Las deudas: trampolín y trampa para Javier Milei

08 de agosto, 2024 | 15.33

En las últimas semana se dieron a conocer diferentes informes que dan cuenta del endeudamiento de los hogares en la era Milei. Un informe realizado a nivel nacional por el Departamento de Estadísticas y Tendencias del Centro de Almaceneros y Comerciantes Minoristas de la Provincia de Córdoba, reveló que el 93% de los argentinos tiene alguna deuda

Como narramos en Historia de cómo nos endeudamos (Siglo XXI editores) de reciente publicación, las deudas son la nueva cuestión social, fuente de muchos malestares contemporáneos. Desigualdades acrecentadas, relaciones sociales degradadas, sentidos de pertenencia desgajados, aflicciones dolorosas perforan a la sociedad.

Si el bienestar de las personas está atado a las deudas, es mucho más posible que ellas se conviertan en vectores de múltiples formas de violencia y dominaciones, que se profundicen las desafecciones y los desencantos con la política y que, a su turno, la sociedad corra el riesgo de caminar sobre la ruina de los imaginarios de movilidad social. Este camino pavimentó la llegada de Milei al gobierno.

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La gestión de las deudas de las familias es un hilo conductor del sacrificio de parte de la sociedad en el ciclo de alta inflación. Formateó una subjetividad política distante y crítica del Estado y la política.

A través de la gestión de las deudas por parte de las familias uno puede entender el desapego experimentado por parte de la sociedad hacia el Estado. Supuso decir: “Vos, Estado, decís que me estás ayudando, pero en realidad quienes me ayudaron son mis familiares o amigos . Ellos me prestaron plata y yo tuve que esforzarme para devolverles. Yo hice un enorme sacrificio ¿Y vos? Muy poco o nada te sacrificaste".

Por lo tanto, este esfuerzo o sacrificio asociado con las deudas generó condiciones favorables para distanciarse del Estado y la política y sentirse atraído por una oferta política que los denunciaba por sus privilegios. Esa dinámica de endeudamientos alimentó un ciclo nuevo de expectativas políticas. A través suyo puede entenderse parte del acompañamiento de un sector de la sociedad a este gobierno. Incluso cuando esas mismas familias no llegan a fin de mes, pierden beneficios sociales, pierden su nivel de ingreso, dejan de pagar el colegio o la prepaga, ese sacrificio realizado en el pasado que alimentó el desapego con la política "tradicional" tiene un efecto sobre el presente que amortigua, que acompaña la aceptación de un gobierno que está tomando medidas que van contra los intereses materiales de ese sector que lo apoya.

¿Hasta dónde llegará este acompañamiento?

Hoy día la radiografía de la dinámica de endeudamiento muestra, por un lado, que los hogares contraen su consumo y lo hacen a través del mercado de crédito; prefieren no endeudarse con el mercado, pero al mismo tiempo tienen otro tipo de deudas vinculadas con no poder pagar los servicios o pedir prestado para pagarlos. Si miramos las estadísticas oficiales estas deudas quedan fuera de todo registro. Las estadísticas del Banco Central dicen que bajó el nivel de endeudamiento porque bajó el acceso al crédito. Pero la deuda es un problema porque crece en los márgenes de la estadística que dice que la deuda se está reduciendo. Al recortarse el gasto social del Estado en esferas como la vivienda, la salud, la educación, las pensiones y los salarios –como ha sugerido en campaña y recién asumido el nuevo presidente que será el centro de sus políticas– y pulverizarse los ingresos, las tendencias que contribuyeron a convertir a las deudas en una nueva cuestión social se profundizan. Será cuestión de tiempo saber si las deudas que fueron un trampolín para que llegue Milei al gobierno se conviertan en su trampa.

MÁS INFO
Ariel Wilkis

Doctor en Sociología por la École des Hautes Études en Sciences Sociales y la UBA. Publicó el libro “Una historia de cómo nos endeudamos. Créditos, cuotas, intereses y otros fantasmas de la experiencia argentina”, donde ofrece una mirada diferente sobre el problema del endeudamiento en Argentina.