El ministro de economía, Luis Caputo, y su socio en la actividad privada y presidente del Banco Central, Santiago Bausili, intentarán esta semana en Washington destrabar la novena revisión del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que le permitan desembolsos por más de mil millones de dólares.
El acuerdo con el FMI culminó a mitad de año, pero quedó pendiente la última revisión con datos del tercer trimestre, que el gobierno de Javier Milei decidió postergar por el incumplimiento que registraba en la meta de acumulación de reservas y para no quedar otra vez expuesto a las críticas del staff del organismo, que no se aleja de los reclamos de devaluación y unificación del mercado de cambio. El plan de Milei y Caputo va por una reducción de la inflación aún a costa de profundizar la recesión económica y sacrificar reservas “prestadas” del BCRA facilitando la importación de bienes finales, hasta que converja al 2% mensual del paso devaluatorio.
Milei insistió dos veces la semana pasada en con el cierre del Banco Central, primero en las Jornadas Monetarias y Bancarias de la entidad y después al cerrar el Coloquio de Idea frente a las líneas gerenciales de las empresas. “El Banco Central no los va a molestar nunca más porque, conforme avance la dolarización endógena, va a haber un momento en que va a ser muy grande la operatoria en dólares, y en pesos muy chiquita, y cuando se dé esa situación vamos a estar en condiciones de cerrar el Banco Central y que los políticos nunca más en la vida puedan volver a estafarlos con el impuesto inflacionario”, dijo en Idea el Presidente.
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Ese discurso choca contra la línea que Estados Unidos baja en el Fondo Monetario Internacional, que prefieren lo que denominan competencia de monedas a través del libre flujo en los mercados de capitales pero manteniendo las monedas nacionales y la acumulación de reservas en los bancos centrales.
Caputo, Bausili y el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, participarán de la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial que se desarrollará esta semana en Washington y será la oportunidad para destrabar las relaciones con la titular del organismo, Kristalina Georgieva, y la segunda al mando y directora por los Estados Unidos, Gita Gopinath. Quirno intentó bajarle el perfil al encuentro y lo enmarcó en “las conversaciones constantes que tenemos todos los días con todas las relaciones internacionales que llevamos”. Paralelo a la asamblea anual, habrá reuniones del G20, del G24 y del BID, entre otros organismos internacionales.
Festival de deuda privada
La postergación de la revisión del FMI le está dando tiempo al Gobierno para acumular compras en el BCRA, aprovechando la liquidación de los dólares del endeudamiento de las empresas, que están en proceso de colocación de Obligaciones Negociables o tomando créditos bancarios. Por colocaciones en el mercado de capitales, las empresas recaudaron este mes unos US$ 900 millones y suman unos US$ 2.000 millones en el bimestre. También se disparó el crédito financiero en divisas, que según las estadísticas del BCRA al 10 de octubre mantenían un stock de US$ 5.600 millones, a través de las líneas Adelantos y Documentos, que suelen ser a corto y mediano plazo y que también se vendieron en el mercado de cambios.
El BCRA venía precisamente US$ 2.000 millones abajo en la meta de acumulación de reservas, pero como no informa sobre las intervenciones que realiza en el mercado financiero para bajar la brecha con el dólar oficial no está claro cuánto pudo acumular en este último bimestre.
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De todas maneras, al equipo económico de Milei y Caputo le molesta más el informe que elaboran los técnicos que el incumplimiento de las metas. El último staff report del organismo hablando de dolarización al estilo de Uruguay y Perú generó críticas del Gobierno que incluyeron agresiones del presidente Milei al jefe del departamento Hemisferio Occidental, el economista chileno Rodrigo Valdés. El FMI aceptó correrlo a Valdés de las negociaciones con el equipo económico pero mantuvo su reclamo central, devaluación y unificación cambiaria y política de acumulación de reservas en el Banco Central. Nada de eso están en los planes de Milei y Caputo.
“Vamos por reuniones del G20, del G24, del FMI, del Banco Mundial y del BID, todo concentrado en tres o cuatro días. Y esto genera una expectativa de resultados que no es tal", dijo Quirno en un espacio de diálogo en la red social "X" durante una de las escalas del viaje. "Antes ir a Washington era por una crisis o para resolver una crisis, pero ahora es parte de las conversaciones normales que tenemos", insistió.
Desde el Palacio de Hacienda insisten en que la relación con el FMI se mantiene en muy buenos términos, pero también esquivan respuestas sobre el inicio de conversaciones por un nuevo programa. Dada las características de este viaje, nuevamente se reavivaron las especulaciones sobre la posibilidad de que se avance en diálogos para una vez terminada la revisión del programa en curso pueda resolver rápidamente la forma en que Argentina encarará el pago de los US$44.000 adeudados. Además siempre sobrevuela la posibilidad de acceder a fondos frescos para acelerar la salida del cepo.