El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció este miércoles que el Gobierno llevará adelante un proceso de recompra de la deuda externa argentina por más de mil millones de dólares, una medida que ya había sido utilizada por Cristina Fernández de Kirchner en 2008, durante su primer Gobierno. Desde el Palacio de Hacienda buscan calmar el mercado cambiario y rebajar aún más el riesgo país.
En agosto de 2008, Cristina también había dispuesto iniciar un programa de recompra de deuda pública. La decisión de adelantar servicios de deuda se sustentó en la oportunidad que ofrecía el valor de mercado de los títulos argentinos.
Un primer paso en esta estrategia consistió en intervenir en los mercados a los efectos de adelantar servicios de deuda que deberían afrontarse en los próximos meses y el año entrante. La jugada, de alto impacto en tenedores de títulos públicos, fue empujada por el brusco descenso mostrado por los bonos de la deuda en las jornadas previas, en especial luego que Venezuela adquiriera bonos por 1.000 millones de dólares y luego los traspasara a bancos de su país, provocando un efecto de cascada negativa sobre las cotizaciones.
El valor de algunos títulos se encontraban tan injustificadamente deprimidos que el Gobierno obtuvo un ahorro de servicios de deuda de casi U$S 25 por cada U$S 100 invertidos.
Qué busca Massa con esta medida
El anuncio de Massa de recompra de deuda persigue varios objetivos que se pueden potenciar entre sí: aprovechar los precios relativamente bajos de los bonos, ayudar a la baja en el riesgo país y a levantar el mercado local de deuda, y a generar una intervención adicional en el mercado cambiario, a través de operaciones indirectas que generan la cotización de los dólares financieros.
En concreto, Massa, anunció este miércoles la recompra de deuda externa por US$ 1.000 millones a raíz de la "ventana de oportunidad" que representa la caída del riesgo país, una medida que durante la jornada hizo saltar los bonos argentinos hasta 11%.
Esta medida, al subir las tasas en pesos, ayuda también a contener los tipos de cambio paralelos, ya que se trata de una tasa de referencia que impacta a la suba la tasa de las cauciones, entre otras operaciones. Los mismos voceros aclararon que estos US$ 1.000 millones no provienen de las reservas líquidas sino de los recursos del Tesoro Nacional, que si bien se reflejan en el balance del Banco Central no forman parte de las reservas netas, un valor que el FMI sigue muy de cerca para cumplir las metas el acuerdo vigente con el organismo.