En tres meses Caputo tomó el triple de deuda de la emitida en un año de macrismo

Sin autorización del Congreso, el ministro incrementó los compromisos externos en el primer trimestre en u$s 32.731 millones. En el mercado se especula ya con cuándo será el nuevo canje.

28 de mayo, 2024 | 19.57

Un rasgo característico del ministro de Economía, Luis Caputo, durante su paso por la Secretaría de Finanzas, fue la velocidad inusitada del endeudamiento llevado a cabo. En apenas dos años de gobierno de Mauricio Macri, Caputo emitió deuda con privados por más de 80.000 millones de dólares con acreedores privados; e incluso se dio el lujo de lanzar un bono a cien años. Luego se le cerraron las puertas y el macrismo acudió al endeudamiento con el Fondo Monetario. En la actual gestión, ungido al frente del Palacio de Hacienda, el 'endeudador serial' Caputo incrementó, sin solicitar autorización del Congreso, la deuda externa en 32.731 millones de dólares, según cifras oficiales de la Secretaría de Finanzas.

Si se compara con el ritmo de endeudamiento neto anual durante la gestión de Cambiemos, que fue de 12.000 millones, queda en evidencia que el ministro aceleró el proceso de toma de deuda y lo triplicó ya en apenas un trimestre. En los cuatro años de Mauricio Macri la deuda pública aumentó en 82.400 millones de dólares, sin contar el acuerdo con el Fondo Monetario, pero descontada la licuación de pasivos por las devaluaciones en el período, el neto representó un promedio mensual de algo más de 12.000 millones. Tan solo la semana pasada Caputo autorizó por decreto –nuevamente sin trámite parlamentario—al Tesoro a ampliar en 35 billones de pesos la emisión de Letras reembolsables durante este año (equivalente a dólares al tipo de cambio oficial de otros 38.503 millones).

La velocidad en que Caputo elevó el peso de los empréstitos soberanos no dista de la que se vivió en el macrismo, pese a que el gobierno de Javier Milei se promocione como una administración austera y esté llevando a cabo el ajuste “más importante de la humanidad, como se ufana el líder libertario. El ajuste que pagan trabajadores y jubilados se lo llevan los fondos de inversión. El Gobierno insiste en que “no hay plata”, al momento de ser interpelado por el ajuste sin precedente y el desfinanciamiento las principales funciones del Estado. La respuesta no varía pese a que las exportaciones de mercancías llevadas a cabo durante el primer trimestre superaron a las importaciones en 4252 millones de dólares.

El mecanismo cambiario del Central contempla una emisión de dinero cuando entran dólares al país. Pero esos billetes y monedas que reciben los que vendieron dólares los termina absorbiendo el Tesoro colocando títulos públicos. Esos títulos públicos, que son en pesos y ajustables por inflación o por devaluación del dólar oficial o por los dos ajustes (bonos duales), absorben los pesos y el Tesoro (que colocó esos títulos, acrecentando la deuda interna). Con esos pesos adquieren los dólares al BCRA y con esos billetes se pagan los servicios de la deuda externa.

La deuda que generó el macrismo y –no se investigó durante la administración de Alberto Fernández—sigue creciendo en forma exponencial, como lo demuestra el Boletín Mensual de la Secretaría de Finanzas de la Nación. La deuda bruta de la Administración Nacional aumentó en 32.731 millones de dólares, desde los 370.673 millones de dólares de diciembre 2023 a los 403.404 millones de dólares al 31 de marzo 2024.

Este incremento se contrapone con el ajustazo de partidas presupuestarias, con lo cual se prioriza el pago de los servicios de la deuda en desmedro del gasto primario de la Administración Nacional al reducir las partidas para el pago de jubilaciones y pensiones, de empleo y remuneración de los empleados públicos, todo tipo de subsidios (transporte, gas, luz, entre otros), disminuyen fuertemente las transferencias a las provincias, se reducen las partidas para salud, educación, comedores comunitarios, se anulan autorizaciones para funcionar a cooperativas, se cercenan los planes potenciar trabajo y otros de apoyo a la población, se limitan las políticas industriales y se frena la obra pública, entre otros. Esto obliga a reducir aún más el gasto.

“Milei se jacta de que en el primer trimestre 2024 se logró un superávit financiero del 0,2 por ciento del PIB. Pero el costo es un desmanejo de las cuentas públicas, más un incremento de la deuda bruta en 32.731 millones de dólares, esencialmente en bonos ajustables por inflación o por dólar oficial o por los dos a opción de su tenedor (bonos dual), y lo que es peor, es que el 90 por ciento de ese acrecentamiento de deuda es con seguro de liquidez”, destaca la última publicación de Coyuntura Económica del grupo de economistas bonaerenses que coordina Roberto Feletti.

Frente a este escenario, en el mercado ya se especula con cuándo el Gobierno deberá recurrir a una nueva reestructuración de deuda. “Los fondos de inversión acreedores de la Argentina, liderados por el emblemático BlackRock, han advertido que a partir del 2025 los vencimientos de la deuda pública reestructurada por el Frente de Todos serán impagables, lo cual implica que dichos servicios de capital e intereses deberán ser renegociados”, agrega el informe.

Los economistas alertan que una nueva propuesta de reestructuración de la deuda del Estado con el sector privado traerá aparejada la presión para transferir activos argentinos a los fondos acreedores. “En ese sentido, es bueno recordar lo ocurrido en la década del 90. La política de reestructuración de deuda en el marco del Plan Brady, las privatizaciones masivas y el tipo de cambio fijo sostenido en el tiempo, derivaron en una profunda extranjerización de la economía en la segunda mitad de la década. Consecuentemente, en los fondos de inversión acreedores, se puede identificar un primer agente económico de respaldo al gobierno libertario”, advierte el documento de Coyuntura Económica.