El mercado celebra con expectativa un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que aún no tiene fecha, pero que tendrá un nuevo capítulo este fin de semana. Un equipo técnico del Ministerio de Economía y del Banco Central viajarán a Washington para mantener reuniones de especialistas con el staff del FMI.
Tras el anuncio del viaje de la comitiva, la Bolsa escaló 2,8% el jueves, después de que el mismo Merval se había disparado 7,4% el miércoles. La suba de ayer estuvo impulsada por el alza del 12,2% de BYMA. Detrás, pero no con aumentos despreciables se ubicaron Metrogas 9%, YPF 7,3%, Empresa Distribuidora Eléctrica Regional SA (EMDE) 6,7% y Transener 5,1%.
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El panel líder trepó por encima del 7% en la rueda de la mitad de la semana liderada por Pampa Energía (11,1%), Grupo Financiero Galicia (10,9%) y BBVA (9,5%). Los papeles que cotizan en la bolsa de Nueva York (ADR) también verificaron una sustancial remontada, de la mano de Irsa con 11,8%, IRSA Propiedades Comerciales (9,1%), Banco Macro (8,5%) y Grupo Financiero Galicia (8%).
Funcionarios de Economía y del Central viajarán este sábado rumbo a Washington para reunirse con el staff del Fondo Monetario Internacional. Desde el Palacio de Hacienda precisaron que el objetivo será continuar con los entendimientos técnicos en el marco de las negociaciones con ese organismo multilateral de crédito para un programa que permita refinanciar el préstamo que tomó Mauricio Macri en 2018.
El contrato original que firmó el expresidente ahora procesado por espionaje ilegal estipula que el año próximo vencen 18.000 millones de dólares y otros 17.000 millones de dólares en 2023. Tal como describió Héctor Daer tras el encuentro con Martín Guzmán el martes en la CGT: “Impagable”. Al tratarse en total de 45.000 millones de dólares, cualquier monto que se destine redundará en una reducción sustancial de la capacidad de recuperación de la economía.
Al Consejo Directivo de la central obrera, el ministro de Economía les adelantó que el Gobierno no firmará “ningún acuerdo de ajuste porque significaría impedir darle continuidad a la recuperación económica”. “Trabajamos por un acuerdo que nos permita seguir en la senda de lo que nosotros queremos que es que todo se vaya ordenando”, adelantó.
Ante los sindicalistas, el propio Guzmán les aclaró que el nuevo lineamiento significaría comenzar a pagarle al FMI recién desde 2026. “Lo que buscamos es un acuerdo para el desarrollo sustentable en donde tenemos una programación plurianual, en donde le decimos al FMI: ‘Presento esto y es lo que voy a hacer para que la Argentina se recupere, genere trabajo y la inflación vaya bajando, que es algo fundamental para el buen funcionamiento de la economía. Y para que la economía agregue más valor. Con eso permitime refinanciar; que no te tenga que pagar ahora’”.
Los diálogos con el Fondo la comparan en Economía con una negociación de un Estado con más de 190 naciones, por los socios que integran al organismo multilateral. Se trata de una negociación geopolítica.
El Gobierno pretende primero acordar con el staff del FMI y después girarle el contrato al Congreso para que lo apruebe. De este modo se garantizó el Frente de Todos que nunca más un presidente de turno endeude al país por un crédito histórico con el FMI en tres semanas y sin discutirlo con la sociedad ni pasa por el parlamento.
La advertencia del FMI al G20 por las deudas en países pobres
Por su lado, mientras negocia los últimos detalles del acuerdo con la Argentina, el FMI pidió avanzar en el diseño de un tratamiento especial de la deuda para los países pobres. El organismo multilateral de crédito advirtió que muchos de ellos podrían sufrir un "colapso económico" si no cuentan con esa ayuda.
"Es posible que veamos un colapso económico en algunos países a menos que los acreedores del G20 acuerden acelerar una reestructuración de la deuda y suspendan su servicio mientras negocian esa reestructuración", afirmó en un blog la titular del organismo multilateral, Kristalina Georgieva. En una columna en coautoría con Ceyla Pazarbasioglu, titulada "Debe reforzarse el marco común del G20 para el tratamiento de la deuda", Georgieva apuntó que "es fundamental" que los acreedores privados también ofrezcan alivio.
La Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda del G20 (DSSI) expira a fin de año y, si no se renueva, varios países podrían sufrir presiones financieras y recortes de gastos en momentos en que se extiende una nueva variante de coronavirus y se espera un aumento de las tasas de interés. Y enfatizó: "Los desafíos de la deuda son apremiantes y la necesidad de acción es urgente. La reciente variante ómicron es un claro recordatorio de que la pandemia estará con nosotros por un tiempo".
Dados los problemas con el programa de alivio de la deuda y el marco común para tratar con los acreedores privados, hasta ahora sólo tres países solicitaron el aligeramiento de esa carga (Chad, Etiopía y Zambia) y enfrentan "retrasos significativos" en sus pagos. El marco operativo "aún debe cumplir con su promesa. Esto requiere una acción rápida", finalizó la funcionaria del FMI.