La noticia del acuerdo logrado entre Argentina y los bonistas sacudió el mercado financiero de manera positiva. No sólo se redujo la volatilidad de los dólares paralelos, sino que la mirada del mundo sobre nuestro país cambió luego de haber conseguido un importante avance en términos de previsibilidad.
Es que visto en retrospectiva, desde la primera oferta de canje, el riesgo país cayó casi un 50%. A lo largo del camino de la negociación, el mercado avaló la estrategia dispuesta por el país para cambiar las condiciones de pago de sus compromisos.
El riesgo país es un índice construido por la empresa financiera JP Morgan. Este indicador mide la sobretasa de interés que paga cada nación para financiarse en el mercado internacional. Concretamente, mide la probabilidad de que un Estado logre o no pagar los vencimientos de sus obligaciones (deuda externa, bonos, letras del tesoro).
Durante la gestión de Mauricio Macri, el índice se había disparado por encima de los 2500 puntos ante el anuncio de “reperfilamiento” de la fecha de pago de una serie de títulos de deuda, lo cual significó la premonición del default que públicamente negó Juntos por el Cambio. Aún así, el hecho estaba consumado.
Con la asunción de Alberto Fernández como presidente, Argentina reconoció la incapacidad de pago de sus compromisos inmediatos e inició un proceso de negociación con sus acreedores. Por ese motivo, el blanqueamiento de la posición argentina derivó en el salto del riesgo país hasta su pico más alto en muchos años.
En abril, el indicador superaba las 4.000 unidades, mientras que el 5 de agosto de julio cayó a 2.017 puntos básicos. Esto se traduce en una disminución de casi 2.000 unidades y equivalente a un descenso de prácticamente un 50%.