El costo social de la deuda: al menos 3.300 millones de personas viven en países que gastan más en pagar intereses que en salud y educación

"Algunos de los países más pobres están forzados a elegir entre pagar su deuda o servir a su población" sostiene un informe de la ONU sobre el impacto de la deuda en las naciones en vías de desarrollo. Las consecuencias de las restricciones fiscales.

15 de julio, 2023 | 00.05

Mientras que en las últimas dos décadas la deuda pública se multiplicó por cinco en el mundo el PBI solo lo hizo por tres. Tal es así que la cantidad de países con altos niveles de deuda pasó de 22 en 2011 a 59 en 2022, y el monto acumulado escaló a un récord de 92 billones de dólares, de acuerdo al último informe de Naciones Unidas que advirtió que “un número cada vez mayor de países se encuentran atrapados en una situación en la que tanto su desarrollo como su capacidad para gestionar la deuda se ven comprometidos”. 

Lo anterior es importante en la medida en que compromete recursos públicos que terminan por volcarse, en mayor medida, al pago de intereses de deuda que a destinos como inversión en educación, salud y acceso a servicios básicos para la población. Al menos 3.300 millones de personas se ven directamente afectadas en su calidad de vida por el creciente endeudamiento de sus países que enfrentan además “un acceso limitado a la financiación, aumento de los costos de endeudamiento, devaluaciones de la moneda y lento crecimiento”. 

Así, según datos del mismo organismo, cerca de 1100 millones de personas viven en situación de pobreza multidimensional en más un centenar de países del mundo, y la mitad del total son menores de 18 años. La tasa de pobreza para la población infantil es del 27%, el doble de la población adulta (13%). 

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En ese marco y en la antesala de la reunión de ministros de finanzas y representantes de bancos centrales del G20, del 14 al 18 de julio, la ONU destacó la necesidad de “reestructurar, suspender pagos, plazos más largos y tasas más bajas para los países pobres y de renta media en situación vulnerable”. 

Panorama global

La deuda pública, interna y externa, aumentó considerablemente en el mundo durante las últimas décadas. Como resultado, en 2022, alcanzó los 92 billones de dólares y casi el 30% del total le corresponde a países en desarrollo, según señaló el informe Un mundo de deuda presentado por Naciones Unidas.

Entre los factores que explicarían lo sucedido en estos últimos 20 años se mencionó, “las crecientes necesidades de financiamiento para el desarrollo, exacerbadas por la pandemia de COVID-19, la crisis del costo de vida y el cambio climático, y las fuentes alternativas limitadas de financiamiento”. En consecuencia, 52 países que representan un 40% del mundo en desarrollo están en “graves problemas de deuda”, calificada como “desproporcionada” por el organismo. Se suma “la existencia de una arquitectura financiera internacional desigual que hace que el acceso de los países en desarrollo al financiamiento sea inadecuado y costoso”. 

En este escenario de creciente endeudamiento global se detectó que “algunos de los países más pobres están forzados a elegir entre pagar su deuda o servir a su población. Prácticamente no disponen de espacio fiscal para inversiones esenciales” en tanto “dependen cada vez más de los acreedores privados que cobran tasas muy elevadas y se ven obligadas a pedir más dinero prestado para su supervivencia económica, estando muy expuestos a las perturbaciones externas porque tienen que pagar el servicio de la deuda en moneda extranjera”. 

Realidad regional

El informe al que accedió este portal hace hincapié además en las “desigualdades en la arquitectura financiera internacional” que afectan de diferente manera a las regiones del mundo. De esa manera, “cuando los países en desarrollo toman prestado dinero, tienen que pagar tasas de interés mucho más altas en comparación con los países desarrollados, incluso sin considerar los costos de las fluctuaciones del tipo de cambio” ya que “los préstamos de acreedores extranjeros aumentan la exposición a shocks externos”. La pandemia y el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania son claros ejemplos de esto.

La deuda pública total de los países en desarrollo aumentó del 35% del PIB en 2010 al 60% en 2021. De manera similar, la deuda pública externa, creció del 19% del PIB en 2010 al 29% en 2021. 

Sobre la deuda con acreedores externos, la ONU advirtió que “la comparación de los niveles de deuda con la capacidad de los países en desarrollo para generar divisas a través de las exportaciones muestra que dicha capacidad también se ha ido deteriorando. La participación de la deuda pública externa en las exportaciones aumentó del 71% en 2010 al 112% en 2021”. En esa línea, el impacto de las crisis a nivel global genera que “los costos de endeudamiento pueden dispararse repentinamente. De manera similar, cuando la moneda de un país se devalúa, los pagos de la deuda en moneda extranjera pueden dispararse, dejando menos dinero para gastos de desarrollo”. Por lo tanto, depender de los acreedores privados "encarece el crédito y complica la reestructuración de la deuda". 

En América Latina y El Caribe, el porcentaje de acreedores privados en relación con la deuda pública externa creció de 67% en 2010 a 74% en 2021, mientras que los acuerdos bilaterales cayeron de 7% a 4% en esos diez años y los  acreedores multilaterales pasaron de 26% a 22%. 

“Las tendencias de la deuda de los países en desarrollo han causado un rápido aumento en los pagos totales de intereses públicos en relación con el tamaño de sus economías y los ingresos gubernamentales. Actualmente, la mitad de los países dedican más del 1,5% de su PIB y el 6,9% de sus ingresos a intereses”, explicó la investigación. De esa manera, los pagos de intereses crecieron más rápido que el gasto público en salud, educación e inversión durante la última década: educación 40,8%, inversión 41,1%, salud 54,7% e interés de deuda 60,4%. 

“Un número cada vez mayor de países se encuentran atrapados en una situación en la que tanto su desarrollo como su capacidad para gestionar la deuda se ven comprometidos. Actualmente, al menos 19 países gastan más en intereses que en educación y 45 gastan más en intereses que en salud. En total, 48 países albergan a 3.300 millones de personas, cuyas vidas se ven directamente afectadas por la falta de inversión en educación o salud debido a la gran carga del pago de intereses”, alertó el organismo internacional.