El Gobierno le pagó al FMI y la semana que viene viajarán a Washington para cerrar el acuerdo

Con el objetivo de cerrar el nuevo acuerdo con el organismo multilateral de crédito, un equipo económico encabezado por Leonardo Madcur y Gabriel Rubinstein viajará a Estados Unidos a principios de la semana entrante.

30 de junio, 2023 | 14.51

El Gobierno le pagó al Fondo Monetario Internacional US$ 2.700 millones, que están integrados en parte con Derechos Especiales de Giro (DEG), la moneda que utiliza el organismo multilateral, y otra con yuanes de libre disponibilidad. Con el objetivo de cerrar el nuevo acuerdo con el organismo multilateral de crédito, un equipo económico encabezado por Leonardo Madcur y Gabriel Rubinstein viajará a Estados Unidos a principios de la semana entrante.

Según confirmaron fuentes oficiales, se utilizaron 1.700 millones de DEG y, el resto, se pagó en yuanes de libre disponibilidad del swap de monedas con el Banco Popular de China. Esto permitirá no usar dólares de las reservas del Banco Central y, al mismo tiempo, mantener al día los pagos al organismo multilateral mientras avanzan las negociaciones en las que se busca reformular el programa acordado en marzo de 2022.

A través de un comunicado, el Banco Central destacó: "La aplicación de RMB para pagarle al FMI es novedosa y, además, la demostración de la liquidez que mantiene el Banco Central de la República Argentina en distintas divisas. El cierre estimado de reservas internacionales es de US$ 27.933 millones".

Tras el pago, Julie Kozack, directora de Comunicaciones del Fondo, expresó: “El personal del FMI y las autoridades argentinas continuaran avanzando en su trabajo conjunto en los próximos días, con el objetivo de llegar a un acuerdo sobre la quinta revisión del programa respaldado por el Fondo".

“Las discusiones técnicas continúan sobre un paquete de políticas para salvaguardar la estabilidad económica, en el contexto de una situación desafiante, en parte afectada por la sequía histórica. Las discusiones están enfocadas en fortalecer las políticas macroeconómicas para apoyar la acumulación de reservas y mejorar la sostenibilidad fiscal, protegiendo al mismo tiempo a los más vulnerables", señaló la funcionaria. Y agregó: “Las autoridades argentinas continúan manteniéndose al día con sus obligaciones financieras con el Fondo”.

Por primera vez, se le pagó al FMI con yuanes

El FMI recibiría los yuanes, que podría intercambiarlos por DEG al Banco de China, o bien a otro país miembro que necesitara yuanes para realizar transacciones. El pago corresponde a dos vencimientos, ocurridos el miércoles y jueves de la semana pasada, fechas inicialmente previstas para abonar al organismo US$ 921 millones y US$ 1.780 millones, respectivamente, aunque el Gobierno consiguió el aval del Fondo para cancelarlo de este modo, a la espera del avance en las negociaciones.

Todavía continúan las conversaciones correspondientes a la quinta revisión del acuerdo de Facilidades Extendidas y que, en base al programa existente, la Argentina recibiría unos 3.000 millones de DEG -equivalentes a casi 4.000 millones de dólares- en caso de obtener el aval del organismo. El objetivo del Gobierno es que el desembolso sea mayor a ese monto -de al menos el equivalente a fondos de lo que restan en el semestre, por unos US$ 10.600 millones- para ayudar a paliar el fuerte impacto de la sequía en las reservas internacionales en poder del Banco Central.

En concreto, el Gobierno solicitó reformular el programa, un pedido que contempla el adelantamiento del cronograma de desembolsos previstos para el corriente año, y cambios en las metas fiscales y de reservas, ya que la sequía determinará pérdidas cercanas a los U$S 20.000 millones, según los últimos cálculos oficiales.

El Gobierno se embarcó en discutir todas las metas del acuerdo de Facilidades Extendidas firmado con el FMI durante la gestión de Martín Guzmán. Esta rediscusión incluyó no solo nuevos requisitos de acumulación de reservas (ante la merma en las exportaciones) sino también la dimensión del ahorro fiscal y las previsibles presiones devaluatorias que provienen desde Washington. Es decir, un nuevo esquema de condicionalidades.

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