La deuda de las empresas en el mundo alcanzó récord de u$s 7,8 billones

El endeudamiento neto nuevo de las empresas a escala mundial alcanzó los u$s 456.000 millones en el último año. La cifra supera la cota máxima que se había alcanzado en 2020.

12 de julio, 2023 | 13.20

La deuda de las empresas marcó un nuevo récord en 2022/23, aunque comienza a disminuir demanda por el crédito corporativo frente a un escenario de estancamiento económico global. El endeudamiento neto nuevo de las empresas a escala mundial alcanzó los 456.000 millones de dólares en 2022/23, lo que supone un incremento del total de deuda en circulación en un 6,2 por ciento hasta los 7,8 billones de dólares a tipos de cambio constantes, según el Corporate Debt Index, un estudio a largo plazo sobre las tendencias del endeudamiento de las empresas en todo el mundo de la consultora Janus Henderson. De las 933 empresas de primera línea relevadas en el informe, la única con deuda contemplada para la Argentina fue Mercado Libre. 


La cifra supera la cota máxima que se había alcanzado en 2020, una vez consideradas las variaciones de los tipos de cambio. Sin embargo, una quinta parte del incremento del endeudamiento neto fue debido a que empresas como Alphabet y Meta emplearon parte de sus gigantescas reservas de tesorería, de acuerdo con el informe de la consultora internacional. La deuda total, que excluye los saldos en efectivo, avanzó sólo un 3 por ciento a escala mundial a tipos de cambio constantes, aproximadamente la mitad del ritmo medio de la última década.

La suba de las tasas de interés contribuyó a frenar la demanda por préstamos, aunque sigue sin tener todavía una repercusión significativa en los costes por intereses a los que se enfrentan la mayoría de las grandes empresas.

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Esto no implica que haya una situación de fragilidad de las grandes firmas. Por el contrario, la rentabilidad a lo largo del pasado año superó incluso el nivel supernormal de 2021/22. "Los beneficios antes de impuestos (excluidos los del  sector financiero) aumentaron un 13,6 por ciento a escala mundial hasta alcanzar la cifra récord de 3,62 billones de dólares, aunque la mejora estuvo muy concentrada", señala el documento. El 90 por ciento de los 433.000 millones de dólares del incremento de beneficios a tipos de cambio constante correspondió a los productores de petróleo de todo el mundo, que disfrutaron del auge de los precios de la energía.

Varios sectores, como los de telecomunicaciones, medios de comunicación y minería, registraron menores beneficios en términos interanuales. El aumento de los beneficios impulsó los fondos propios, manteniendo la ratio deuda neta/fondos propios, una variable importante de la sostenibilidad de la deuda, en el 49% interanual a pesar del mayor endeudamiento.

"Sin embargo, la tesorería de las empresas, que toma en cuenta factores como la inversión y el capital circulante, no pudo seguir la estela alcista de los beneficios en 2022/23, sino que descendió un 3 por ciento", destaca el informe de Janus Henderson. La mitad de las empresas incluidas en el índice de la consultora generaron menos flujo de caja libre durante el periodo. Con el aumento de los dividendos y la recompra de acciones y la reducción del flujo de caja, las empresas salvaron la brecha aumentando su endeudamiento o agotando sus reservas de efectivo. 

En Estados Unidos, por ejemplo, donde las empresas tienden más a financiarse en los mercados de renta fija, la factura colectiva de intereses se mantuvo estable en términos interanuales, al tiempo que el endeudamiento neto siguió aumentando. En Europa, donde los préstamos bancarios tienen un mayor peso, la cantidad destinada a gastos financieros aumentó un 17% a tipos de cambio constantes y fue este mayor coste lo que contribuyó a mantener estables los niveles de deuda en términos interanuales.

La economía mundial se va desacelerando por la presión que sobre la demanda ejercen unos tipos de interés más elevados. Por consiguiente, la previsión es que los beneficios de las empresas desciendan desde sus niveles históricos. El encarecimiento de los préstamos y la ralentización de la actividad económica propiciarán que las empresas intenten amortizar parte de sus deudas, aunque se producirán variaciones significativas entre los distintos sectores y entre las empresas más sólidas y las más débiles.

Por sectores y empresas

El sector al que pertenece una empresa es lo que más influye a la hora de elegir la estructura de financiación con capital y deuda, así como en el modo en que esta combinación va cambiando a medida que la empresa crece y madura. Los accionistas de empresas con flujos de caja más estables y predecibles y una sólida base de activos no suelen tener problemas en suscribir un endeudamiento considerable a fin de reducir la financiación mediante fondos propios y aprovechar el valor generado por los efectos del apalancamiento. Las empresas de suministros públicos son el ejemplo más clásico. En cambio, las empresas muy expuestas al ciclo económico, como las de materiales de construcción o minería, deben ser prudentes si quieren evitar que una recesión les impida hacer frente al servicio de la deuda.

"Está claro que algunas compañías pueden llegar a tener dificultades si se endeudan demasiado —véase la implosión que sufrió la inmobiliaria China Evergrande por este preciso motivo—, pero disponer de una  tesorería excesiva también supone un gran  problema para los accionistas. La posición de tesorería neta de 84.000 millones de dólares  que tiene Alphabet representa alrededor del 6 por ciento del valor de la empresa y constituye un lastre para la rentabilidad de los accionistas, que  quizás preferirían poder emplear ellos mismos  ese capital de forma más productiva", señala el relevamiento de la firma gestora de activos financieros. 

Las empresas de suministros públicos fueron las que más contribuyeron al incremento del endeudamiento corporativo mundial en 2022/23. En conjunto, el endeudamiento de las denominadas utilities aumentó en 135.000 millones de dólares, un 10,8 por ciento, a tipos de cambio constantes, un ritmo de crecimiento significativamente más rápido que la media mundial. Esta cifra equivale a más del 25 por ciento del incremento de la deuda neta mundial, porcentaje sensiblemente superior al 17 por ciento que este sector suma en cuanto a la deuda total en circulación. 

El 75% de las empresas de suministros públicos de nuestro índice registraron alzas en su endeudamiento. La rentabilidad de la mayoría de ellas fue saludable, aunque el flujo de caja fue negativo tras descontar las fuertes partidas destinadas a inversiones y dividendos. Por ejemplo, las inversiones de la española Endesa  quintuplicaron el flujo de caja operativo. Endesa, al igual que la mayoría de las empresas del sector, está cubriendo la diferencia con deuda. EDF —que está sufriendo cuantiosas pérdidas por los controles de los precios de la energía  impuestos por el Gobierno y se encuentra  inmersa en un proceso de nacionalización—  protagonizó el mayor incremento de deuda, con diferencia, entre las empresas de suministros públicos.

Las empresas de medios de comunicación ocuparon el segundo lugar en cuanto a la contribución al incremento mundial de la deuda neta. Warner Bros Discovery adquirió Warner Media a AT&T, para lo que tuvo que endeudarse significativamente, mientras que Alphabet y Meta recurrieron a sus elevadas reservas de tesorería para financiar tanto inversiones de capital como programas de recompras de acciones de gran volumen. La mitad de las empresas restantes del sector también contabilizaron subidas en su endeudamiento. En el sector del software, Microsoft redujo a la  mitad su posición neta de tesorería para financiar dividendos, recompras de acciones e inversiones.

Los grupos de construcción e ingeniería, especialmente en China y Hong Kong, fueron los terceros mayores contribuidores al crecimiento de la deuda neta de las empresas en el último año. China State Construction Engineering representó una cuarta parte del incremento de deuda del sector, ya que sus crecientes necesidades de capital circulante mermaron el flujo de caja y además el grupo subió acusadamente el dividendo. Con un gasto en inversión muy superior al flujo de caja, Amazon contribuyó por sí solo a casi una décima parte del aumento de la deuda corporativa neta mundial en 2022/23, porcentaje prácticamente idéntico al del resto de grupos de distribución de nuestro índice en conjunto. Los 48.600 millones de dólares de nuevo endeudamiento constituyeron, con holgura, el mayor repunte de deuda de  cualquiera de las empresas a escala mundial.

"Más allá del enorme impacto causado por un puñado de empresas, el aumento del endeudamiento fue generalizado. De las 933 empresas de nuestro índice, un 56 por ciento aumentó el endeudamiento o lo mantuvo estable en 2022/23, en comparación con el nivel  ligeramente superior al 40% de las dos ediciones anteriores", señala el informe. No obstante, en algunos sectores se produjo una reducción del endeudamiento. La mayor, por segundo año consecutivo, correspondió a los productores de petróleo.

El flujo de caja libre  se ha disparado en este sector hasta superar los 500.000 millones de dólares en los dos últimos años (tres veces más que en los cinco años anteriores juntos). La deuda neta de los productores de petróleo se redujo en 130.000 millones de dólares el año pasado, mucho menos que en 2021/22 (a pesar del fuerte aumento de los beneficios), debido a la devolución de capital a sus accionistas mediante repartos de dividendos y programas de  recompra históricos.

En cuanto al resto de sectores, las farmacéuticas, los fabricantes de vehículos, las  empresas de bebidas y los grupos de defensa figuran entre los ocho sectores que han amortizado deuda en el último año. La mayor reducción de endeudamiento la protagonizó AT&T gracias al acuerdo mencionado  anteriormente con Warner Bros Discovery.