Casi todos los sectores registraron caídas en los salarios entre el primer semestre de 2023 y el primer semestre de 2024, pero no todos cayeron igual, de acuerdo a un informe del centro de estudios Fundar. Los únicos dos rubros que subieron están relacionados con el sector primario: petróleo y minería, y pesca. De los salarios que cayeron, las bajas más pronunciadas se dieron en asalariados del sector público, con la salud y la educación pública en el extremo más bajo.
En el ranking de los que perdieron, se ubican de mayor a menor:
- Enseñanza Pública
- Salud Pública
- Administración pública y Defensa
- Servicio doméstico
- Salud Privada
- Construcción
- Hoteles y restaurantes
- Enseñanza privada
- Transporte y comunicaciones
- Comercio
- Servicios profesionales
- Industria
- Agro
- Finanzas
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Pérdida de una tradición laboral
Tradicionalmente, Argentina se destacó por tener un ingreso per cápita familiar relativamente alto en comparación con otros países de América Latina. Incluso llegó a ser el país con mayor nivel de ingreso per cápita familiar durante ciertos períodos.
De acuerdo a Fundar, en la Ciudad de Buenos Aires, el ingreso per cápita familiar es 63 por ciento mayor al promedio nacional, mientras que en la Patagonia es 30 por ciento superior. Por su parte, en la región Pampeana es prácticamente idéntico al promedio nacional. En las restantes regiones, el ingreso per cápita familiar es menor al promedio nacional. La diferencia es de seis puntos porcentuales en los partidos del Gran Buenos Aires, 15 puntos. en Cuyo y casi 30 puntos en el NEA y el NOA.
Las diferencias señaladas son algo menores cuando en lugar de comparar directamente los ingresos promedio en cada región se compara el poder adquisitivo que tienen esos ingresos. Esto se explica porque los precios de los bienes y servicios difieren entre regiones. Por lo general, las regiones más desarrolladas tienden a tener precios más altos que las más pobres, de modo se requiere un mayor ingreso familiar para cubrir los costos de vida.
Entre 2003 y 2013, el ingreso laboral representó entre 83 por ciento y 85 por ciento del ingreso de los hogares. A partir de entonces, su participación se fue reduciendo, hasta situarse en 76% a finales de 2019. Con la pandemia, y las severas restricciones a las actividades productivas durante las fases de aislamiento, la participación del ingreso laboral llegó a un mínimo de 73 por ciento en 2020. Con la recuperación de la actividad económica durante 2021 y 2022 volvió a crecer hasta valores cercanos al 80 por ciento, cifra no obstante menor a la de dos décadas atrás.