El Gobierno de Javier Milei insiste en garantizar el superávit financiero a partir de un ajuste récord sobre jubilaciones y pensiones, trabajadores, provincias y obra pública. El objetivo final de sostener, como lo viene haciendo, artificialmente un ahorro presupuestario es garantizar los pagos de deuda externa, tanto con el Fondo Monetario y el Club de París como otros acreedores externos y bancos. Durante el primer trimestre el “ahorro” alcanzó los 8,3 billones (millones de millones) de pesos, que recayó principalmente en jubilaciones y pensiones contributivas, inversión real directa, subsidios a la energía y salarios, mientras que sólo el mes pasado el ministro de Economía, Luis Caputo, se endeudó en 16 billones de pesos más, incluso luego de haber renovado y pagado 45 billones.
No sólo se sigue privilegiando a los inversores, instituciones y particulares, frente a jubilados, trabajadores y estudiantes con sendos recortes presupuestarios, sino que se redobla la promesa endeudadora de Caputo. Un ejemplo fue la promesa que hizo el titular del Palacio de Hacienda al sector energético, a quien aseguró se les pagará lo adeudado a las mayoristas de electricidad y gas en junio con el superávit acumulado hasta ese entonces. Sin embargo, hasta ahora el superávit solo se usa para el pago de deuda.
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El recorte está siendo brutal y se endurece con el transcurrir de los meses. Las partidas que más se redujeron fueron jubilaciones y pensiones contributivas, subsidios a la energía, inversión real directa y transferencias totales a provincias, que significaron el 70 por ciento del ajuste. “Desde el punto de vista del aporte al monto total ahorrado (en el primer trimestre) de 8,3 billones de pesos, los gastos que más se redujeron y más aportaron fueron jubilaciones y pensiones contributivas (-2,9 billones), inversión real directa (1,25 billones), subsidios a la energía (-763.000 millones) y salarios (-622.000 millones). Entre los cuatro aportaron casi 5,52 billones de pesos en moneda de marzo 2024, es decir, el 66 por ciento del total ahorrado”, señala el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).
Superávit a fuerza de más endeudamiento
Parte del ahorro del último mes se logró con un superávit fiscal “ficticio” generado con deuda flotante de 1,9 billones de pesos, a partir de no devengar una serie de gastos. "No se ‘pisan los pagos’ para mejorar el resultado fiscal, superavitario en el primer trimestre en 1,13 billones de pesos, el equivalente a 0,17 por ciento del PIB. Directamente el Gobierno no los devenga”, señaló un estudio de Analytica, la consultora de Ricardo Delgado.
El documento detalló que “el stock de deuda flotante, la diferencia entre lo que el Tesoro devenga de gasto y lo que efectivamente paga, alcanzó los 1,9 billones de pesos en marzo”. El trabajo sostiene que "este nivel es el más bajo medido en términos reales y en la comparación histórica desde 2016”. “A su vez, está por debajo del tope que puso el FMI en la última versión del acuerdo”, sentencia la consultora.
La Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP) detalló que el stock de deuda flotante en el primer trimestre del año se mantuvo en promedio en torno a 1,6 billones de pesos. “Esta deuda equivale al 10,1 por ciento del gasto total devengado en el trimestre, lo que implica un nivel significativamente menor al registrado en iguales períodos de 2023 y de 2022, en los cuales la deuda flotante fue equivalente al 30,1 y al 33 por ciento del gasto total respectivamente”, explicó la ASAP.
Las partidas con acumulación de deuda flotante son los gastos de capital (79,1 por ciento del total devengado), los bienes y servicios (22,7 por ciento) y las remuneraciones (15,3 por ciento).
Mientras se “pisa” y se ajusta todo ese gasto, la deuda se “honra” sin discutir. En marzo el stock de la deuda en situación de pago normal pagadera en pesos aumentó 16,5 billones de pesos con respecto al nivel del cierre de febrero –el doble del ajuste primario acumulado en el trimestre—, pasando de 105,1 billones a 121,6 billones, de acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC). El 82 por ciento de deuda en pesos es ajustable por CER, 13 por ciento denominada en dólares pagaderos en pesos (dólar-linked y bonos duales) y 5 por ciento de deuda en pesos sin ajuste.
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El incremento del stock se explicó por el efecto combinado de los ajustes de valuación del capital de 13,1 billones, por el impacto del aumento del tipo de cambio en la deuda denominada en dólares pagadera en pesos (485.618 millones de pesos) y del índice de precios en la deuda en pesos ajustable por CER (12,5 billones) y por la emisión neta de deuda por 3,4 billones.
Este crecimiento de los empréstitos tuvo lugar pese a que en marzo se pagaron importantes compromisos. En intereses se cancelaron 88.484 millones de pesos 394 millones de dólares. En amortizaciones de capital, según OPC, se canceló deuda por 44,7 billones de pesos y 408 millones de dólares. “Se destacan las bajas por el canje de bonos pagaderos en pesos con vencimientos de marzo a diciembre por 43,8 billones de pesos y el pago por el acuerdo con los países nucleados en el Club de París, por 143 millones de dólares”, señala el informe.
En simultáneo, el Tesoro tomó nuevo endeudamiento en pesos por 48,1 billones, principalmente por el canje voluntario de títulos públicos de principios de mes, y en moneda extranjera por 65 millones de dólares. De esta manera, los servicios de la deuda estimados para el periodo de abril a septiembre en moneda local totalizan 15,8 billones de pesos y en moneda extranjera en 16.420 millones de dólares. El relevamiento de la OPC destaca los pagos de títulos públicos en pesos por 12,1 billones de pesos y al FMI por el equivalente a 4156 millones de dólares, un volumen de compromisos que hace poco creíble a las energéticas la promeso de pago que les acercó Caputo la semana pasada.