La reciente discusión instalada por la alianza Cambiemos sobre la deuda pública, resultaron la ocasión para exhibir las marcadas diferencias entre los gobiernos de la alianza Cambiemos y los del kirchnerismo. Y es que de hecho, fueron los mismos ministros de Economía del macrismo, Alfonso Prat-Gay y Nicolás Dujovne, quienes dieron cuenta del manejo del endeudamiento llevado adelante durante los gobiernos de CFK, señalando el primero de ellos que el kirchnerismo abonaba las deudas “en efectivo” en lugar de refinanciarlas, y dando cuenta el segundo de la “bendición” de que Argentina tuviera en 2016 niveles de endeudamiento “bajísimos”.
Lo que continuó entre 2016 y 2017, de acuerdo a datos del sitio especializado en finanzas Bloomberg, fue el mayor endeudamiento entre los países emergentes, con niveles por encima incluso que China, hasta que una vez agotado el crédito internacional, el macrismo volvió a recurrir al FMI, en este caso para solicitar el mayor crédito en la historia del organismo.
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A la contundencia de estos datos y declaraciones, es posible sumar la reestructuración de la deuda llevada adelante por el actual gobierno en 2020, que implicó un ahorro neto de 30.000 millones de dólares, y donde la toma de deuda a partir de aquel año, tuvo estrecha relación con la necesidad de afrontar los gastos sanitarios y el freno económico de la mayor pandemia en un siglo, tal como sucedió en el mundo entero.
Ingresos, actividad y consumo
Así las cosas, la política de endeudamiento marca el mayor contraste entre los gobiernos de CFK, el de Macri, y el de Fernández. Sin embargo, existen otras variables muy sensibles a la cotidianidad de los argentinos, que el actual gobierno no ha logrado revertir, como lo son los niveles de ingresos y actividad. Un reciente informe de la Consultora MATE, exhibe que durante el gobierno de Néstor Kirchner los salarios crecieron un 21 por ciento, y otros 9 y 3 por ciento durante los dos siguientes gobiernos de Cristina Fernández, para descender un 23 por ciento durante el macrismo y otro 5 por ciento durante la actual gestión. No resulta casual, en este sentido que en una economía que depende en un 70 por ciento de su mercado interno, la actividad se encuentre aún 2,1 por ciento por debajo del 2019, año del fuerte ajuste llevado adelante por Cambiemos, o que julio haya experimentado, según CAME, una reducción de compra en los comercios minoristas del 10,6 por ciento, en la medición interanual.
Si bien es real que la pandemia continua siendo una restricción para el despegue económico, y que a diferencia del macrismo se está promoviendo un mayor dinamismo en actividades manos de obra intensiva, como la industria, que se encuentra en junio un 11 por ciento por encima del mismo mes de 2019, e incluso comercio, con 8 puntos por encima del 2019, no menos cierto es que las caídas de ingreso y actividad se explican en parte por el ajuste fiscal que se promovió durante el primer semestre, en el que, por fuera del subsidio a las tarifas, el gasto primario se mantuvo en línea con el llevado por el macrismo durante el mismo período del 2019, signado por el acuerdo con el FMI, al punto que durante julio el Tesoro ha disminuido las erogaciones para jubilaciones y pensiones en 41 mil millones de pesos constantes menos respecto a junio de 2020.
Esta es una de las razones que le impiden al actual gobierno exhibir, con la misma contundencia que con el caso de la deuda, un claro contraste con algunas de las políticas llevadas adelantes por la alianza Cambiemos, y que explicarían en parte la caída en el caudal de votos en relación a 2019.
Así y todo, resulta prematuro realizar un claro balance sobre la política de ingresos y actividad del gobierno, no solo porque, como señaló, la misma se ha desarrollado en un contexto de pandemia, sino también porque fuentes consultadas dan cuenta de una inyección, de cara a las elecciones, de un billón de pesos para mejorar los ingresos de jubilados y beneficiaros de planes sociales, así como dinamizar la actividad y el consumo.
La posibilidad de que, al igual que con la política de endeudamiento, el gobierno marque aquí un claro contraste, es aún materia incierta.