El Fondo Monetario Internacional tiene un motivo especial para mantener el acuerdo con el gobierno de Javier Milei para cubrir todo su gobierno y no tiene nada que ver con motivaciones altruistas: Argentina será el país que más intereses pagará por la tasa extra que cobra a los países sobreendeudados. La mitad de los US$ 9.800 millones que espera recaudar por cobrar un interés más alto serán pagados por el país, que es también el más endeudado con el organismo desde el acuerdo que firmó durante la gestión de Mauricio Macri.
Los sobrecargos van en contra de la Carta Constitutiva del FMI ya que agrega una dificultad más a los países para poder sobreponerse de las crisis externas y retomar el crecimiento.3
En Washington, donde asiste a la asamblea de primavera del FMI y el BM, el ministro de Economía, Luis Caputo, mantuvo una reunión “casual y distendida” - según la definieron cerca del funcionario argentino- con la segunda del organismo, Gita Gopinath. Pero el encuentro que sirvió de antesala a la octava revisión del acuerdo vigente dejó una definición contundente: no habrá nuevos desembolsos para sostener el programa económico de Milei.
Y parte del motivo está en el sobreendeudamiento que el país tiene con el Fondo, muy por encima de la capacidad de repago. El crédito vigente para Argentina es equivalente a 1.018% de la cuota, cuando se empieza a pagar sobretasa a partir de 187,5% de la cuota del crédito pendiente.
En forma paralela, el ex ministro Martín Guzmán lideró de un encuentro organizado por el FMI en forma paralela donde se debatió sobre la revisión de los sobrecargos aplicados por el organismo a los países deudores. La mesa de discusión se tituló “La tasa básica y los sobrecargos del FMI: ¿es hora de su revisión?”
Los economistas Ivana Vasic-Lalovic, Michael Galant y Francisco Amsler del Centro de Investigación de Economía y Política (CERP, con sede en Washington) estimó que en los próximos cinco años, el FMI cobrará unos recargos por US$ 9.800 millones, a un promedio de casi US$2 mil millones por año. Suficiente para financiar toda la estructura burocrática del FMI.
El trabajo del CERP revela que son 22 los países que pagan sobrecargos , siete más que el año pasado y 175% más que antes de la la pandemia, mostrando otros de los efectos que tuvo el COVID sobre las economías de las naciones subdesarrolladas o en vías de serlo. Se estima que entre 2024 y 2028, Argentina va a enfrentar sobrecargos por 4.900 millones de dólares, exactamente la mitad de todo lo que recaudará el FMI.
El segundo país es Ucrania, en guerra con la Federación Rusa y que recibió apoyo del FMI para sostener el esfuerzo bélico. No será gratis. Además de devolver créditos y pagar los intereses correspondientes, tendrá que enfrentar pagos extras por US$ 1.800 millones. En la lista siguen Ecuador, con 752 millones de dólares, Egipto 646 millones y Pakistán 445 millones.
Los países que empezaron a pagar sobrecargos son siete el último año: Benin, Costa de Marfil, Kenia, Moldavia, Macedonia del Norte, Senegal y Sri Lanka. Quince países pagaron anteriormente recargos y continúan haciéndolo: Angola, Argentina, Armenia, Barbados, Costa Rica, Ecuador, Egipto, Gabón, Georgia, Jordania, Mongolia, Pakistán, Seychelles, Túnez y Ucrania. Además de los intereses y tarifas regulares, 10 países, entre ellos Argentina, están pagando recargos basados en el nivel y en el tiempo que ascienden a 300 puntos básicos, y 12 países están pagando solo recargos basados en el nivel de 200 puntos básicos.
Argentina, durante la gestión de Alberto Fernández, inició una campaña para derogar estos sobrecargos y llevó el reclamo a los diversos organismos internacionales, como el G20 que los hizo propio y elevó un reclamo al FMI para que estudie derogarlo. El tema llegó al directorio del organismo, que en diciembre de 2021 lo debatió pero no lo llevó a votación. En ese momento, el FMI reveló en un comunicado que “los directores acogieron con agrado el análisis proporcionado por el staff sobre la función de los recargos como parte del marco de gestión de riesgos de la Caja y sus consecuencias financieras para los miembros".
Y en el lenguaje del FMI siguió: "algunos directores estaban abiertos a explorar el alivio de recargos temporales para ayudar a los miembros prestatarios a liberar recursos para abordar los desafíos económicos y de salud que plantea la pandemia" mientras otros directores "sugirieron reflexionar sobre la mejor manera de implementar recargos durante situaciones de pandemia". "Varios directores no vieron la necesidad de revisar las políticas sobre recargos o cambiar su diseño en esta etapa, dado el bajo costo total general de los préstamos del Fondo y señalaron el papel fundamental de los ingresos por recargos para garantizar una acumulación adecuada del riesgo", concluyó.