La negociación del Gobierno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) atraviesa sus horas más turbulentas, las presiones se agigantan, este viernes es la fecha de pago del primer vencimiento del año y no hay confirmaciones respecto a su abono. Mientras se busca el apoyo en las naciones de peso dentro del organismo, las acciones argentinas caen, el dólar blue avanza, el precio de los bonos se deprecia y los tenedores se hacen sentir al compás de la incómoda suba del riesgo país en las últimas semanas.
Este viernes debería producirse el primer vencimiento del corriente año con el FMI, por 731 millones de dólares. En 2021, Argentina realizó dos pagos de capital por 1.900 millones de dólares cada uno, de una deuda total de 45.000 millones que contrajo la anterior administración con el FMI.
Cuando parecía que el diálogo se presentaba como fructífero y hasta se mencionaba la posibilidad de cerrar un acuerdo para fines del año pasado, el Gobierno puso freno a las pretensiones del Fondo. La imposición de un ajuste acelerado en las cuentas públicas no parece tener lugar en los planes del presidente Alberto Fernández. El choque de posturas encendió las alarmas por la posibilidad de un abrupto default y las consecuencias se hicieron presentes.
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Ante la caída sostenida de los títulos de deuda debido al clima de incertidumbre, los bonistas que integran el Argentina Exchange Bondholders Group -que formó parte de las últimas tres reestructuraciones de deuda privada con nuestro país- lanzaron un mensaje destructivo contra el equipo económico que lidera Martín Guzmán.
A través de una cuenta de la red social Twitter, el grupo de acreedores privados salió a presionar: "El Frente de Todos está gobernando desde hace 111 semanas y sigue sin tener un plan económico. La inflación, el dólar y el riesgo país están fuera de control". Y fueron más allá: "En Columbia implicaría un aplazo. Seamos realistas, estos indicadores muestran que arde Roma. Es hora de dejar de tocar la lira".
Días atrás, habían señalado que el FMI debe eliminar los sobrecargos que cobra. En el caso argentino son de 300 puntos básicos y elevan la tasa de interés del préstamo a 4,05% anual. De momento, los bonistas extranjeros privados cobran una tasa de interés de 3,07% en promedio por sus títulos, a lo largo de toda la vida útil de los bonos, un guarismo menor al del FMI. El extraño apoyo se argumenta en el interés de frenar la caída de los bonos y asegurarse cobrar en el futuro.
El grupo Exchange Bondholders es representado por Dennis Hranitzky, un abogado con experiencia en conflictos con países soberanos. Supo ser el asesor de Paul Singer, dueño del fondo buitre Elliot Management, quien logró que el gobierno de Mauricio Macri le entregara nuevos bonos en reemplazo de los defaulteados que se negó a canjear en 2005 y 2010.
Sube el dólar blue y el riesgo país
En la apertura de la semana, el dólar blue se vendió a $ 219 en el mercado paralelo, manteniéndose en su nuevo máximo histórico. Durante la semana pasada, la divisa avanzó $9,50 o 4,5%, mientras que en enero gana $10 o 4,8%. Actualmente, la brecha entre el billete ilegal y el oficial trepa casi al 110% en el sector mayorista, cada vez más cerca del techo de 150% que se llegó a observar a mediados de octubre de 2020.
A su vez, el índice S&P Merval retrocedía 3,20% mientras que las acciones de empresas argentinas en Wall Street caían hasta 7,4%. En el panel líder de la bolsa porteña, los papeles de Banco Macro y Grupo Supervielle anotaban bajas de 4,76% y 4,61%, en ese orden.
Con la misma sintonía que la bolsa porteña, los ADRs de empresas argentinas en la Bolsa de Nueva York marcaban mayoría de descensos, en una jornada en la que Irsa Propiedades Comerciales lideraba ese lote con un retroceso de 7,4%.
En el segmento de renta fija, los bonos en dólares marcaban descensos de hasta 2,7%, y los títulos en pesos operaban con alzas de hasta 0,7%. Así, el riesgo país avanzaba 2,2%, hasta los 1.959 puntos básicos.
El cóctel de dudas sobre el futuro de la deuda alimentan la inestabilidad y presionan al Gobierno en un momento definitorio para el país y el sendero económico que pueda construir el Frente de Todos. En busca de una salida por encima del laberinto, el Presidente recibía en Casa Rosada las cartas credenciales del nuevo embajador de Estados Unidos en la Argentina, Marc Stanley.
Stanley asumió como embajador de Estados Unidos el pasado jueves, luego de su llegada al país. Solo cuatro días después se reunirá con Alberto Fernández. El apoyo que pueda lograr Fernández por parte de Estados Unidos es crucial para que las conversaciones lleguen a buen puerto con el organismo multilateral.
A días de un nuevo vencimiento por la deuda de 57 mil millones de dólares tomada por Cambiemos, Fernández afirmó que en las negociaciones con el FMI se debe contemplar el "derecho a crecer como nosotros queremos crecer". Por lo abultado del vencimiento programado, marzo surge como fecha límite para conocer que postura se impondrá, por lo menos, de forma parcial. Mientras tanto, el tiempo que transcurre amenaza las debilitadas reservas del Banco Central.