Pese a haber iniciado el gobierno casi en paralelo a la pandemia, y tener los mercados de crédito cerrados debido a al sobreendeudamento en moneda extranjera provocado por la alianza Cambiemos, el gasto primario de 2020 y 2021 (antes del pago por servicios de la deuda) fue más expansivo que en los últimos años de la alianza Cambiemos, puntualmente un 15 por ciento mayor al 2019 y un 2 por ciento mayor al 2018, aunque menor al de 2017, año en el que el macrismo afrontaba elecciones legislativas y aún no había subordinado su política económica a la del FMI.
Estos datos se desprenden del último informe del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), integrado por economistas ligados a la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y detallan que, a pesos corrientes, mientras en 2021 se gastaron 11,54 millones y en 2020 11,57 millones (lo que evidencia también que el ajuste de 0,28 por ciento fue muy reducido), en 2019 se erogaron 10 billones y en 2018 11,3, mientras que 2017 fue el año de mayor erogación fiscal primeria del último lustro, con 12,3 billones de pesos.
Sin embargo, en la composición del gasto sí se operaron importantes diferencias. Por caso, se llevó adelante un ajuste en el área previsional, cuyos egresos totales por 4,2 billones de pesos son en términos reales un 5 por ciento menor a los 4 billones de 2019, e incluso un 15 por ciento menos a los 4,7 millones de pesos de 2017, cuando el macrismo descapitalizaba el Fondo de Garantía de la Anses y usaba los recursos del promovido blanqueo de evasores para fortalecer el gasto previsional. Con todo, el informe no desagrega cuál fue la reducción al interior de cada tipo de jubilación, un elemento no menor teniendo en cuenta que en 2020 el Gobierno eligió sostener el poder adquisitivo de las jubilaciones mínimas y de aquellas que representaban un haber mínimo y medio, todas las cuales representan el 75 por ciento del total, y restringir el ajuste al 25 por ciento con mejores ingresos, incluyendo al 3 por ciento de privilegio cuyas rogaciones representan cerca del 10 por ciento de los recursos totales.
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En cambio, el gasto en programas sociales como Potenciar Trabajo, Progresar, o Tarjeta Alimentar entre otros, es actualmente el triple del 2019, pues se llegó a los 0,9 billones de pesos frente al 0,3 del macrismo.
Sin embargo, dicha triplicación del gasto ni siquiera llegó a representar el total de los subsidios energéticos, que con un 1,2 billones de pesos fueron un 140 por ciento mayor a los que destinó en su último año la alianza Cambiemos (0,5 billones), un elemento que de todas formas se modificará con el anunciado aumento tarifario, que implicará subas de entre el 17 y 20 por ciento para todos los clientes, y luego una segmentación tarifaria, demorada por la dificultad de acceder a los estados patrimoniales de todos los usuarios, durante los próximos meses.
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Posiblemente el elemento que más sorprendería a la derecha, que manifestó siempre la necesidad de reducir el gasto en la burocracia pública, es que el gobierno del Frente de Todos destinó en cada uno de sus dos años de gobierno iguales o menores recursos a los de la alianza Cambiemos. Puntualmente, fueron 1,2 billones en 2020 y 1,3 billones en 2021, frente a los 1,7 billones de pesos de 2017, 1,5 de 2018 y 1,3 de 2019.
Igual recaudación, pero menor actividad
El mayor gasto primario de estos últimos dos años se mantuvo aun cuando recién en 2021 se logró equiparar la recaudación de 2018, el último año antes de que el FMI, y luego la pandemia, condicionaran el desenvolvimiento económico y provocarán una caída tanto de la actividad económica como de la recaudación fiscal.
Puntualmente, el informe de MATE señala que mientras que en 2021 se recaudaron 10 billones de pesos, en 2019 fueron 9,9, con lo que es necesario remontarse a 2018 para llegar a la misma cifra. Con todo, tal como se desprende de su análisis, la evolución de la recaudación da cuenta de un país que aún no se recuperó de la recesión iniciada por la alianza Cambiemos, pues si bien se experimentó una fuerte suba de los Derechos de Exportación, tanto por el aumento en la cantidad de exportaciones como por la suba de sus precios en el contexto de boom de commodities, “aquellos ingresos asociados directamente a la actividad económica, como IVA y Seguridad Social, todavía no se terminaron de recuperar”.