El boom del crédito que se viene registrando está también escondiendo un nuevo “rulo” que financia el Gobierno, a través de un diferencial de tasa que premia al que se endeuda en el sistema financiero y coloca los fondos en bonos del Tesoro y se suma al carry trade tradicional, que implica liquidar dólares y colocarlos en pesos con la garantía de intervención del Banco Central para que no se dispare la divisa en el mercado.
El ingreso de dólares financieros (tanto por el blanqueo de capitales como por inversiones de cartera) y el crecimiento de préstamos en pesos está permitiendo la estabilidad de la divisa en los mercados financiero,s pero no se refleja por ahora en una reducción consistente de la inflación, que evite la apreciación del tipo de cambio y genere la expectativa de una nueva devaluación para corregir las asimetrías.
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Los préstamos que más crecieron en términos de PBI fueron los adelantos en cuenta y los documentos, dos instrumentos vinculados a la actividad comercial.
Los créditos hipotecarios, de alta sensibilidad social, y que venían en retroceso por la amortización, comenzaron a recuperar pero en total no tienen representación como porcentajes del PBI y representan solo el 2% del total de stock de préstamos, según los datos disponibles en el portal del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
En el último mes y medio, desde fin de julio al último dato disponible en el BCRA, los adelantos se incrementaron en $ 250 mil millones y los documentos $ 2,3 billones. Esas líneas de crédito tienen tasas menores a las Lecaps y el mercado empieza a percibir que se están tomando préstamos en pesos se dan vuelta e invierten en Lecaps.
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Los préstamos totales desde el 31 de julio subieron $ 4,7 billones, con la mayor incidencia de los personales que se elevaron $1,7 billones mientras los saldos de financiamiento con tarjeta de crédito cayeron $15.000 millones. La percepción es que ese crecimiento del crédito se concentra en algunos actores que arbitran contra las Lecaps.
Ese arbitraje entre créditos y Lecap podría también estar explicando un fenómeno que se viene observando con la tasa de caución a un día, que en un par de oportunidades en las últimas semanas se disparó a 60% solo por un día, con un volumen operado fuera de lo habitual, mientras al siguiente día se normalizaba.
Inversores que quedaron descalzados acuden a ese mercado de caución en busca de los fondos para cubrir la posición.
La tasa de adelanto en cuenta tiene un promedio de 47,8% anual y viene fluctuando entre un piso de 47% y un máximo de 48,2%, mientras que la Lecap más corta, a febrero rinde 50,63%.
La otra operación financiera que viene colaborando para la estabilidad del mercado financiero es el ingreso de dólares por dos vías, la de inversores de cartera que liquidan divisas compran deuda del Estado en pesos y al final del plazo se dan vuelta y recompran los dólares, en un operación que garantiza el Banco Central vía el crawling peg (tasa de devaluación mensual) de 2% y la intervención en el MEP, donde se estima que vendió US% 700 millones entre julio y agosto pasados, garantizando una tasa real mensual del 2% en dólares que se incrementa exponencialmente con la baja del dólar MEP.
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El otro ingreso de dólares es el que aporta el blanqueo de capitales que están haciendo crecer los depósitos en el sistema financiero pero todavía no se traduce en mayor liquidez para las operaciones del Banco Central.
La consultora 1816 estimó que “bancos están dejando los nuevos dólares depositados en las sucursales, en lugar de encajarlos en el BCRA” y señaló que según sus estimaciones, los depósitos de ahorristas argentinos subieron en US$ 3.337 millones desde el 14 de agosto mientras los encajes solo lo hicieron por US$ 128 millones.
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