El intercambio comercial de 2021 terminó con un superávit cercano a los U$S 15.000 millones, una marca casi 18% superior a los registros del 2020. Un dato curioso que muestra la vulnerabilidad del frente externo es que si estos ingresos fueran invertidos en su totalidad para pagarle al FMI este año, igualmente no alcanzaría para cubrir los vencimientos que establece el cronograma firmado por el gobierno de Mauricio Macri y el organismo multilateral de crédito.
De acuerdo al último informe difundido por el Indec, el superávit comercial fue de U$S 14.750 millones a lo largo de 2021, con un incremento de 17,7% respecto a los U$S 12.528 millones registrados en 2020. En diciembre, en el último mes del año, el balance entre compras y ventas al exterior dejó un saldo positivo para el país de U$S 371 millones, que revirtió el resultado deficitario de U$S 364 millones del último mes del 2020.
En 2021, las exportaciones sumaron U$S 77.934 millones, con un avance en la facturación del 42% interanual, al tiempo que las importaciones alcanzaron a US$ 63.184 millones, con un incremento del 49% respecto al año previo. Solo en diciembre, las exportaciones sumaron U$S 6.587 millones, con un crecimiento del 85,9% interanual, mientras que las importaciones ascendieron a U$S 6.261 millones, con un avance del 59,1%.
Un acuerdo impagable
En medio de las enturbiadas negociaciones con el FMI, desde el Palacio de Hacienda ya difundieron cuál sería el perfil de vencimientos si se llega a un programa de facilidades extendidas con el organismo. Ahora mismo, el Gobierno busca apoyo internacional para lograr una refinanciación de pagos que impida la imposición de un ajuste que cargue aún más a la debilitada masa de trabajadores del país.
Tal como está establecido, el cronograma de vencimientos con el FMI en 2022 es asfixiante, y el 2023 replica la misma tónica. Este es el esquema del próximo año:
- Enero: U$S 731 millones
- Febrero: U$S 372 millones
- Marzo: U$S 2.873 millones
- Abril: U$S 731 millones
- Mayo: U$S 330 millones
- Junio: U$S 2.873 millones
- Julio: U$S 2.122 millones
- Agosto: U$S 301 millones
- Septiembre: U$S 2.873 millones
- Octubre: U$S 2.817 millones
- Noviembre: U$S 248 millones
- Diciembre: U$S 2.873 millones
Solo por capital, Argentina debería pagar U$S 17.892 millones y por intereses U$S 1.250 millones. En total, se deberían pagar U$S 19.142 millones. De esta forma, se infiere que si Argentina invirtiera todos los ingresos acumulados vía intercambio comercial a lo largo del 2021, tampoco podría hacer frente a las normas de cobro que acordaron Macri y el FMI en el documento firmado en 2018.
El año pasado, Argentina alcanzó giros por cerca de U$S 5.200 millones al Fondo a lo largo del año entre capital e intereses, de los cuales U$S 3.800 correspondieron a la amortización de capital que se efectivizó en septiembre y diciembre, en dos desembolsos por U$S 1.900 millones, y U$S 1.400 millones restantes por intereses que se abonaron en distintas cuotas a lo largo de 2021.
Ambos vencimientos de capital se saldaron con los derechos especiales de giro (DEG) que el propio FMI distribuyó entre sus accionistas en agosto, luego de una emisión global de U$S 650.000 millones en DEG para paliar los efectos de la pandemia de Covid-19 de los cuales a la Argentina le correspondieron U$S 4.326 millones.
Ahora, al país le quedaría por saldar unos U$S 41.000 millones con el FMI, sin contar los intereses que corran hasta completar el pago, uno de los aspectos que el Gobierno pretende discutir con los países que integran el organismo ya que, actualmente, se está pagando una sobretasa por haber superado en más de 200% su límite de crédito disponible.
Según información del Ministerio de Economía, la sobretasa que pesa sobre la Argentina implica el pago de cerca de U$S 900 millones extra al año, que se pretende sea reconsiderada y por el que pugna por su tratamiento y aprobación en el directorio del organismo.