El viaje estaba previsto para la semana pasada, pero los desacuerdos con el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI), llevaron a dilatarlo una vez más. Finalmente, según fuentes oficiales, una delegación del Ministerio de Economía viaja este martes a Washington, Estados Unidos, para tratar de sellar un rápido acuerdo técnico. Si bien el ministro de Economía, Sergio Massa, sostuvo que el acuerdo "está cerquita", el as bajo la manga del equipo económico viene desde China, quien se ofreció a destrabar el segundo tramo del swap si el organismo sigue sin hacer el desembolso que espera la Argentina.
La delegación que viajará está compuesta por el viceministro Gabriel Rubinstein; el jefe de asesores, Leonardo Madcur; y el vicepresidente del Banco Central, Lisandro Cleri. En la previa, el Gobierno aguardaba por un desembolso del FMI que le permitiera pagarle los vencimientos de fin de junio y nunca llegaron. Sin embargo, decidió cumplir con esos compromisos utilizando 1700 millones de dólares de DEG en reservas del Banco Central y unos 1000 millones en yuanes. La medida no solo permitió cumplir con el compromiso sino que también es una amenaza velada a la preponderancia del dólar dentro del organismo y su rol de prestamista de última instancia para la Argentina.
La renovación del swap por el equivalente a 10.000 millones de dólares, en dos tramos, permitió esta operación. Pero incluso el acuerdo fue más allá. El director representante por China ante el FMI, Zhengxim Zhang, comunicó al board a través de una nota interna que si el Fondo sigue demorando la aprobación del acuerdo, China autorizará a la Argentina a usar el segundo tramo (por los otros 5000 millones de dólares) del swap para abonar todos los vencimientos con el organismo.
La Argentina cuenta con un swap de monedas con China por 130.000 millones de yuanes, lo que equivale a unos 19.000 millones de dólares. Este swap representa actualmente el 60 por ciento de las reservas brutas en poder del Banco Central, de los cuales el equivalente a 5000 millones de dólares podría ser utilizados para afrontar los compromisos con el FMI.
Más allá del endurecimiento en su postura, Massa espera alcanzar un rápido acuerdo en el marco de la renegociación de la receta planteada por el organismo, en momentos en que la sequía hizo imposible el cumplimiento de las metas de reservas, déficit fiscal y reducción de la asistencia del Tesoro.
La conversión de yuanes a dólares implica convertir el swap en un préstamo a una tasa que supera el 8 por ciento nominal (equivalente a la Shibor de bancos privados chinos más 6 puntos adicionales). Es una tasa cercana a la del FMI, que actualmente paga el 7,8 por ciento nominal, debido a que se suma la sobretasas que debe pagar Argentina por el tamaño de su deuda con el FMI que pactó el gobierno de Macri.