Unas 2.400 millones de mujeres en edad de trabajar todavía no tienen los mismos derechos laborales que los hombres en el mundo. Se estima que la reducción de las brechas de género podría incrementar el PBI per cápita de los países en un 20%. A nivel local, solo el 19% de las mujeres logra trabajar en el sector industrial y si lo hacen se insertan sobre todo en áreas feminizadas.
Los datos a 2023 en materia de derechos laborales de las mujeres indican que en más de 90 economías aún no existe igualdad salarial por un mismo trabajo y en algunas incluso se observan retrocesos sobre derechos ya adquiridos hace tiempo.
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Según datos del Banco Mundial, “el progreso hacia un trato igualitario para las mujeres ha caído al ritmo más bajo en los últimos 20 años”. Y si se mira que pasa a nivel local en las actividades industriales, las de mayor dinamismo para la economía, es evidente un “amesetamiento que dificulta el cierre de las brechas existentes”.
Un panorama global desalentador
De acuerdo a un nuevo informe del Banco Mundial todavía persiste una brecha de 30 puntos en la participación económica que tienen las mujeres en relación a los varones, y de continuar tal situación “en muchos países una mujer que ingresa a la fuerza laboral hoy se retirará antes de obtener los mismos derechos que los hombres”.
El relevamiento La Mujer, la Empresa y el Derecho analiza leyes y regulaciones en 190 países en áreas relacionadas para conocer qué sucede con la participación económica de las mujeres en diferentes partes del mundo. De acuerdo a los últimos datos presentados en marzo “2.400 millones de mujeres en edad de trabajar todavía no tienen los mismos derechos que los hombres” evidenciando además que el ritmo de los cambios para hacer frente a las brechas estructurales de género ha menguado y se encuentra “en su nivel más bajo en los últimos 20 años”.
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Según se desprende del informe al que accedió este medio, “desde 2021 sólo se registraron 34 reformas jurídicas hacia la igualdad de género en 18 países, lo que constituye el número más bajo desde 2001”. Y se detalla que la mayoría se concentraron en “extender las licencias parentales, eliminar las restricciones al empleo y exigir la igualdad salarial” y en menor medida en “leyes relacionadas los derechos de propiedad y sucesión”. Al ritmo actual se necesitarían “al menos otros 50 años en promedio” para lograr los cambios pendientes.
Desde la óptica del Banco Mundial la persistencia de dichas desigualdades “constituye un obstáculo potencial para el crecimiento económico en un período crucial para la economía a nivel mundial”. Se estima en ese sentido que “la reducción de la brecha de género en el empleo podría incrementar el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita a largo plazo en un promedio de casi 20% en todos los países, con ganancias económicas globales de entre USD 5 billones a USD 6 billones”.
Lo anterior se vincula a su vez con el análisis sobre la economía mundial que el mismo organismo dio a conocer esta semana donde se plantea que “para el 2030, el límite de velocidad de la economía mundial -la tasa máxima a largo plazo a la que puede crecer sin provocar inflación- caerá al nivel más bajo de los últimos 30 años”. Es decir que en la próxima década “el crecimiento potencial promedio del PIB mundial disminuiría y se ubicaría en torno al 2,2% anual”.
Desigualdades en la industria local
Las mujeres representan solamente un 19% del empleo registrado en la industria del país. Los datos se desprenden del informe mensual de la Unión Industrial Argentina (UIA) donde se señala que si bien “en las últimas tres décadas la participación de las mujeres en el mercado de trabajo creció significativamente, pasando la tasa de actividad del 35% a principios de 1990 al 50% en 2022, durante los últimos años registra un amesetamiento que dificulta el cierre de las brechas existentes”. Los varones, por su parte, alcanzan una participación en torno al 70%.
La encuesta realizada por la cámara industrial a unas 416 empresas de diversas actividades muestra que existe además una marcada heterogeneidad en cuanto a los sectores industriales donde se da esa participación. Al interior de la industria un 57,5% de las mujeres se encuentra en la actividad de Confecciones, seguido por un 30,8% en Radio y TV y un 26,4% en textiles, entre los tres de mayor porcentaje. En otro extremo las mujeres son solo el 9,8% de la rama Automotores y en Minerales y en Metales, apenas llegan al 6% de participación, lo que da cuenta de una mayor feminización de ciertas actividades mientras que en otras es minoritaria y casi inexistente su presencia.
Otro aspecto que se destaca en el relevamiento a empresas de diferentes tamaños, Micro (81), Pequeñas (140), Medianas (171) y Grandes (24), es que las brechas se acentúan en los hogares con presencia de niños y niñas. “Mientras que en los hogares sin presencia de menores de 4 años la brecha es de 14 puntos, en los que sí hay menores la brecha de participación laboral alcanza los 34 puntos”. Lo anterior se vincula también con otra variable que incide en el menor acceso al mercado de trabajo y que tiene que ver con que “las mujeres dedican en promedio el doble de tiempo al trabajo no remunerado en relación a los varones, en promedio participan 9 horas menos por semana en el trabajo remunerado”. Se agrega que la participación en cargos directivos todavía es baja ya que “sólo 1 de cada 4 empresas grandes y 1 de cada 3 PyMEs tiene más del 20% de mujeres en cargos directivos”.
Barreras para ampliar derechos
El estudio de la UIA indaga también en las políticas que se impulsan al interior de las empresas para romper las brechas de género existentes. Los datos dan cuenta de que en materia de “espacios de cuidado para hijos e hijas del personal y/o sumas sustitutivas” solo un 15,4% de las firmas encuestadas aseguró implementarlos. Se trata de uno de los porcentajes más bajos junto con “espacios destinados exclusivamente para lactancia materna (10,2%)”.
Lo anterior es clave ya que este jueves entró en vigencia el Decreto 144/2022 que reglamentó el artículo 179 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) mediante el cual se establece la obligatoriedad de las empresas, con más de 100 trabajadores, de garantizar espacios de cuidados para niños y niñas de entre 45 días y 4 años.
Cabe decir en ese sentido que la encuesta industrial se realizó a empresas con un promedio de 180 trabajadores y trabajadoras que por ende deberían adecuarse a dicha normativa laboral, aunque el porcentaje de espacios de cuidados está entre los más bajos. Sin embargo fue la propia representación sectorial la que se mostró reticente a la aplicación del artículo de la LCT, al considerar que existían "complejidades interpretativas y para su posible cumplimiento", según la UIA.
La normativa finalmente entró en vigencia atendiendo, en parte, la extensión de plazos solicitada por los empresarios (se pedía un año pero se acordaron cuatro meses) y con la posibilidad de reemplazar la obligación por el pago a la trabajadora o trabajador de una suma no remunerativa en concepto de gastos de guardería, con un monto que no puede ser menor al 40% del salario mensual de la categoría “Asistencia y Cuidados de Personas” del Personal de Casas Particulares.