La multinacional sueca de telecomunicaciones Ericsson y el gigante químico alemán BASF anunciaron hoy el recorte de 8.500 y 2.600 empleados, respectivamente, en sus filiales de todo el mundo.
En el caso de Ericsson, una de las mayores proveedoras de equipamiento de 5G, el recorte responde a una reducción de gastos frente al estancamiento del mercado de sus productos.
La mayoría de las cesantías se realizarán durante la primera mitad de este año, aunque algunas podrían darse en 2024, informó la empresa en un correo electrónico difundido por las agencias Bloomberg, AFP y DPA.
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“Vemos un potencial para simplificar y ser más eficientes en la compañía, especialmente en lo que se refiere a costos estructurales”, afirmó la vocera de Ericsson, Jenny Hedelin.
El recorte de 8.500 empleados es equivalente al 8% de la planta global de 105.000, y forma parte de un plan para reducir gastos en US$ 862 millones para fines de este año.
“Este es un importante paso para resolver los problemas de márgenes de ganancia en la estructura”, comentó Christier Gardell, fundador de Cevian Capital, accionista del 5% de la firma que empujó a que se efectuarán los recortes.
En su balance del cuarto trimestre del año pasado, Ericsson reportó una caída de 39% en sus ganancias netas, más de lo que esperaba, luego de que sus clientes de 5G recortaran gastos.
Esto último responde directamente a la incertidumbre en las perspectivas económicas mundiales de los últimos meses.
La desaceleración empujó a diversas corporaciones a anunciar olas de despidos, especialmente en firmas del sector tecnológico, financiero y del entretenimiento, más permeables a los vaivenes de la demanda, como Goldman Sachs, Disney, Microsoft, IBM, Google, Twitter y Meta.
Sólo en el sector tecnológico, 403 empresas anunciaron en su conjunto 110.721 despidos que se suman a los 161.061 del año pasado, según el portal de monitoreo Layoffs.fyi.
El de Ericsson no se trata del único anuncio masivo de despidos de hoy pues la multinacional alemana BASF recortará 2.600 puestos, un 2% de su planta.
La firma –la más grande del sector en Europa- cerrará algunas de sus plantas más intensivas en el uso de electricidad, incluyendo dos de amoníaco y fertilizantes vinculados en su fabrica principal ubicada en la localidad de Ludwigshafen que cuenta con 39.000 empleados, un tercio de los 111.000 que posee la empresa en total.
Se estima que en dicha planta los despidos ascenderán a 700 personas.
De esta forma, pretende ahorrar US$ 527 millones por año desde 2005, y otros US$ 211 millones adicionales por la reducción en su principal planta.
Además de la crisis energética que afecta al continente, el CEO de BASF, Martin Brudermüller, responsabilizó a la “reglamentación excesiva” que afecta a la “competitividad” y que implican “largos procesos de automatización y elevados costos en la mayoría de factores de producción”.
En Alemania los sectores químico, autopartista, farmacéutico y agroindustrial son particularmente intensivos en el uso de gas, y antes de la guerra representaban un 15% del consumo total de dicho combustible en el país: sólo el año pasado las facturas de gas de BASF aumentaron en US$ 2,3 mil millones.
Si bien el precio del gas bajó en los últimos meses, permanece por encima de sus niveles históricos en Alemania.
Los recortes impactarán en las áreas no ligadas directamente con la producción como Investigación y Desarrollo o la sede central.
BASF registró pérdidas netas por 627 millones de euros en 2022 y, de cara al 2023, prevé una primera mitad de año “débil”, confiando en una recuperación en el segundo semestre por la reactivación económica de China.
El anuncio de BASF se suma al de su competidora estadounidense Dow, que despidió a 2.000 empleados el mes pasado.
Con información de Télam
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