar los sueldos. En medio de un 2022 muy complejo, sobre el final del año se vio un leve repunte del salario real. Eso deberá ser impulsado por Massa, tal como se comprometió, para que el Frente de Todos consiga una victoria electoral tras las crisis del macrismo, la sanitaria global y la batalla en Ucrania.
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De acuerdo a la ministra de Trabajo, Raquel "Kelly" Olmos, el Gobierno nacional está abocado en lograr que "el salario le gane a la inflación". La funcionaria precisó que de eso se trató el compromiso electoral que asumió el Frente de Todos en 2019. “Tenemos un año más para seguir trabajando en eso. Argentina no puede volver a transferir divisas con fuga de capitales al exterior. Eso hipoteca al país durante décadas", señaló en una entrevista en AM 750.
Una de las iniciativas que se mantiene latente de un sector del Frente de Todos para contribuir a este objetivo consiste en crear una empresa nacional de alimentos. El fin de este proyecto consiste en darle prioridad a la producción de artículos de la canasta básica para procurar el acceso de la población a una alimentación suficiente, saludable y a precios justos.
La provincia de La Rioja cuenta con compañías estatales para la producción de alimentos (además de otras de diversos productos y servicios), agrupadas bajo el paraguas “Mejor Riojanas”. De esta forma, el gobierno de Ricardo Quintela puede abastecer artículos de primera necesidad a precios accesibles, lo que estimula a las privadas a que no cometan abusos en las góndolas, y al mismo tiempo garantiza empleo y producción federal.
El otro frente: los dólares que faltan
El miércoles, Massa anunció y comenzó con la recompra de deuda por US$ 1.000 millones. Con esto dio un primer paso para desarmar un problema futuro sustancioso como lo es la escasez de dólares por los enormes pasivos que dejó Cambiemos. El día anterior, el riesgo país había cerrado en 1.881 puntos, el nivel más bajo desde mayo de 2022. Esta caída de mil puntos abrió una ventana de oportunidad para Argentina que fue aprovechada por el titular del Palacio de Hacienda.
En las propias palabras del funcionario, la recompra pretende “seguir mejorando el perfil de deuda externa de la Argentina para seguir bajando el riesgo país que, de alguna manera, mejora las posibilidades de las empresas argentinas y del Estado argentino de acceder al mercado de capitales”. Este fue considerado como un primer paso se encuentra enfocado en los bonos globales, sobre todo los de corto vencimiento, como los 2029 y 2030. “Entendemos que ahí es donde tenemos que atacar para la mejor administración de la deuda, el perfil de deuda y el perfil de vencimientos de la Argentina”, planteó Massa en un mensaje grabado.
De esta forma, les dejó la propuesta a las empresas colaborar en el futuro para este mismo objetivo: “Seguramente, a lo largo de los próximos meses, estaremos invitando también al sector privado a acompañar al Estado argentino en este trabajo de mejora de perfil es que llevemos adelante otras medidas como la que hoy estamos tomando”.
A lo largo de los últimos cinco meses, el equipo que Massa desplegó en Economía apuntó a la normalización macroeconómica para que el proceso de crecimiento del producto, de generación de empleo y de aumento o recuperación de consumo no se vea afectado por medidas a tomar o ya afrontadas. “Nos fijamos en aquel momento cuatro premisas: el orden fiscal, la acumulación de reservas, el aumento o el crecimiento de las exportaciones argentinas y el desarrollo con inclusión”, explicitó.
En ese sentido, destacó el proceso de acumulación de reservas a partir de la promoción de exportaciones y los récords de ventas internacionales de algunos sectores como el automotriz y el sector agro. “Los números del 2022 nos permitieron cerrar con cumplimiento y sobrecumplimiento de algunas de las metas; tanto en el caso fiscal como en el caso de acumulación de reservas”, cerró Massa.