(Por Emiliano Bonanotte) El director del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), Daniel Schteingart, vaticinó que "el gran salto exportador de la próxima década será en energía y minería".
En una entrevista con Télam, el sociólogo destacó la reducción registrada en la desocupación en el último trimestre de 2021, al asegurar que "el desempleo bajó genuinamente, con creación de trabajo".
El CEP XXI es una unidad dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo, la cartera que conduce Matías Kulfas.
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A continuación los principales tramos de la entrevista:
-Télam: ¿Cómo cerrará en marzo la actividad industrial?
-Daniel Schteingart: El último dato que tenemos al 15 de marzo es el de una industria que estaba creciendo al 3% contra marzo del año anterior, que había sido un buen mes también con buen rendimiento.
-T: El Indec informó la semana pasada que el desempleo bajó al 7%, ¿era el dato que esperaban ustedes?
-DS: Se esperaba un número más cerca de 8% que de 7%, así que fue mejor a lo esperado. La otra buena noticia es que el desempleo bajó genuinamente, con creación de empleo y no porque las personas dejaron de buscar trabajo, que estadísticamente es la otra forma que te puede bajar los números.
-T:¿Qué aporte hizo la industria a esta mejora en los niveles de empleo?
-DS: La economía creció entre el cuarto trimestre de 2019 y el cuarto trimestre de 2021 un 3,4% y se crearon 650 mil empleos. La industria fue uno de los grandes motores de la recuperación, al crecer un 7% en ese período. Lo ocurrido en materia de desempleo y empleo te lo explica un combo de industria, construcción y agro muy pujantes, sumado a que los sectores más golpeados por la pandemia como turismo y comercio ya empezaron a recuperarse.
-T: ¿Cómo se explica la fuerte recuperación de la industria de los últimos dos años?
-DS: Hay una variable global, ya que en todo el mundo la pandemia generó un desplazamiento de los patrones de consumo desde los servicios a los bienes y eso le dio impulso a la industria. Recién ahora los servicios están volviendo a ganar peso.
Por otro lado, existen factores locales como el cambio en la orientación de las políticas productivas, que creó grandes incentivos para sustituir importaciones. Por ejemplo, en el 2019 en la industria automotriz cada 100 autos patentados en el mercado local, más de 70 eran importados. Ahora esa proporción es casi 60% nacionales y 40% importados. Ahí hay un caso de sustitución de importaciones con efectos positivos en la producción industrial y el empleo. También maquinaria agrícola, línea blanca, textiles, calzados, son todos sectores que recuperaron muy fuerte producción y empleo.
Además, hubo un drástico cambio en el financiamiento productivo, que en 2019 estaba muy caro, en niveles muy complicados. Ahora, en cambio, hay una serie de líneas de financiamiento a tasas convenientes para el sector productivo, que también contribuyen a incrementar el desempeño industrial.
-T: ¿Cómo ve el panorama general de la economía local en los próximos meses? ¿Y la situación de la industria en particular ¿Cuánto afectará la guerra?
-DS: En lo venidero es probable que los sectores más golpeados por la pandemia continúen su normalización, ya que algunos, si bien mejoraron mucho, aún no retornaron a los niveles prepandemia. Por ejemplo, el turismo se recuperó, pero el ingreso de turismo extranjero (que representaba el 30% del turismo en Argentina antes de la pandemia) aún sigue abajo.
Yendo a la industria en particular y a la economía en general, habrá que prestar mucha atención a lo que ocurra con la guerra entre Rusia y Ucrania que para Argentina tiene dos implicaciones inmediatas al disparar el precio de los commodities: genera presiones inflacionarias e interrogantes en la balanza comercial, ya que una parte de lo que vas a ganar por exportaciones de granos se te va a ir por la suba del precio de la energía. Lo que todavía no está claro es cuál de los dos precios va a primar por sobre el otro.
A esto se le suma el interrogante sobre la disponibilidad de energía, por lo que si Argentina logra abastecerse normalmente no va a haber problemas, pero si hay algún cuello de botella eso puede impactar en la actividad industrial, que es gran demandante de energía. Es un tema para seguir de cerca.
- T: Muchas veces planteó que la Argentina tiene que exportar más. ¿Qué rol tiene para cumplir la industria ahí?
-DS: La industria es súper importante en materia de exportaciones, explica cerca de dos tercios de las ventas de bienes. Cuando digo industria me refiero a las manufacturas de origen agropecuario (MOA) que son poco más de un tercio de las exportaciones de bienes y a las manufacturas de origen industrial (MOI). Pienso que ambas van a crecer en los próximos años pero siguiendo una tendencia acorde con la serie histórica.
Creo que el gran salto exportador de la próxima década va a ser en energía y minería. Si se dan ciertas condiciones, vamos a pasar a exportar en forma significativa. Minería hoy exporta US$ 3.200 millones al año y compartimos la cordillera con Chile, que lo hace por más de US$ 50.000 millones. Eso marca que hay un potencial muy sub aprovechado, con un territorio muy inexplorado. Ahora está habiendo una oleada inversora muy importante ligada al litio y al cobre que puede dar un salto exportador muy relevante, seguramente en la segunda mitad de la década. En energía hoy no somos autosuficientes, pero en la medida en que madure Vaca Muerta, prospere el off shore, y con el caso del hidrógeno verde más hacia el final de la década, también se da un nuevo gran potencial exportador.
Con información de Télam